Es curioso que alguien que ya sabía programar un video a los ocho años, y que no he tenido problemas en manejar aparatos como el DVD, el Mp3, los ordenadores, calculadoras científicas, cámaras digitales… sienta un miedo religioso ante un artefacto de tecnología más rudimentaria: la olla exprés.
Ante este icono del pasado experimento un respeto irracional que me impide no solo utilizarlo, sino intentar aprender como funciona.
Tengo que confesarlo: Tengo miedo a la olla exprés.
8 diciembre 2008 23:47
Lo confieso, yo también la tengo mucho respeto pero debe ser pq la mía no es muy buena y sale un poco el vapor como una locomotora.
12 diciembre 2008 21:57
¡Es increíble¡ Yo también le tengo miedo a la olla exprés, en mi caso roza el subrealismo. La utilicé sólo una vez, para hacer lentejas. Las lentejas pasaron 24 horas dentro de la olla, que asu vez estaba dentro de la bañera. ¡Una intuición muy primitiva me indicaba que podía explotar¡
13 diciembre 2008 22:11
Ya sabía yo que no podía ser la única.
Me he reído mucho con vuestros comentarios. ¿24 horas con las lentejas en la bañera?? jajaja