Esta cínica niña (fruto de la crianza recibida y de la sociedad en la que vive) nos muestra una crudísima realidad: o encajas en lo que se espera culturalmente que es la vida o fuera (física o emocionalmente).
¿Y quién decide qué pilas y de qué tipo debemos llevar puestas para funcionar? Los sistemas de creencias y valores son caducos y cambian en cada época y en cada lugar, pero el verdadero significado de la Vida, la existencia y la naturaleza humana son conceptos perennes que no nos enseñan en la escuela.
Ahora que a nuestra gloriosa civilización se le acaban las pilas, es muy importante que nos liberemos de ella y entendamos que vivir es mucho más que la esclavitud a la belleza de plástico, al dinero-usura, a la hipoteca, a trabajos sin alma y al sistema desigual e injusto que beneficia a unos pocos en perjuicio de muchos.
La humanidad tiene pilas para rato, pero esta vez usémoslas mejor.
Vía: XL Semanal