Creo que no quedaba ninguna duda de quién es el mayor depredador de los bosques y selvas actuales, pero por si acaso, este póster de la campaña “Diversidad de especies en el bosque” creado por la agencia Ogilvy para la fundación forestal OroVerde lo deja bien claro: los humanos.
La deforestación es la consecuencia de un modo de vida devorador de los recursos del planeta como nos muestra el documental “Historia de las cosas”. Y como ya hemos eliminado los bosques en los países de origen (en EEUU solo queda el 4% de los bosques nativos), la destrucción se extiende por el resto del mundo. En las últimas 3 décadas hemos consumido un tercio de los recursos naturales del planeta.
Vandana Shiva acusa a las grandes plantaciones de soja de ser responsables de gran parte de la deforestación del Amazonas. Soja no para consumo humano ni local sino para el ganado de las hamburguesas occidentales y nuestra dieta extra-cárnica e insana.
Para luchar contra estos comportamientos existen muchas iniciativas. Una es esta de OroVerde, fundación para la conservación de los bosques tropicales fundada en 1989 en Alemania por empresarios y científicos, y cuyos objetivos se centran en apoyo a proyectos de reforestación de bosques tropicales, el establecimiento de prácticas agropecuarias, apoyo a comunidades locales a salir de la pobreza, educación ambiental y el establecimiento de áreas protegidas.
Desde luego esta campaña es muy impactante y nos ayuda a todos a tomar conciencia del desastre.
Y la gran pregunta es: ¿a esas máquinas y sus dueños también les afectará la crisis y los cambios?.
Esperemos que así sea porque esto es un comportamiento suicida de nuestro mundo, tal como vaticinó el jefe indio Noah Seattle en 1854:
«Tanto la tumba de sus padres como
el patrimonio de sus hijos, son olvidados.
Trata a su madre la tierra, y a su hermano el firmamento
como objetos que se compran,
se explotan y se venden como ovejas o cuentas de colores.
Su apetito devora la tierra, dejando detrás solo un desierto.
No lo puedo entender, vuestras ciudades hieren los ojos del hombre piel roja.
Quizás sea porque somos salvajes y no podemos comprenderlo.»
Vía: Veoverde
En El Blog Alternativo: La Tierra, una biblioteca viviente