Como es lógico, los padres siempre deseamos lo mejor para nuestros hijos. Queremos llevarlos al mejor colegio, que las vacaciones sean en un lugar maravilloso y que asistamos a los mejores espectáculos. Pero resulta que nos topamos con la dura realidad, los recursos económicos no son ilimitados y se deben poner límites y prioridades.
A nuestros hijos debemos enseñarles que hay cosas a las que no se puede tener acceso y hay que vivir con ello, y no por este motivo sentirnos mal. Es primordial que ellos conozcan el valor de aquello que se desea y se den cuenta del sacrificio que puede suponer conseguirlo. A los chicos les deberíamos inculcar el hábito del ahorro y que destinasen parte de su paga a tal fin.
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