Comer o cenar en el restaurante no está reñido con nuestro programa de simplificación de vida, siempre y cuando sea muy ocasionalmente.
Cuando comemos fuera de casa normalmente pedimos platos que no se cocinan en el hogar. Esto significa que, al menos en mi caso, tome primer plato, segundo y postre. Aunque las raciones sean grandes no suelo dejar nada en el plato. Como consecuencia debo soportar una molesta pesadez de estómago durante varias horas. La conclusión es sencilla; si sabemos que las raciones son abundantes es mejor tomar un primero. compartir el segundo y evitar o compartir el postre. Nuestro estómago y nuestro bolsillo lo agradecerán.
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