Desde mi nueva casa: neo-ruralismo

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Cada vez más personas se plantean dejar su vida urbanita estresada para buscar algún pueblecito tranquilo en donde vivir. Una repoblación que aparentemente sigue un curso contrario a los movimientos tradicionales de emigración, que a lo largo del siglo XX han llevado a muchos pueblos al abandono y la despoblación y a sus vecinos a solicitar familias con niños para que no les quiten la escuela o caravanas de mujeres con la esperanza de encontrar parejas a los solteros del pueblo.

Como eso de acuñar términos es cosa sociológicamente buena, se ha llamado a este movimiento el neo-ruralismo y a los que se han decidido al cambio, neo-rurales o personas de diversa procedencia urbana que deciden establecerse en un pueblo.

La verdad es que cada cual ha llegado a la misma conclusión por su propio camino. Desde los casos más extremos de repoblación de pueblos abandonados con asentamientos tipo comuna, o las familias que deciden trasladar su domicilio al pueblo de los padres por motivos económicos, o los que se van a vivir al campo buscando la calidad de vida, todos han llegado a la misma conclusión. “La cosa está muy malita para vivir en una gran ciudad”

Yo me encuentro en el grupo de los terceros. Soy una neo-rural que ha dejado la ciudad para ir a vivir al campo. Y reconozco no he sido de las más radicales puesto que me he ido al campo cuando he visto más o menos claro un futuro profesional en el medio rural y en un medio rural bastante poblado y muy turístico.

Os contaré que es lo que pasa desde mi nueva casa día sí, día también.

Desde mi nueva casa toco los árboles. En cada esquina de mi pequeño jardín hay un nogal. En Otoño, a mediodía, si me aprieta el gusanillo, salgo a la calle, recojo unas nueces del suelo y las como. Las puedo comer algo verdes, cuando hay que pelarlas por fuera, y por dentro la carne, que es cuando más me gustan. En verano están frondosos y me dan sombra y en otoño forman un manto de hojas secas en las que a Zuri, mi perra, le encanta escarbar.

Desde mi nueva casa sale un camino que llega al centro del pueblo. Un pueblo pequeño, de apenas 200 habitantes en un municipio de 910 habitantes. A lo largo de ese camino se encuentran avellanos, manzanos, higueras, zazas con moras…Dependiendo de la temporada, uno puede darse un festín a la vez que da un buen paseo. Al final del camino, cruzas el río, pasas el centro del pueblo y puedes empezar unas cuantas rutas a pie. En pocos metros asciendes bruscamente y las vistas, los sentidos, las sensaciones se multiplican con los metros. Vas camino de los Picos.

Desde mi nueva casa se oyen cantos de animales. Está rodeada de fincas rústicas donde pacen vacas y caballos. En verano el ganado sube al puerto y regresa al valle con las nieves. Es entonces cuando su presencia se hace más consciente. Los nogales, de los que os hablaba antes, los que rodean mi jardín, no sólo me regalan con su fruto, sino que son el cobijo de múltiples pájaros, sobre todo en primavera y verano. Su canto es mi despertador.

Aquí los ruidos no son ruidos son sonidos. En una ocasión, estando hozando en el jardín, oí un sonido diferente, un repiqueteo en uno de los nogales. Me vino a la mente la imagen de un pájaro carpintero. “¡No puede ser!” pensé de inmediatamente, estos pájaros los he visto yo en los documentales de la 2 y son de muy lejos. Y ¡sí! Resultó ser un pájaro carpintero, allí estaba, a tan sólo unos metros de mis incrédulos, ignorantes y atrofiados ojos de urbanita. Es una de esas imágenes que se quedan para siempre.

Desde mi nueva casa veo a todos mis vecinos. Probablemente se preocupen ellos más de mí que yo de ellos, al fin y al cabo yo soy “la de fuera” y en su día a día está el controlar el status quo del vecindario. Cada pequeña cosa tiene que estar en su sitio, como ha estado siempre, esa es su seguridad. La mayoría son mayores, se entretienen con las telenovelas de la tele y con las suyas propias, las que relatan la vida de sus paisanos, que por cierto son muchas y con bastantes vericuetos, para ser un pueblo tan pequeño. También hay vecinos más jóvenes con los que compartir chimenea en el duro invierno a golpe de conversación, mientras mojamos el frisuelo en el chocolate e intentamos arreglar el mundo.

Desde mi nueva casa se ven el cielo, la luna, las estrellas. Cuando más se disfruta es en verano, una de esas noches despejadas en las que parece como si el cielo se fuera a caer al suelo al no poder con el peso de tanta estrella. Suelo invitar a los amigos a una noche loca. Les llamo, saco mantas al jardín, nos tumbamos boca arriba, bien tapaditos, que por la noche refresca y contemplamos el firmamento. Unas veces a lo mejor apetece un poco de música chill out con copita en mano y relax o surgen las historias más insospechadas y la risa es la compañera de todas la noche.

Desde mi nueva casa siento las montañas. Las hay de todo tipo, bajas, altas y altísimas. Con vegetación ligera, con bosques o peladas, de roca. Vivo desde hace muy poquito en el campo, en el corazón de los Picos de Europa, donde se expresa toda posibilidad de naturaleza posible.

Desde mi nueva casa tardo 2 minutos en llegar al trabajo, andando, sin prisa pero sin pausa, en un pequeño negocio artesano propio. Un lugar donde se elaboran alimentos en sintonía con esta naturaleza, con nuestra naturaleza, sana, natural y sencilla.

Desde mi nueva casa puedo salir al mundo, estoy a una hora de aeropuerto, trenes y autobuses…y cuando salgo llevo la naturaleza y el despacio conmigo. Yo no necesito ir de fin de semana al campo para “parar”, para “encontrarme”. Ahora cada vez que salgo de mi casa me llevo a mi misma a todas partes, consciente, serena, feliz.

En El Blog Alternativo: ECOALDEAS: una filosofía de vida

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31 Responses

  1. Mónica

    31 marzo 2009 12:44

    Ala, qué envidia… Es uno de mis sueños, irme a vivir con mi familia a un entorno más tranquilo. El problemas es que no sé si sería capaz de quitarme de enciam mi capa de urbanitas… Está tan pegada a mi piel que me costaría adaptarme. Pero es chulo vivir en medio de la naturaleza.

  2. Itzi

    31 marzo 2009 20:51

    Mónica, como seguro que ya sabes nada se controla de antemano aunque se intente preveer. Así que te animo a que busques el lugar con el que te sientas unida de alguna manera especial y hacer un plan: de movilidad, económico, emocional, etc… hay que intentarlo y el resultado siempre será una aventura y nunca irreversible. Porque nada lo es ¿verdad? Bueno perdona, no quería parecer consejera sólo trasladarte mi entusiasmo por esta idea.

  3. juan jose agüera

    17 septiembre 2009 18:37

    hola me llamo juanjo estoy flipando por que esto de vivir en el campo siempre me pico la curiosidad . siempre que podiamos nos escapabamos al monte pero con el paso de los años entre salida y salida pasaba mas tiempo y mass y masss y con los años vinieron los hijos que por cierto tenemos dos preciosasniñas de 12 y 6 años. hasta estos ultimos dias en que al quedarme sin trabajo y tener timpo para pensa y recordar lo andado hasta el momento me da en la nariz que estaba equibocado y me gustaria probar la vida en el campo rodeado de naturaleza y sin mirar el reloj cada diez minutos y todo esto con 38 años my mujer fifi piensa que estoy un poco loco yo creo que no tubimos la oportunidad de elegir por que cuando nos casamos hace 15 años ni por asomo la socedad consumista que nos rodeaba y el constante tintineo que sonaba en nuestras cobezas transferidos por nuestros mallores que de verdad pasaron muchas necesidades nos decian 8TRABAJO-DINERO) pero estoy decidido para dar el salto y embarcame en esta nueva empresa y me voy a dedicar my nuevo prollecto personal la vida en el campo recopilando toda la informacion que pueda recoger por lo que os agradeceria me facilitarais informacion sobre las posibilidades , colegios ,sanidad y serbicios

  4. Itzi

    19 septiembre 2009 17:11

    Hola juan josé. por mi parte sólo quería compartir mi experiencia. desde luego donde vivo hay colegio, sanidad publica y todos los servicios. bien mirado por ejemplo no hay uvi móvil y mis posibilidades de morir de camino al hospital, mirado desde un punto de vista frío estadístico son mayores. pero… quien sabe lo que me ha pasar y cuando y donde???? Aunque claro yo no tengo niños y seguro que eso hace ver la vida de otra manera…

  5. Williams Marenco

    20 noviembre 2009 16:42

    Te felicito por tan radical decisión de vivir en el campo, algo que anhelo, pero que no me dicido hacer. Me preocupa el tema de la seguridad en el campo, dado que en mi país el tema de las pandillas y las maras han llegado a invadir no solo la ciudades, sino el campo, razón por la cual no he podido dar el saldo de calidad para trasladarme a un pueblo. ¿Còmo has solucionado este asunto en tu caso?

  6. itzi

    22 noviembre 2009 18:21

    Hola Williams. Me ha sorprendido tu pregunta. La verdad es que cuando me planteé venir a vivir al campo lo hice movida por todos los aspectos positivos que entrañaba e ilusionada por una nueva vida. Reconozco que puedo ser impulsiva y no suelo ver los aspectos negativos hasta que los tengo encima. Ya sabes, bueno para unas cosas, malo para otras. De todos modos en el publo de Cantabria donde resido no hay problema de maras. Sí que hay inseguridad pero en la media de España y ligada a grupos reducidos. Sí que es verdad que no vivo aislada, sino en una casa en un pequeño complejo residencial rural y cerca de ayuntamiento, centro de salud y policía y en el pueblo, con más habitantes. Anliza bien el sitio al que puedes trasladarte y si la insegurdad es muy grande entonces, igual no merece la pena. Y recuerda, vivir en un entorno rural, no implica irse a vivir solo y aislado, al menos en España. Si aún puedo ayudarte no dudes en volver a contactarnos.

  7. Itzi

    2 julio 2010 10:57

    Hola Pablo, he tardado algo en contestar lo sé pero no quería dejar pasar la oportunidad de hacerlo. Lo de venir a vivir conmigo lo veo complicado pero lo de venir a Liébana de visita eso no deberías perdertelo. Es un sitio muy muy especial. Este verano estaré trabajando el Refugio de Áliva a 1.600m de altitud así que ya sabes, unas buenas botas, mochila y a caminar por la alta montaña, te espero…

  8. esther

    10 enero 2011 00:41

    Lo mejor de todo es estar en contacto con la naturaleza, por eso viivr enel campo es una experiencia inolvidable

  9. Carola

    26 mayo 2013 05:36

    Hola, es hermoso lo que escribes, está lleno de paz, yo también estoy en ello, saludos.
    Carola de México

  10. itziar

    26 mayo 2013 22:45

    Hola Carola, perdona, cuando dices de este sitio ¿te refieres al lugar del que hablo? y ¿qué tipo de información te gustaría recibir? Un abrazo desde España!!!

  11. Carmen

    19 febrero 2019 21:49

    Hola Itziar

    Acabo de prejubilarme por una enfermedad (todos/as me dicen que me lo ha provocado el estres, el trabajo, la ciudad,…) Y ahora mi marido y yo hemos decidido cambiar y alejarnos de todo lo que se parezca a a la ciudad e irnos a vivir a un pueblo o aldea. Sentir y vivir la naturaleza y buscar esa vida que te da el contacto con la tierra.
    Pero no sabemos ni donde acudir a informarnos, qué hacer,ni donde i a quien preguntar.
    Puede ayudarnos, por favor????
    Gracias

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