Tendemos a dar vueltas y vueltas a algunos acontecimientos inquietantes del pasado. Puede tratarse de una discusión con un compañero de trabajo o de un accidente de tráfico. Recordamos lo ocurrido ayer o lo que pasó hace varios años, habitualmente atormentándonos y pensando como hubieran cambiado las cosas si hubiésemos actuado de forma diferente.
La vida es un continuo aprendizaje y las experiencias pasadas, aunque sean negativas, son una lección y un paso adelante en nuestro camino. De todo lo vivido hay que extraer conclusiones que nos ayuden a hacerlo mejor en el futuro y dejar de martirizarnos con aquello que ya no tiene solución.
En El Blog Alternativo: Simplifica tu vida