“Yo creo que nuestro cuerpo es como un vehículo,
hay una fuerza que lo mantiene unido y vivo y
que se marcha cuando envejecemos y morimos:
somos polvo de estrellas y volvemos a serlo en ése momento”
Osel Hita
Palabra de lama reencarnado.
La historia de Osel Hita es el periplo vital de alguien que lucha por su libertad de elegir y encontrar su camino en el mundo. Nació en un pueblo de Granada de padres budistas y a los 14 meses el lama Zopa, un importante lama tibetano, le identificó como el tulku o reencarnación del lama Yeshe: y desde luego no era una reencarnación baladí…
Lama Yeshe fue reconocido como uno de los principales introductores del budismo en Occidente. Entre él y el lama Zopa crearon la Foundation for Preservation of Mahayana Tradition (FPMT), organización que se ha convertido en una de las más importantes e influyentes en el budismo occidental.
Es curioso observar que lama Yeshe era un magnífico comunicador y tenía un sentido del humor muy acusado: cuando le quisieron otorgar el grado de “geshe” o maestro, se negó:
“¿Y entonces me llamaría Geshe Yeshe…?”
También se refería a veces a sí mismo como un hippy budista.
El proceso para identificar a Osel fue tan puntilloso como suele serlo, e incluyó el reconocimiento de objetos personales de Yeshe. Posteriormente, a los seis años, Osel viajó a la India para ingresar en el monasterio de Sera e iniciar la formación para convertirse en lo que ya estaba planeado desde su re-conocimiento, es decir, en la cabeza visible de la organización creada por Yeshe y continuador de su tarea.
Pero Osel nunca fue un niño “fácil”. La disciplina en el monasterio y el alejamiento de su familia hicieron mella en él, y cada vez que iba a visitar a su familia los mismos monjes tenían miedo de que no volviera.
Finalmente, a los ocho años, y tras una llamada desesperada a su madre, ésta vino y lo sacó del monasterio. Tras una reunión de urgencia en Londres, todo pareció volver a la calma, y Osel volvió a Sera.
Pero cuando cumplió 18 años Osel dijo que lo dejaba. Dejó el monasterio y viajó por parte del mundo buscando su destino. Estudió en diversos países principalmente materias relacionadas con el cine y la fotografía. Le atraen el mundo de los documentales y participa en manifestaciones contra la guerra.
Ahora mismo, Osel se considera un “agnóstico científico”, es decir, un científico que cree que hay algo más por descubrir.
A lo largo de todos estos años hemos ido descubriendo distintas facetas de Osel, como cuando en una entrevista declaró que quitaría al budismo muchos ritos sin sentido y le añadiría el concepto occidental de libertad. Cuando habla de la disciplina de Sera se nota la amargura en su voz, pero al mismo tiempo hay una tristeza que empapa el discurso.
Siempre he tenido un especial Interés por Osel. Me parece un ejemplo genial de la lucha entre el destino y la libertad, entre la tradición y la evolución.
¿Debe evolucionar una religión?
¿Debe “adaptarse a los tiempos”?
Creo entender que Osel estaría de acuerdo en que sí, indudablemente: y seguramente Yeshe también. Osel cree ahora mismo en que cada uno debemos buscar nuestro propio camino, y no se siente con derecho a enseñar a nadie.
¿Hasta qué punto es bueno aislarse de la sociedad a la hora de buscar una meta espiritual?
El “plan de estudios” del monasterio de Sera incluía sesiones de más de 14 horas de estudio para “afilar la mente”, con una importante cantidad de prohibiciones tales como la TV, el cine, y todo lo que oliera a occidental. ¿Hasta qué punto es una educación, sobre todo, justa?
Porque esa educación incluía separarlo de su familia. Gracias a una de sus rebeliones logró que su padre y su hermano fueran a vivir con él; pero no su madre, mucho más crítica con el destino que les había tocado vivir. Finalmente, sus padres se divorciaron.
El mismo Osel manifiesta que donde más y mejor se manifiestan las emociones es en pareja. Eso lo tuvo que aprender sólo… tras salir de Sera. En el monasterio convivía con 5000 monjes varones y las mujeres estaban prohibidas para él.
Muchas veces he oído que Osel tuvo que “desprogramarse” de la formación que le dieron en la India, y que si fuera otra organización estaríamos hablando de una secta. Pero…
¿ No nos programamos siempre?
Ahora mismo, ¿no programamos a nuestros hijos con la educación que damos en nuestras escuelas, con la tv que ven tantas y tantas horas al día…?
La sociedad los programa para que sean buenos consumidores y que no den problemas. Y con la mayoría lo logra…
Osel es una estrella errante. Pero una estrella que ahora controla su destino y brilla con luz propia.
Y seguramente ésa es su primera enseñanza.
JUAN
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13 junio 2009 11:22
Es curioso cómo los mismos que buscan la reencarnación del lama luego no quieren escuchar lo que este maestro reencarnado les quiere decir y tratan de encajonarlo en la relijión que a ellos les satisface y les da seguridad. El maestro es maestro hasta que comienza a decirnos cosas que no queremos oir, que nos llevan a abandonar lo conocido y nos llevan lejos. Desde luego me parece inhumano separar a un niño de su familia de esa manera para encajarlo en un encuadre artificial. Me pregunto cómo sería hoy este chico si hubiera tenido una infancia vivida desde el respeto y el amor de unos padres presentes en todo momento.
13 junio 2009 11:52
Un niño indigo con la misión de revolucionar esas prácticas antiguas y poco humanas pq no sólo los occidentales debemos cambiar en muchos aspectos.
Desde luego su infancia es muy dura, ojalá que lo supere y continúe con un gran amor su misión desde el tipo de vida que elija.
2 agosto 2009 21:04
No soy budista, pero creo que entre el sufrimiento que paso Osel, hay una parte positiva y enorme que fue su gran aprendizaje. Cuantos niños viven en entornos familiares hostiles y ignorantes, y crecen sin apenas sensibilidad y amor, sin oportunidades de estudiar o conocer nada, encerrados en oscuras calles de barrios. Osel ha viajado por todo el mundo y de bien joven descubría su destino con respeto. Ha podido conocer las ciencias, lenguas diferentes e infinidad de infinidades, ha estudiado en varios paises y tiene toda una vida por delante. No parece tan terrible. Y esos niños que viven lejos de sus familiares internados en horribles colegios, o abandonados en centros, o simplemente explotados trabajando. Es por eso que no encuentro tan terrible la infancia de Osel, sufríria si, pero como el resto de los mortales. Ademas quien tiene la verdad?
3 agosto 2009 10:40
Hola, Ana María: evidentemente, no creo que la infancia de osel fuera «la peor del mundo». Lo de comparar siempre es muy peligroso en todos los casos, y aquí roza el absurdo, pues efectivamente hay millones y millones de personas con infancias diferentes: ¿con quién lo comparamos?
No obstante, la felicidad o no de una persona es algo subjetivo y no se mide por los conocimientos que pueda tener, tipo idiomas, o por los países que pueda conocer. Osel me parece una persona en circunstancias especiales que lucha con honestidad por encontrar su camino… y eso es mucho, desde luego.
Gracias por estar ahí.
16 junio 2010 18:19
Buenos días;
La historia es una inercia distorsionada que todos la
hacemos día a día, todo lo
que se está escribiendo de
Osel es algo qué ni él mismo
sabe bién, y por supuesto
aquellos que lan iniciado en
su persona a través de
sueños ó pruebas, nadie puede
demostrar cientificamente
la prueba, aunque ello no
quiera decir que no existe, lo que
no podemos es venderlo ó usarlo
en ningún sentido, para beneficiarse
culturalmente, politica ó económica
mente, si no estamos seguros y ésto es lo que intuye nuestro
querido Osel, imagen trucada de una
sociedad interesada en controlar y
mandar (jerarquizada) a aquello que
desvirtua su propia naturaleza, lo
autentico e imposible de controlar,
saludos un estudiante de la vida,
antonio san fe.
10 noviembre 2011 00:47
me pone a dudar sobre los metodos supuestamente «infalibles» que rigen al reconocimiento de los tulkus o maestros reencarnados, asi como sucedio en el reconocimiento fallido de Osel, cuantos mas son espurios. Osel no eligio terminar con ese sufrimiento que le impusieron arbitrariamente sino que siguio la tonica de su continuo mental de una etapa previa, el nunca pudo haber sido un lama, quizas jamas tuvo contacto con el Budismo propiamente dicho. triste caso en verdad, si a mi me hubieran «reconocido» aunque equivocadamente como es el caso, tengan la plena seguridad que les hubiera sido sincero a los lamas que no soy quien ellos esperaban, aun asi hubiera permanecido en el monasterio porque amo al Budismo, para esto no hay casualidades.