¡Cómo han cambiado las cosas¡
Se ha pasado de una situación en que se respetaba la figura del profesorado a otra en la que hasta los padres cuestionan su autoridad y sus criterios.
Y en medio de esa confrontación, continua y aumenta el fracaso escolar, lo que evidencia que algo falla en el Sistema a muchos niveles. Es un tema largo sobre el que reflexionar pero para empezar, Juan nos habla en el Lector Alternativo Opina del papel de los padres:
¿DE QUIÉN ES LA CULPA?
Situaciones como la del chiste son muy típicas en ambos sentidos: tanto padres que culpan a sus hijos del fracaso en los estudios, como progenitores que culpan a los profesores por no saber enseñar.
¿Qué falta en la ecuación?
Se nos ha olvidado lo más importante en el camino: la educación es básicamente responsabilidad de los padres.
Cuando observamos el nivel tan elevado de fracaso escolar, los cambios frecuentes en los planes de estudio, la falta de actitud de los alumnos… no intentamos hacer ni la más mínima autocrítica. Siempre es culpa de alguien que no somos nosotros: los políticos, los profesores, las amistades de nuestros hijos…
La mejor educación es UN BUEN EJEMPLO. Casi siempre tendemos a repetir lo que observamos en casa. El diálogo, el cariño y la comprensión desde el hogar son las mejores herramientas para poner los mimbres de la felicidad de cualquier niño.
Otro tema es lo que se les intenta inculcar desde la escuela: un sistema competitivo que nos empuja a ser perfectos consumidores sin rechistar. Pero tenemos la respuesta ante ello: de nuevo, el ser PADRES Y MADRES CONSCIENTES.
¿Lo intentamos, o seguimos echando las culpas a los demás?
Vía chiste: Peques y más
En El Blog Alternativo: Otros artículos de Juan
16 junio 2009 04:03
Aqui les regalo este articulo de Claudio Naranjo, que despejará o no varias dudas con respecto a a la educación que se esta cayendo a pedazos.
Claudio Naranjo (Valparaíso, 1932) es un sabio de rostro algodonoso y polar. Tal vez se dejó barba para disimular su ojos de niño, y sus dientes. Lleva unos zapatos inquietantes, raro cruce de zueco agujereado y chancla. Afirma que los conflictos mundiales no se solucionan con conferencias internacionales de políticos, sino cambiando la educación. La esperanza: nuestros hijos. Para Naranjo, la felicidad es el equilibrio entre el pensar, el sentir y el querer. Y realizar el potencial de nuestro ser.
–Dice que el sistema educativo solo sirve para mantener la sociedad actual. ¿Cómo podemos cambiar el mundo con la educación?
–La educación tendría que pasar de ser un órgano reproductor de la sociedad que tenemos a ser un órgano de fomento de la evolución. Habría que dejar de usar la educación como sistema de adoctrinamiento o de reclutamiento para esa sociedad. Hay un elemento despótico: se usa la escuela para domesticar. Tendríamos que usar la educación para formar seres completos.
–¿Y qué es un ser completo?
–La educación actual solo se ocupa de la mente racional, práctica, instrumental, como si fuéramos solo eso. Se crean seres egoístas y prácticos que no tienen una dimensión del goce de la vida. No parece legítimo educar para la felicidad. Si se calculara el precio de la infelicidad que se crea, se vería lo antieconómica que es nuestra educación. Crea gente infeliz, que desarrolla neurosis y enfermedades psicosomáticas, que no funciona bien en el trabajo.
–Usted no está a favor de las notas.
–El sistema de aprendizaje basado en notas viene a decir que hay que aprender para comerse la zanahoria. Las cosas verdaderas se aprenden por amor a aprender, por amor a la verdad, por deseo de saber. Los niños tienen gran curiosidad, pero se les va matando esa curiosidad cuando se les obliga a repetir cosas aprendidas. Sobre su pregunta anterior, un ser completo no es solo un ser inteligente; también es amoroso y tiene una sabiduría instintiva. Esta sabiduría es sagrada para las culturas chamánicas, que tenían mucho contacto con el animal interior. El alma es como un animal.
–¿Los maestros tienen que estimular al animal interior?
–Sí. ¿Sabe cómo? Enseñando con una actitud amorosa. No siendo explotadores disfrazados de buenos maestros.
–¿Explotadores?
–Le roban al niño muchas horas de su vida durante muchos años de escuela. Lo mantienen en una incubadora, inmóvil en la clase aprendiendo estupideces que poco le van a servir para la vida. La verdad no se aprende en libros que hablan de lo que dicen otros libros. Eso es un conocimiento muerto. No hay prueba científica de que la educación de ahora sirva para el desarrollo de las personas. Por suerte, los niños tienen el buen instinto y sentido que les dice: «Esto no va conmigo, no responde a mi situación existencial».
–Y, además, está el ego. Se nos educa para cultivar el ego.
–El ego es una prisión. Una mente chica. Un tejido de emociones destructivas y carenciales. Por eso, la envidia, el orgullo, son lo que mueve a la mayoría durante la mayor parte de su vida. Hay que conocer al ego para no ser su esclavo.
–¿Cómo es su ego?
–Es un buen burrito de carga. Lo uso para mis tareas.
–Según usted, ¿cuál es el mayor problema del mundo?
–El virus del lenguaje. Se mira todo a través de un exceso de juicios. No vivimos de forma natural, sino a tra- vés de conceptos intermedios, de lo que debería ser y cómo debería ser. Y el dinero. Hoy en día, lo único grande es el dinero. Es como si la gente estuviera loca por el dinero. Como decía Antonio Machado, solo un necio confunde valor y precio.
–¿Qué es lo real?
–La experiencia vivida. Pero la experiencia humana es como la cebolla. Hay cosas profundas y superficiales, incluso en el mundo emocional. Para un místico, lo real es el meollo de la conciencia. El ser es lo real. Y la gente no tiene esa experiencia del ser. La gente busca el ser generalmente donde no está: en el placer, en la intensidad, en tener. Casi toda su vida es un sentido de déficit, porque no saben que existen. Una persona que ha llegado a sí misma es la que ha llegado a saber que es.
–Usted lo descubrió en el desierto.
–Fue la sala de partos. El comienzo de una nueva vida. Yo era un buscador sediento, me había acercado a muchos maestros, pero no había metido la cabeza en el cielo, excepto con algunas experiencias psicodélicas. En el desierto empezó la posibilidad de encontrar una conciencia contemplativa, de entrar en contacto con lo divino, se le llame como se le llame, porque yo no simpatizo con los que hablan de Dios.
–Dios no está de moda.
–Y con razón, porque se ha usado su nombre más que en vano. El nombre de Dios lo han usado mucho los bandidos.
–Y usted ¿qué quiere ser cuando sea mayor?
–Yo ya llegué al cielo, y lo perdí. Me gustaría terminar de volver a la tierra. Sembrar aquí, en la tierra, lo que encontré en el cielo. Yo estoy creciendo, estoy en desarrollo. Por ejemplo, cada vez hablo con más fluidez. También me gustaría tener el corazón más grande, servir más a los otros y estar al servicio de lo que la vida me diga.
16 junio 2009 08:57
Bravo, Naranjo es un genio. Debemos lograr que el cambio comience desde la educación a nuestros hijos o, mejor dicho, desde el aprendizaje conjunto entre padres e hijos. Muchas gracias por un gran comentario
16 junio 2009 08:59
Gracias Vi por esta magnífica entrevista que próximamente publicaremos en un artículo para que llegue a más lectores que en un comentario.
¿Podrías indicarnos la fuente original por favor?
16 junio 2009 10:57
Mi hija tiene dos años recién cumplidos y fuera de mi casa no conozco más sobre la educación infantil que lo que veo en el parque y el panorama es francamente desolador. Veo padres y madres de mi edad utilizando métodos educativos viejos y obsoletos, con los que ellos mismos fueron educados. Veo abuelas que amenazan a sus nietos casi bebés con azotes imaginarios si se salen más de un metro de sus faldas. También hay excepciones, padres, madres, abuelos, que disfrutan con sus pequeños y los tratan con flexibilidad y cariño. Pero todos sin excepción hablan de la escuela como el no va más educativo. Igual que el médico es el no va más a nivel de salud. Nadie se cuestiona que pueda haber algo diferente y mejor que lo que el sistema establece. Y enseñan a sus hijos a caminar por el carril adecuado para que estén aprendidos cuando vayan al colegio (si es a los dos años, mejor que a los tres). De ahora en adelante nos toca soportar las presiones que supone salirse del carril establecido. Porque para que nuestros hijos lo hagan, hemos de ser los padres quienes nos salgamos primero. Y no es precisamente fácil.
16 junio 2009 11:29
pero es ILUSIONANTE, Monica!!!! O debe serlo. Y somos muchos y muchas los que pensamos igual, y los que lograremos que todo esto cambie
Entre todos lo lograremos, seguro.
16 junio 2009 11:42
Pues eso espero Juan. Yo ya me siento un bicho raro sólo por querer tener más hijos… Mi instinto me dice que no me equivoco, pero me siento una gotita en un océano inmenso. A veces aislada o otras conectada al mundo a través de una terminal de ordenador. Generación tras generación los padres queremos no repetir los errores de nuestros padres y dar a nuestros hijos aquellos que no tuvimos. Nuestra generación tuvo cosas materiales y juguetes que nuestros padres no tuvieron. Ojalá nuestros hijos tengan la educación emocional y espiritual que a muchos de nosotros no nos dieron y hemos tenido que encontrar, ya adultos, por nuestra cuenta. Un abrazo!
16 junio 2009 18:30
Hola! Can- Men
Con mucho gusto me olvidé de citar la fuente de donde lo saque. http://www.altaeducacion.ning.com
Saludos a todos!
21 septiembre 2010 13:59
Ahora resulta que los padres son responsables del fracaso educativo. Esto me parece patético. Tengo más de 40 años, mis padres no tuvieron prácticamente ninguna aportación a mi educación. Ahora nosotros dedicamos al menos 2 hrs diarias a la educación de nuestros hijos, y todavía se nos culpa del fracaso. Creo que el problema radica en la falta de compromiso de los profesores y de su forma de enseñar. Las cosas siguen como hace 40 años. El curso escolar debe ampliarse, los sistemas de educación deben de cambiar para ser más prácticos, los profesores deben de motivar a los alumnos, implicarse más o dejarlo. Aquellos profesores que dicen que se deprimen en su trabajo les invito a dejarlo, que no sigan. Es más, creo que le sistema de oposiciones debería sustituirse por un sistema de méritos, donde los profesores debería presentarse y ser juzgados tras al menos 10 años de experiencia docente. Así habría una preselección de los aptos, ahora, no existe tal selección y seguramente tenemos un montón de profesores que no sirven para el trabajo educativo. Finalmente, los profesores, que son los que dirigen las escuelas, colegios e institutos, son los máximos responsables del sistema educativo y son ellos los que deben poner remedio al fracaso escolar que azota nuestro pais. Si alguien culpase a otro de lo que sucede en su casa, acaso no le llamaríamos caradura???? Más compromiso y más currar (3-4 meses de vacaciones pagados al año), y menos quejas.
21 septiembre 2010 15:23
Aquí unos artículos que tratan el tema en profundidad desde los errores de la escuela como parte del engranaje del Sistema actual y obviamente tb de los padres, pq muchos delegan todo en terceros y ni siquiera crían a sus hijos:
– POR QUÉ LA ESCUELA NO EDUCA
– La escuela mata la creatividad
– Padres que delegan en terceros
– Bajo presión
Desde luego, si todos echan balones fuera sin auto-reflexión, no hay nada que hacer.
Saludos