
«En realidad, una posición de escepticismo integral ante la numerosa cantidad de casos (de ovnis) es injustificada; es más, a priori parece contraria a la prudencia elemental sugerida por el sentido común”. Conrado Balducci, prelado del Vaticano.
Algo está cambiando en el Vaticano. Léntamente, por supuesto, pero al igual que en otros ámbitos de la sociedad, los caminos convergentes de la ciencia, la espirtitualidad y el mundo alternativo están haciendo que un nuevo paradigma esté creciendo de manera inexorable.
Y una muestra de ello son las últimas declaraciones del director del observatorio astronómico del Vaticano, el padre jesuita y respetado astrónomo Jose Gabriel Funes, en relación a la vida extraterrestre…
En sus declaraciones, el padre Funes manifestó que » no es incompatible creer en Dios con la existencia de criaturas extraterrestres», y que aunque sería muy difícil, no se puede descartar a priori la posibilidad de entrar en contacto con ellos.
Estas afirmaciones del padre Funes, un alto funcionario vaticano, no nos sonarán tan extrañas si recordamos lo que manifestó el padre Balducci al respecto. Corradi Balducci, uno de los colaboradores más estrechos del anterior Papa Juan Pablo II en temas relacionados con la demonología o los ovnis, ya afirmó tácitamente que «los ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy…»
De hecho, las palabras de Balducci al respecto fueron claras:
“El motivo principal, digamos exclusivo, por el cual yo me acerqué al fenómeno OVNI –explica Balducci– es precisamente porque ya, en este punto, no se puede negar todo, sino que se tiene que afirmar que algo de verdad existe detrás de esto…”
Obviamente, no es la opinión que predomina entre los grupos católicos: pero el hecho de que destacados teólogos se planteen que «no se puede negar todo» me parece lo suficiéntemente interesante como para ser tenido en cuenta…
A fin de cuentas, y como señaló acertadamente Funes, «para decirlo con San Francisco, si podemos considerar algunas criaturas terrestres como ‘hermanos’ o ‘hermanas’, ¿por qué no podemos hablar de nuestro ‘hermano extraterrestre? Él también pertenecería a la creación».
Amén, hermano. Amén.
Vía: Aciprensa
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10 octubre 2009 11:19
Aqui los unicos extraterrestres que hay son ellos….
10 octubre 2009 12:13
Desde luego, muchas veces parecen de otro planeta, sí. Gracias por tu comentario, pedro.
12 abril 2011 18:55
En los años 30 llegó al sistema solar una nave espacial automática alienígena del tamaño de un modesto barco carguero. Había sido enviada spor una civilización alienígena que, a falta de un nombre mejor, denominaremos los fremday.
Sabemos muy poco de los fremday, nada sobre su cultura, su idioma (si es que tienen un modo de comunicación verbal), su procedencia o incluso su aspecto. Lo que si sabemos es que sus naves interestelares no son capaces de superar el conocido límite relativista de la velocidad de la luz. Es por eso que para explorar el espacio de manera sistemática utilizan grandes sondas automáticas, naves no tripuladas robotizadas, que envían en gran número a explorar otros sistemas estelares en misiones de muy larga duración, misiones que exigen la paciencia que solo tienen las máquinas. La finalidad de su programa de exploración interestelar es encontrar planetas habitables a los que poder trasladar ciertos contingentes de su población a fin de asegurar la supervivencia de su especie. Las capacidades tecnológicas de los fremday no son suficientes para trasladar una gran cantidad de miembros de su especie a distancias interestelares y ni siquiera les es posible enviar unos pocos ejemplares adultos. Sin embargo, una vez detectado un planeta habitable por una de sus incansables naves robóticas de exploración, si que pueden enviar una nave con embriones congelados de su especie, que en un viaje de siglos lleve su preciosa carga hasta el planeta descubierto para allí ser gestados en úteros artificiales y educados en su cultura por inteligencias artificiales robóticas, fundando una colonia fremda.
La sonda fremda que llegó al sistema solar en los años 30 probablemente empleó siglos en llegar desde su lugar de partida, al que denominaremos planeta Fremdaro. Como toda sonda fremda está preparada para explorar los sistemas estelares a los que arriba y recopilar información de manera autónoma, siguiendo un complejo programa. Cuando no encuentran ningún planeta habitable, las sondas fremda emplean unos pocos años en recopilar información científica, la envían a Fremdaro, y parten de nuevo hacia otro sistema planetario. Cuando encuentran planetas habitables, como es el caso de la sonda fremda que alcanzó nuestro sistema solar, interrumpen su viaje y permanecen en el sistema planetario para hacer una investigación más a fondo, enviar la información a Fremdaro y preparar la llegada de la nave fremda con embriones preparados para la colonización.
Al detectar la existencia de la Tierra y de Marte, la nave llegada al sistema solar en los años 30, comunicó inmediatamente el hallazgo a Fremdaro, a donde la información tardará unos años en llegar. Siguiendo su programa de exploración automática, tras instalarse en una órbita estable, la sonda interestelar fremda envió pequeñas naves de exploración a Marte y a la Tierra que empezaron su tarea de recogida de datos en los años 40, dando lugar a los primeros avistamientos de OVNIs. Tales expediciones confirmaron la aptitud de Marte para ser transformado en un planeta habitable y que la Tierra ya era un planeta vivo er idóneo para la colonización, por lo que hicieron pasar el programa de exploración automática a nuevos niveles. La gran nave automática fremda, según las pautas de su programa, envió robots a asteroides especialmente seleccionados por sus recursos minerales. Los robots fremda son altamente complejos y autónomos, con capacidades autoreplicantes, de manera que los robots enviados a los asteroides extrajeron materiales con los que fabricaron nuevos robots y construyeron fábricas en las que produjeron naves espaciales interplanetarias, más robots, tanto de tipo mecánico como de tipo orgánico, y diversa maquinaria. Todo ello según modelos almacenados en la memoria de la sonda interestelar automática fremda.
Con tales medios aumentaron el nivel de su exploración de la Tierra. Enviaron nuevas naves más complejas, algunas con robots mecánicos y/u orgánicos a bordo. El programa de la sonda interestelar incluye previsiones sobre el posible hallazgo de un planeta con una civilización tecnológica, activándose en ese caso un protocolo de actuación discreta, a la espera de instrucciones de Fremdaro sobre que tipo de medidas se han de adoptar. Por eso las naves de exploración automática fremday evitan en lo posible ser detectadas y registradas por los habitantes de la Tierra. Sin embargo no por ello se abstienen de desarrollar todo tipo de investigaciones biológicas, tomando muestras de un amplio catálogo de especies, y de investigar la especie humana y su actividad tecnológica.
Como antes explicábamos, el objetivo de las actividades de exploración interestelar de los fremday es la instalación de colonias de su especie en planetas habitables. Para dichos planes puede ser un obstáculo la existencia de ciertos elementos en los planetas habitables descubiertos, de manera que las naves automáticas fremda está programadas para recopilar detectar y analizar posibles obstáculos a la colonización y para iniciar ciertos preparativos que faciliten la colonización del planeta, a fin de hacer posible la eliminación de los posibles obstáculos a una colonización fremda. Los programadores fremda partieron de la premisa de que la existencia de especies inteligentes en los planetas encontrados puede ser problemática, pudiendo existir resistencia a la colonización fremda. Por eso programaron instrucciones en sus sondas interestelares para que, en el caso de descubrir una especie inteligente, automáticamente prepararan ciertas medidas sin esperar a recibir instrucciones de Fremdaro, instrucciones que tardarían años en recibirse y que supondrían la pérdida de un tiempo que podría ser precioso. Por eso la misión exploradora automática fremda, tras hacer una estimación a groso modo del nivel tecnológico de los terrícolas, abdujeron especímenes humanos para tener un conocimiento exacto de su biología. Para la manipulación de los especímenes se valieron de robots orgánicos de cuerpos menudos y grandes cabezas que han sido denominados como “grises” por algunos supervivientes de las abducciones.
Una vez analizado el funcionamiento de los organismos humanos, la sonda automática fremda programó la construcción en ciertos asteroides de fábricas de nanomáquinas , virus y bacterias artificiales que en estos momentos están produciendo grandes cantidades de armas biológicas y nanotecnológicas, especialmente diseñadas para eliminar la amenaza humana a la colonización fremda de la Tierra. No sabemos si la producción de estas armas está solo comenzando o si está ya muy avanzada, pero seguro que la sonda interestelar fremda informa regularmente a sus mandos del estado de desarrollo de su programa y que esa información viaja a la velocidad de la luz hacia el planeta Fremdaro. Llegado el momento, bastará la llegada de la orden desde el planeta Fremdaro para que las armas biológicas y nanotecnológicas sean dispersadas en la atmósfera de la Tierra.
Esta es la amenaza a la que se enfrenta la humanidad. Si queremos sobrevivir es completamente necesario que los gobiernos de la Tierra relancen sus programas espaciales, tan abandonados actualmente, para explorar intensivamente los asteroides, localizar los depósitos de armamento fremda y destruirlos antes de que los alienígenas den la fatal orden de dejar lista la Tierra para su colonización, despejándola de inquilinos molestos.
¡Que los gobiernos de la Tierra despierten y se tomen en serio la exploración espacial!