La terrible foto que observáis arriba ganó el Premio Pulitzer en 1994. Fue realizada por un fotógrafo sudafricano, Kevin Carter, durante unas vacaciones que pasó en Sudán el año anterior.
Dos meses después, Kevin se suicidaba presa de una depresión causada, entre otras cosas, por el despertar de una conciencia culpable…
Pero, ¿quién era la persona que realizó esta fotografía que dio la vuelta al mundo?
Kevin nació en la Sudáfrica del Apartheid, donde ser blanco era un privilegio aplastante. Comenzó su carrera profesional en los años 90, cuando el régimen racista tocaba a su fin… si bien la violencia en zonas como Soweto o Tokoza era incluso mayor que cuando estaba protagonizada por blancos y negros, pues ahora eran masacres entre negros, animados y subvencionados por blancos.
En ese mundo sin piedad, Carter formaba equipo con otros tres fotógrafos que eran conocidos por las impactantes instantáneas que lograban hacer, así como por su desprecio del peligro: eran conocidos como el «Bang Bang Club«. Protegidos simplemente por su cámara fotográfica, buscaban la imagen más salvaje, la foto más desgarrada…
Para lograr hacer este trabajo la conciencia debe estar desactivada. No puedes estar viendo gente morir todos los días y compadecerte de ellos, porque entonces no harías las fotos. Y tu función es exclusivamente esa. No estás allí para ayudar a nadie, ni para tomar partidos. Sólo eres un fotógrafo.
Para llevar ese tipo de vida, mucha gente acude a las drogas a fín de acallar esa voz que todos tenemos en nuestro interior, y que nos dice lo que está bien y lo que está mal. Desde luego, Kevin y sus amigos conocían ampliamente los pozos sin fondo del alcohol y demás formas de evadir la realidad.
Hasta que, un día, Kevin se fue de vacaciones a Sudán. Seguramente, necesitaba cambiar de aires, ver cosas nuevas. Pero no logró desconectar, y en un centro de reparto de alimentos de alguna Ong, entre miles de escenas dantescas, observó la imagen que veis arriba… Esperó 20 minutos a ver si el maldito buitre extendía las alas, y así podía lograr una foto más impactante. Por supuesto, cuando al final hizo la foto se dió media vuelta y se fue.
Un año más tarde le dieron el Pulitzer por la foto. Seis días después de anunciarle el premio, Ken Oosterbroek, su mejor amigo y miembro del «Bang Bang Club», moría en un tiroteo en Tokoza. Y la máscara de Kevin cayó.
Sus compañeros de aventuras habían sido su gran apoyo durante su vida de riesgo sin fin, y sin Ken, Kevin se sintió profundamente sólo. Además, ya no había ni la mitad de violencia en Sudáfrica, y el peligro, que había sido la droga que más había consumido, ya no le alimentaba como antes.
Empezó a sentir remordimientos por la niña de Sudán, por todas las veces que había presenciado atrocidades y no había intervenido…
Finalmente, tres meses después de recoger el premio, Kevin se suicidó en su país natal.
Hace poco me ha llegado el vídeo «One hundredth of a second» con varios premios internacionales que comparto con vosotros. Me parece una dramatización acertada de la raíz del problema.
Ha habido muchas opiniones sobre este tema desde entonces. Yo diría que las manifestaciones sobre el tema van desde «¿cómo es posible que no hiciera nada por ayudar a la niña?», y «si no hubiera gente como Kevin Carter, no conoceríamos la realidad de lo que pasa en el mundo, para ellos es necesario no tener conciencia ni remordimientos».
Para mí, el problema va un poquito más allá.
Para mí, el verdadero drama es que exista un mundo como el que nos muestran esas fotografías. El caso de Kevin Carter nace de una sociedad deshumanizada a la que no le importa en realidad si esa niña vivió o murió, sino qué hizo el fotógrafo después de tomar la foto.
Porque asuntos como «qué hubieras hecho tú en su lugar», para mí, están fuera de lugar en absoluto. Para empezar, porque nunca, repito, NUNCA, nos podemos poner en el lugar de nadie. Nosotros no tenemos ni idea de qué hubiéramos hecho en su lugar. No es nada probable que vivamos una situación remotamente parecida en la vida, así que, ¿cómo podemos atrevernos a pontificar sobre ello…?
No. Kevin fue un hijo de la sociedad que hemos creado entre todos, como el maltratador de mujeres, el hincha radical de un club de fútbol y los que sabemos que todos los días mueren de hambre miles de niños, mientras nosotros tenemos enfermedades derivadas del sobrepeso.
En el fondo, cuando vemos la foto NOS SENTIMOS CULPABLES. Y desviamos la atención culpando al mensajero, al fotógrafo, cuando en la mayoría de los casos ni siquiera hacemos lo que sí está a nuestro alcance, es decir: intentar hacer de nuestra vida algo maravilloso para nosotros y para los que nos rodean.
Seguramente, no podemos por nosotros mismos erradicar el hambre en el mundo: pero podemos lograr que, por ejemplo, nuestros hijos se conciencien de que el terrible malgasto de las navidades no es necesario, de que hay muchos niños que no es que no tengan regalos, es que no tendrán ni siquiera algo para comer. Y eso no es demagogia, es la realidad donde elegimos estar instalados.
Por todo ello, ojalá podamos lograr que la foto de Kevin sirva para algo. No para debates estériles sobre éticas fariseas, sino para recordarnos que la vida es algo más.
¿Lograremos que la experiencia de Kevin y la foto de la pobre niña sirvan para algo?
Más información sobre Kevin Carter:
Wikipedia
El País
Artículo de Arcadi Espada en su libro «Diarios»
Sitio oficial vídeo: One hundredth of a second
Vídeo enviado por Muilea
1 diciembre 2009 09:17
muy fuerte el video… el mundo es muy cruel…
1 diciembre 2009 18:12
el tema es intenso, mi opinion es que se trata de ‘elegir’, cada ser humano tiene libre albedrio, muchos factores influyen en lo que ante cada evento decidimos actuar.
en estos dos ejemplos vemos a personas que su decision fue no involucrarse, pero hay muchos otros ejemplos en que el individuo decide actuar y el resultado es otro
Aqui en la ciudad de Mexico, hace unas semanas en el tren urbano (metro) un tipo armado disparo y mato a un policia, dos civiles trataron de detenerlo, uno resulto herido y el otro murio de un disparo en la cabeza.
‘decidieron’ involucrarse y estan en paz ellos mismos.
1 diciembre 2009 22:28
Que fuerte…