Bueno, amigos y amigas: no todo va a ser espiritualidad en esta vida. Buceando en la red se pueden encontrar ejemplos sorprendentes de cortometrajes hechos con mucha imaginación y pocos medios.
Lo que os traigo hoy es una muestra de ello… todavía me estoy riendo.
El autor es un estudiante japonés de 21 años llamado Ishida Hiroyasu que, junto con el estudio de grabación Tete ha creado un corto de tres minutos sorprendente y desternillante a la vez. No hay apenas diálogo, aunque la versión que os he conseguido está traducida al castellano.
Por cierto, es importante saber que en Japón, si alguien os dice que os preparará sopa de miso todos los días, se os estará declarando indirectamente…
Disfrutadlo, vale la pena.
Vía cortometraje: Whoquis