Vivimos en una sociedad en la que continuamente recibimos mensajes que nos incitan a consumir. Y la solución no es tanto que se censuren esos mensajes como que aprendamos a discernir y consumir menos y más responsablemente. Antes y durante las visitas a tiendas, centros, comerciales y tiendas online, deberíamos plantearnos ciertas cuestiones para que salgan beneficiados nuestros bolsillos y el planeta:
- elaborar una lista de la compra antes de ir al supermercado con lo que realmente nos hace falta… y ajustarnos a ella
- elegir productos con el envase mínimo: hacemos un flaco favor a nuestro planeta adquiriendo artículos con grandes embalajes de plástico y cartón
- priorizar productos locales y así evitar aquellos que se han tenido que transportar durante cientos o, incluso, miles de kilómetros, y que han causado emisiones de CO2 innecesarias
- mejor los alimentos de temporada: además de comer más sano no se habrá gastado energía para conservarlos en las cámaras frigoríficas o cultivarlos en invernaderos
- cuidado con las ofertas: a veces hay productos de similar calidad que, sin estar de oferta, son más baratos. O ¿estás comprando solo porque es barato y no porque lo necesites?
- los productos que adquirimos: ¿cómo se han fabricado? ¿se ha pagado un precio justo a los productores? ¿se han tenido en cuenta factores de sostenibilidad?
- ¿vas a utilizar eso que tanto te ilusiona en este momento o va a engrosar tu lista de trastos?
- considera pedir prestado todo lo que vas a utilizar durante poco tiempo: el ejemplo típico es leer los libros de la biblioteca en lugar de comprarlos
- reciclar para dar más de una vida a los objetos
- convertirse en un activista del trueque
- por favor, nunca compres para aparentar o para seguir las modas
- y algo que ocurre muchas veces a muchas personas: en ocasiones estamos comprando para suplir algunas carencias afectivas, de autoestima,… ¿no será mejor ir a la raíz del problema?
Seguro que a ti se te ocurre algo más… Gracias por compartirlo.
Inspirado en ecología blog
18 abril 2010 20:41
Gracías Angel por recordarnos las pautas a seguir para comprar, poco a poco, vamos interiorizando la compra sólo por necesidad o al menos intentando no seguir el impulso de «lo barato». Saludos
19 abril 2010 08:47
El tema del envase minimo es preocupante, cuando solo teniamos un cubo para la basura duraba 24 horas, pero hoy en dia que tenemos dos mas el carton y el vidrio… cuantas veces llenamos el de embalajes? en mi casa somos cinco y ese es el que gana con diferencia.
19 abril 2010 12:49
Después de muchos años siendo el burro que seguía la zanahoria de la oferta, llegué a la siguiente conclusión:
– Si compro 12 latas de berberechos de oferta(antes 3€, ahora 2€), total 24€, al final consumiré berberechos con mucha más frecuencia al tener el armario lleno (en 2 meses los habré gastado), por lo que habré gastado más dinero en ese tiempo, que si hubiera comprado alguna lata suelta SIN oferta cada 15 días (en 2 meses, 12€).
Es más, he acabado optando por NO comprar latas de nada, por economía y por ecología (son caras, muchas veces innecesarias para nuestra dieta, y generan muchísimo desperdicio en comparación con los que contienen).
Y decir a «la lista de la compra» que en mi casa también gana el de envases por goleada.
25 abril 2013 20:13
Muy interesante esto del consumo y cómo afecta a nuestras vidas… hay que tener en cuenta que al consumir no sólo adquieres un producto, sino que das tu apoyo a todo el engranaje que hay detrás!
Desde que me estoy volviendo algo más «minimalista» me doy cuenta de la cantidad de cosas que he estado comprando sin pensar y está cambiando por completo mi forma de comprar.
Gracias por hablar de este tema.
Un saludo,
Mayra