«Hacer el amor es una de las cosas que mas necesitamos y que menos hacemos. Para hacer el amor se necesitan dos cuerpos y DOS CORAZONES, muchas veces solo hay dos cabezas»
«Hacer el amor. La frase ya por si sola aparece como antigua, y se sustituye con frecuencia con expresiones como: tener sexo, follar, aparearse, copular, etc., etc. Internet está repleto de sexo y sobre todo de pornografía (…) Sexo virtual con imágenes casi siempre estereotipadas y falsas, cuerpos o trozos de cuerpos plastificados y todos iguales que se juntan mecánicamente en encuentros despersonificados. Pasión, creatividad, TERNURA SON LOS VERDADEROS TABÚES en este mundo que, para muchas personas, es la única referencia posible como ejemplo de relación sexual»
«CONCIENCIA, amor, arte, creatividad, espacio, tiempo, … Palabras y conceptos que no se encuentran, o muy raramente, en internet y en los cursos o en los manuales de neo-tantra. Lo que sí se encuentra son consejos sobre técnicas, rituales, posiciones, esquematizaciones y simplificaciones del cuerpo y del placer»
«Entre vivir y hacer el amor no hay separación, que la conexión es intima, profunda y total y que ambas son experiencias de inmensa potencia y de magia extraordinaria»
Laura Orsina y Axel Cipollini
(Artículo en la sección El Lector Alternativo Descubre de Laura Orsina y Axel Cipollini, pareja, caminantes en un viaje hacia la consciencia y la creatividad, hacedores del amor con la Vida e instructores de los talleres Hacer el Amor)
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HACER EL AMOR. Casi es obsoleto decirlo de esta manera en la sociedad aparentemente libre, aparentemente sin tabúes y prejuicios en la que vivimos. Parece una manera antigua para definir una de las cosas que mas necesitamos y que menos hacemos.
La sexualidad está profundamente presente en cada aspecto de nuestra vida, y por esta misma razón es uno de los asuntos mas contrastados, censurados, manipulados y distorsionados en el comportamiento humano.
Pero hacer el amor no es un contacto fugaz, distraído y genital entre dos cuerpos o, muy a menudo, entre dos cabezas. Tampoco es la unión anodina y azucarada de dos corazones colorados de rosa que nos enseñan en las películas. Entonces, ¿por qué todo lo que los medios de información nos muestran solo se sitúa entre estos dos extremos?
Un ejemplo: la televisión, el cine, los periódicos, y aun los videojuegos están llenos de violencia, sangre, abusos y nadie parece perturbarse por eso, pero en la tele nunca se transmitiría una escena con una pareja desnuda haciendo verdaderamente el amor con pasión en las horas de mayor audiencia.
Podría resultar en un trauma para los niños, que hasta unos minutos antes estaban destrozando enemigos en la playstation…
Aparentemente, un pene erecto es mucho mas traumático y peligroso que un kalashnikov que dispara.
Y si intentamos buscar “hacer el amor” en Google, los resultados son desconcertantes: empezamos con “las diez razones para hacer el amor ” (la primera: para hacer ejercicio físico) y seguimos con un listado de las posiciones principales (misionero, a cuatro patas, etc.) pasando por las diez reglas para hacer bien el amor (la primera para ella: dominar la presencia de los pelos superfluos, por ej: limpiarse).
Si tenemos suerte nos encontramos con paginas web que hacen publicidad de libros o seminarios que prometen enseñar técnicas pseudo tántricas para hacer el amor toda la noche y tener orgasmos intensos como terremotos.
Al final no se encuentra mucho y lo poco que se encuentra es muy decepcionante.
Internet está repleto de sexo y sobre todo de pornografía, cada 38 minutos aparece un nuevo sitio web dedicado al porno, el 25% de las búsquedas en los motores de búsqueda está relacionado con el sexo y la facturación de la industria del porno en España la sitúa entre las primeras en Europa.
Sexo virtual con imágenes casi siempre estereotipadas y falsas, cuerpos o trozos de cuerpos plastificados y todos iguales que se juntan mecánicamente en encuentros despersonificados.
Pasión, creatividad, ternura son los verdaderos tabúes en este mundo que, para muchas personas, es la única referencia posible como ejemplo de relación sexual.
Y en la vida real, en nuestras camas, ¿qué pasa?
Las estadísticas nos informan que mas del 50% de hombres y mujeres no se sienten satisfechos con sus vidas sexuales y que éstas se expresan en una media de 15 minutos, una o dos veces a la semana como máximo.
Y el deseo sexual sigue menguando, en hombres como en mujeres.
¿Qué puede reavivar estas aburridas vidas sexuales?
¿Probar nuevas posiciones? ¿Ponerse esposas de peluche leopardo, disfraces de sexy enfermera o intentarlo con consoladores espaciales tri-rodantes? ¿Utilizar condones fluorescentes o color negro-mandingo? …o ¿puede ser…cambiar de pareja más a menudo?
Quizás todo esto pueda ayudar momentáneamente a salir de la rutina y a insuflar un aliento de nueva energía en estas vidas hibernadas, pero el punto no es este.
Así como para aprender a fotografiar (o a pintar, a esculpir…) es imprescindible aprender antes de todo a ver, mucho más que aprender técnicas o dotarse del último y mas sofisticado aparato, para hacer el amor lo más importante es aprender a sentir, a percibir de manera consciente nosotros mismos y el otro.
El punto está allí, en la CONCIENCIA.
Conciencia de nosotros mismos, antes de todo.
Hacer el amor empieza desde la atención hacia nosotros mismos. ¿Podemos sentir, percibir nuestro cuerpo, nuestra piel, permitirnos el placer? ¿Están despiertos nuestros sentidos, sensibles nuestras manos?
Y conciencia del otro: necesitamos darnos cuenta que el otro existe, que existen sus deseos, su placer, su piel, sus sentidos.
EL AMOR ADEMÁS NECESITA RELAJACIÓN. Muy a menudo, haciendo el amor experimentamos la tensión, el esfuerzo para lograr un objetivo. Pero tensión, esfuerzo y objetivo son conceptos totalmente en contraste con hacer el amor.
Utilizamos el sexo como descarga de tensiones y a veces de frustraciones.
¿Cómo es nuestra cara o la cara de nuestra pareja cuando hacemos el amor?
Si nos tomamos el tiempo de mirarnos, lo que podemos ver son expresiones tensas, si las destacamos del contexto sería difícil reconocerlas como las caras de dos amantes, más bien parecen personas ocupadas en actividades estresantes y para nada placenteras.
Pasa lo mismo con los cuerpos. Se tensan, se contraen y reducen su espacio vital.
Pero a más grandes son el espacio y la relajación, más grande el placer, que puede difundirse sin límites. Dejar que la excitación siga sus sendas, que pueda subir y bajar a su antojo y permitirnos gozar de cada instante, de cada momento de este viaje.
Dejar que el placer se expanda mas allá de la zona genital, en todo el cuerpo y mas allá de este, así que cada centímetro de piel pueda participar a la fiesta y ser fuente recíproca de placer. No solamente por el tacto y la vista, sino también por su olor, su temperatura, su sabor.
El amor necesita también creatividad. Creatividad y sexualidad están totalmente vinculados, su objetivo es la creación de algo nuevo: una obra de arte, un hijo, una relación o simplemente un momento, una eternidad de puro placer.
Creatividad y sexualidad se alimentan de amor, de pasión, de instinto, de cuerpo, de sentidos, de espontaneidad y de estremecimiento; y mueren por exceso de racionalidad, de reglas, de esquemas, de repetición.
El amor, así como el arte y la creatividad, necesita espacio.
Espacio para expresarse, espacio interior no ocupado con esquemas, expectativas y falsas imágenes, espacio que el otro también necesita para sus deseos y sus tiempos, abertura a lo imprevisible y a la espontaneidad.
Exactamente lo contrario de una performance pre-confeccionada, entre dos seres que ni siquiera experimentan un verdadero contacto entre sus pieles.
Si no tenemos espacio en nosotros, ¿cómo podemos recibir algo?. Si no abrimos la puerta, ¿cómo logramos dar algo?
Por todo esto necesitamos tiempo. Lo que no implica dedicar horas sino estar completamente presentes en los momentos en que nos dedicamos el uno al otro. Empezando muy sencillamente a respirar juntos, escuchando y percibiendo nuestra vibración, la de nuestra pareja y el canto que se crea cuando se juntan.
Y así volvemos a la conciencia, el ingrediente fundamental.
Palabras y conceptos, los de arriba, que no se encuentran, o muy raramente, en internet y en los cursos o en los manuales de neo-tantra. Lo que si se encuentra son consejos sobre técnicas, rituales, posiciones, esquematizaciones y simplificaciones del cuerpo y del placer.
Parecen métodos pragmáticos y eficaces, lastima que sean totalmente inútiles si antes no hemos recobrado la relación con nuestro cuerpo y la unidad de este con nuestro corazón y nuestra mente, despertado nuestros sentidos y encontrado nuestro bienestar y nuestra alegría en la vida de cada día.
Para hacer el Amor es necesario salir de nuestra cabeza y entrar en nuestro cuerpo. Pasando por nuestro corazón.
Si nos quedamos atrapados en las imágenes de nuestro mental, hacer el amor solo será el espejo de nuestras neurosis.
Nuestra manera de hacer el amor desvela todo nuestro ser: nuestra relación con la corporeidad, nuestra capacidad de dar y recibir, la ternura y la dureza, nuestra capacidad de entregarnos y de acoger, el deseo de dominar y ser dominados, la confianza y el miedo, el respeto de la libertad y la posesividad, nuestra grandeza y nuestra pequeñez.
Somos totalmente nosotros mismos, mucho mas allá de la piel desnuda.
Hacer el Amor: Talleres y cursos para re-aprender a hacer el amor con la vida, dirigidos a participantes con o sin pareja y en los que NO se practica sexo.
mail: info@hacerelamor.org
tel.: 650119375 (lun.-vie. 10h-18h)
3 octubre 2010 17:48
Excelente reflexión! Muchas gracias por compartir vuestras palabras e imágenes con todos nosotros.
22 octubre 2012 19:52
yo creo he probado con mi novio y es mui practico y sensillo
5 junio 2013 02:06
Creo que tener sexo no es lo mismo que hacer el amor, son dos cosas diferentes, ya que el tener sexo es como una adicción y hacer el amor es más que todo pasión.
17 julio 2013 15:18
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
13 febrero 2017 16:36
En estas fechas que viene San Valentín deberíamos pasar de la parte comercial y dedicarnos a nuestra pareja de forma íntima y romántica de manera especial por lo menos una vez al año, haciendo, besando, tocando de forma especial, que parece que siempre es Sota, Caballo y Rey cuando se trata de las relaciones en pareja en este país. A mí me resulta mucho más satisfactorio hacer algo original y sutil a mi pareja que caiga fuera de la monotonía que comprar cosas que no necesitamos o ir a sitios que nunca visitamos.
Un saludo
18 febrero 2018 16:59
Que bonito lo que escribís es verdad que hacer el amor es fácil y solo se necesitan dos cuerpos pero si uno no puede complacer al otro hay tenemos un problema que después de no se cuantos años estamos solucionando y es mas fácil de lo q pensábamos. El problema era que mi esposo eyaculaba rapidísimo y nos dimos cuenta q es mental Michas veces y ahora con sprays retardantea como marathon nights o viagra, esta solucionado el tema. Estamos volviendo a estar enamorados y a vivir nuevas experiencias. Pensar q me quería divorciar hace un año, gracias dios
15 diciembre 2019 00:33
Después de leer auténticas calamidades en Internet (a mi parecer) en las que se tergiversa la espiritualidad con las nuevas religiones de la Nueva Era, he de decir que vuestro artículo es no slo precioso, sino exactamente lo que yo siento.
Muchas gracias por poder encontraros.
Un abrazo.
18 febrero 2020 03:49
Hermoso.
6 mayo 2020 16:57
hacer el amor es un estado puro de conexion con nuestra pareja, es el extasis de la vida y una de las cosas mas importantes para els er humano