«La realidad es que los niños y las niñas necesitan captar lo femenino y lo masculino, primero en lo biológico y luego en lo cultural. Sólo cuando esa base está consolidada, pueden aspirar a comprender otros modelos. Pretender que un niño de corta edad «entienda» que los hombres son receptivos y maternales y las mujeres activas y agresivas es como intentar enseñarle ecuaciones diferenciales antes de aprender a sumar y restar»
«El machismo es un rasgo, no hay que olvidar, promovido y fomentado a partes iguales por hombres y mujeres. El machismo no tiene nada que ver con masculino, puesto que las mujeres han sido profundamente machistas a lo largo de la Historia, y son las que han educado a sus hijos e hijas con valores machistas desde la cuna»
Gunther Embe
Los cuentos infantiles están siendo cuestionados y diseccionados como nunca antes bajo la lupa de todo tipo de psicólogos y profesionales que analizan los mensajes que transmiten a la infancia.
En el 2010 el Ministerio de Igualdad y el Instituto de la Mujer en España declararon la ‘guerra’ a Walt Disney al considear que sus cuentos clásicos son ‘sexistas’ y están llenos de estereotipos y de códigos de conducta erróneos sobre las mujeres.
“Casi todas las historias colocan a las mujeres y a las niñas en una situación pasiva en la que el protagonista, generalmente masculino, tiene que realizar diversas actividades para salvarla”
Y como alternativa propusieron la campaña ‘Educando en Igualdad’ para fomentar la igualdad entre niños y niñas y prevenir la violencia de género.
El debate no se hizo esperar y salieron muchas voces a favor y otras en contra.
El autor Gunther Embe es de los segundos y, aunque denunció la violencia excesiva de estos relatos, los defiende de la acusación de sexismo. En este artículo nos explica el simbolismo de los cuentos y la importancia de los arquetipos masculinos y femeninos:
EL FALSO SEXISMO EN LOS RELATOS INFANTILES
Actualmente el tema del sexismo se considera fundamental en la educación infantil. Se editan relatos infantiles pretendidamente «no sexistas», en los que hombres y mujeres, niñas y niños, intercambian sus roles tradicionales.
Se argumenta que al menos una parte de esta tendencia constituye un intento de prevenir la violencia de género entre adultos. Sin embargo, esta es una forma que sólo roza los aspectos más superficiales de un tema que es mucho más complejo.
El énfasis por igualar los derechos de las mujeres a los de los hombres es encomiable pero ha ido demasiado lejos, hasta pretender anular las naturales diferencias biológicas y arquetípicas entre lo masculino y lo femenino.
Tal y como he expuesto en el artículo sobre la violencia en los cuentos infantiles, los adultos cometen el error de aplicar una cultura y unas comprensiones propias de adultos a niños de corta edad, ignorando por completo las verdaderas necesidades de éstos.
La realidad es que los niños y las niñas necesitan captar lo femenino y lo masculino, primero en lo biológico y luego en lo cultural. Sólo cuando esa base está consolidada, pueden aspirar a comprender otros modelos. Pretender que un niño de corta edad «entienda» que los hombres son receptivos y maternales y las mujeres activas y agresivas es como intentar enseñarle ecuaciones diferenciales antes de aprender a sumar y restar.
Por suerte, es difícil engañar a un niño en esa área. Todos los niños y niñas del mundo perciben a su madre como cuidadora, receptiva, nutridora, ¡y no piensan que eso es ser una estúpida! Igualmente captan a su padre como más activo, más orientado al mundo exterior, más agresivo ¡y tampoco creen que eso es ser machista!
Cuando en un cuento aparece una mujer arreglando la casa, cocinando o cosiendo, y un hombre cortando leña, cazando o defendiendo un castillo, eso no es sexismo, es presentar un mundo muy sencillo , muy arquetípico, que pueda ser comprendido por la mente primigenia infantil.
El machismo hunde sus orígenes en la noche de los tiempos. Todas las civilizaciones han sido profundamente machistas, un rasgo tanto más acusado cuanto más primitiva es esa civilización. Un rasgo, no hay que olvidar, promovido y fomentado a partes iguales por hombres y mujeres. El machismo no tiene nada que ver con masculino, puesto que las mujeres han sido profundamente machistas a lo largo de la Historia, y son las que han educado a sus hijos e hijas con valores machistas desde la cuna.
Quizás deberíamos mirar hacia el maltrato infantil para explicar una violencia que se etiqueta de sexista porque se da mayormente en el ámbito de la pareja. Sucede que la pareja es usada para descargar los traumas infantiles, y en hombres particularmente dañados por sus progenitores esta descarga puede dañar seriamente a la mujer con la que convive. Pero esto no depende de los cuentos “sexistas” que le hayan explicado de niño, sino del terror en el que fue educado.
Así pues, es mucho más importante vigilar la violencia que los roles de género en los relatos infantiles. Resulta chocante ver a algunos papás y mamás escandalizarse porque el protagonista de la historia maneja una espada y la princesa cuida la granja, para seguir leyendo con voz melodiosa cómo el cazador arranca el corazón de un ciervo, lo pone en una caja y lo presenta a una reina cruel cuya principal aspiración es asesinar a una niña que vive en una casa perdida en el bosque. ¡Muy educativo!
Dejemos que nuestros niños capten en sus mentes lo que han aprendido en sus cuerpos, a lo largo de su desarrollo. Durante los primeros años de sus vidas, presentarles un mundo sencillo, arquetípico, adaptado a su sensibilidad y a sus necesidades, sólo puede reportarles grandes beneficios.
En El Blog Alternativo: Otros artículos de Gunther Emde
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En El Blog Alternativo: Menos cuentos violentos, más relatos con ternura
En El Blog Alternativo: Revista Uakix “La sabiduría de los cuentos de hadas”
Más información sobre el debate de sexismo en los cuentos:
- Educando en igualdad y artículo
- Vamos a contar mentiras
- «Caperucita y el lobo machista» de Pérez Reverte
23 marzo 2011 16:47
No sólo educan las madres, también «educan» l@s amig@s, la escuela, los otros familiares, el entorno, la tele,…
23 marzo 2011 23:43
:0o los niños no son tontos, no necesitan que les simplifiquemos un mundo en el que no creemos, yo no veo como puede simplificar las cosas dejar a la mujer en la casa y al hombre con la leña, creyendo en la igualdad sería más facil hacer cuentos en los que todos hacen de todo. Y respecto a «Todos los niños y niñas del mundo perciben a su madre como cuidadora, receptiva, nutridora, ¡y no piensan que eso es ser una estúpida! Igualmente captan a su padre como más activo, más orientado al mundo exterior, más agresivo ¡y tampoco creen que eso es ser machista!» no creo que esas características sean estupidas ni en la madre ni el padre, pero no veo la necesidad de que el padre sea más activo y mucho menos que sea agresivo…
24 marzo 2011 09:47
Mi opinión es que los arquetipos pueden resultar un arma de doble filo: mientras por un lado son símbolos poderosos que sirven para trazar un mapa de nuestra identidad y de nuestro camino, por otro lado si no se describe también la movilidad entre una figura y otra, éstas pueden causar estancamiento. La casa por ejemplo se convierte en una jaula, el orientamiento hacia el mundo externo se convierte en desarraigamiento, etc…
Angela Carter en los años 60 y 70 se dedicó a rescribir muchos cuentos tradicionales con la intención de compensar los desequilibrios patriarcales y enseñar un abanico más amplio de alternativas existenciales.
Los arquetipos son una herramienta que nos tiene que servir para evolucionar. Si hasta ahora lo que ha promovido nuestra cultura son madres frustradas y padres ausentes, mujeres que en la empresa chocan con un techo de cristal y directivos hombres sin escrúpulos, creo que algo tiene que remodelarse para que las futuras generaciones piensen en otros términos. Walt Disney ha retratado una época y nadie entonces cuestionaba esos valores. Después de un siglo y de excesos de violencia por donde sea, ya es hora de volver a trazar esos mapas culturales.
24 marzo 2011 10:10
Para entender en profundidad pq estamos en una sociedad de «madres frustradas y padres ausentes» recomiendo la obra de CASILDA RODROGÁÑEZ en la que explica el origen y funcionamiento del patriarcado desde hace miles de años, que afecta a hombres, mujeres y sobre todo niños.
Es un tema mucho más complejo q poner en los cuentos protagonistas guerreras. De hecho muchos «parches» actuales aun potencian mucho más el orden patriarcal.
En su web están sus libros gratuitos y muchos artículos.
Saludos
25 marzo 2011 15:45
Las soluciones meramente sintomáticas suelen potenciar el mal que pretenden curar. El mensaje del feminismo superficial es que lo tradicionalmente femenino es algo inferior, y lo masculino es superior. Por tanto, sólo hace falta vestir como hombres, fumar y lanzarse en paracaídas para ser una mujer como dios manda. Creo que el feminismo clásico tuvo su momento de compensación, pero ha llegado la hora de reivindicar conceptos tales como el cuidado, la protección, y la nutrición como algo que tiene un valor por sí mismo, sin necesidad de ser comparado con lo masculino. De todas maneras, el tema del sexismo y el de la violencia en los cuentos infantiles suele ser considerado desde el punto de vista de los adultos. Es extraordinaria la dificultad que tenemos en ponernos en el lugar de los niños. Como recuerdo a menudo en mis artículos, el mayor error en la educación a lo largo de la Historia, ha sido y sigue siendo el proporcionar a los niños alimentos, ideas y conceptos que son propios de adultos.
26 marzo 2011 01:39
Han dejado de ser políticamente correcto el feminismo, la perspectiva de género, la igualdad…
vamos que hay sectores sociales a los que siempre les importó un pimiento ¡normal!…pero me preocupa que dentro de un sector que bien representa tu blog que se denomina alternativo, y en el que se habla de ecología, educación , respeto…se trate con tan poco espíritu crítico este tema ¡me saca de mis casillas!…está claro que es mi opinión, que no se tiene que compartir….
No entiendo porque siempre se empeñan en comparar el sexismo/machismo con cosas «peores» para ridiculizarlo.
Está claro que es peor la violencia a secas que el machismo de los cuentos. Que «arrancar un corazón» es una salvajada. Indiscutible…y al lado de ése ejemplo todo parecen zarandajas.
Pero hay otra violencia soterrada…que no llama tanto la atención y que entraña un grave peligro, es cercana y cotidiana y si bien nuestros hijos es muy difícil que se vean en la situación de imitar ése tipo de conductas «arrancar un corazón», es muy frecuente que se vean imitando roles sexistas estereotipados propios de otra época(los cuentos tienen unos añitos)…
¿a alguien se le ocurriría enseñar a los niños como el mundo laboral con fábricas de trabajadores explotados de 1800?…¿por qué enseñamos roles familiares con cuentos del 1600-1700? ¿significa ahora lo mismo ser madrastra? ¿todas añoramos las bodas? ¿somos monárquicos? ¿se establecen igual las relaciones de pareja?… esos arquetipos «tan prácticos» según el artículo no son reales, son terribles , y afortunadamente la vida es algo mejor, algo más igualitaria.
Siempre he pensado que las princesas de Disney eran cursis, pero al menos he de reconocer que La Sirenita me caía en gracia…con su cancioncilla «bajo el mar» …hasta que ví que:
para conseguir al hombre que amaba (aunque sólo lo había visto una vez) la sirenita RENUNCIÓ A :
– su mundo marítimo , que incluía familia y amigos
– su cola a cambio de unas piernas que le dolerían como cristales pinchando a cada paso que diera
– su voz…
¡Bendita Cenicienta!…en comparación parece La Pasionaria…
En casa sí vemos las pelis clásicas de Disney , pero vamos hablando, e intentando alternar modelos. Por mí eliminaría ésa concepción de las parejas del mundo, pero como existen y las verán conmigo o sin mí, prefiero que las vean conmigo…
Yo no veo la importancia de que sientan desde pequeños las bases de una diferencia entre lo masculino y lo femenino. No discuto que exista. Pero creo que es más importante que vean lo común, lo que nos une a las personas antes de lo que nos diferencia. Salvo pocas cosas, me costaría mucho decirles en qué nos diferenciamos hombres y mujeres . No digo que no haya diferencias, digo que los límites entre lo que somos por naturaleza y lo que aprendemos a ser no están nada definidos …Pero tod@s les cuidamos cuando son pequeños y tod@s somos activos en casa y fuera de ella…y después, poco a poco quizá podamos descubrir las diferencias «reales» en una generación un poco menos contaminada por el sexismo…Que descubran diferencias al crecer y reconocerse es mejor creo yo que plantear un modelo cerrado masculino , del exterior , la actividad y la competitividad y uno interno , femenino, de calor, amor y sentimientos. Y permite que se sientan bien sean como sean, hombres, mujeres, y quieran a quien quieran… Que se identifiquen con como son ellos y ellas mismos y no con un «arquetipo» con el que si luego no se sienten cómodos lo van a pasar mal.
Los cuenton nos dicen que las personas somos incompletas y necesitamos nuestra otra «media naranja» que nos complemente todo lo que no tenemos. Yo creo que todos tenemos todo …Y desde ahí busquemos para compartir nuestra vida, si así queremos, a alguien con cosas en común, no a alguien «opuesto»….
Sé que hay corrientes ecofeministas que critican que lo que se ha hecho desde el feminismo clásico es una «masculinización» general descuidando el valor de lo femenino. Y llevan razón. Pero yo no creo que sean discursos opuestos, sino compatibles. Valorar el cuidado y lo maternal no es incompatible con ser críticos ¡y justos!…. Ni por ser cosas «femeninas» deben ser exclusivas de las mujeres. No debemos dudar jamás de que lo femenino es que es importante.
Cuando he leído a Carlos González o a Laura Guttman me ha preocupado el modelo de familia que plantean implícitamente como algo natural, hormonal, biológico…¡casi palabra de Dios!… Desde otro lugar, pero defienden que el lugar de la mujer es la casa y la crianza y el hombre el sostenedor emocional y material. Creo que el modelo: pareja de superhombres/mujeres de negocios todo el día fuera y los niños «aparcados» es terrible, pero que las alternativas tienen más que ver con la implicación de ambos en tiempos importantes con los niños, que esto sí es VALORAR LO TRADICIONALMENTE FEMENINO COMO IMPORTANTE (para ambos).
Y somos humanos, por tanto animales y mamíferos ¡con hormonas!. Pero, somos seres racionales, críticos y sociales ¡con neuronas!.
Ya sé que el embarazo, parto y lactancia son propios indiscutiblemente de las mujeres, pero me niego a creer que sean sinónimo de crianza y educación. Son parte, pero no todo…y en el todo caben hombres y mujeres.
26 marzo 2011 17:22
Gracias Nuria por tu comentario, que aporta reflexiones interesantes. Es normal que en un artículo tan breve los argumentos parezcan «poco serios», aunque puedo asegurarte que tanto el Blog Alternativo como yo mismo consideramos este tema con una profundidad que a veces simplemente no es comprendida por todo el mundo. Y ya que estamos con el tema del sufrimiento femenino, en relatos y en la historia, no estaría de más recordar que los hombres han padecido como mínimo un sufrimiento similar. La visión de una humanidad en la que una mitad -los hombres- humilla de forma sistemática a la otra mitad -las mujeres- es tan superficial como errónea. Afortunadamente, la violencia humana se va suavizando con el paso de los siglos y nuestros niños saben que las cosas no son como en en el año 1800, porque lo viven en sus propias casas. Recibe un saludo.