«La gran lección que aprendí con todo eso es que merece la pena vivir tu sueño, MERECE LA PENA ARRIESGAR, abandonar lugares conocidos y adentrarse en el bosque si es que escuchas tan profundo la voz de las hadas que te llaman desde dentro de ese bosque que desoír su llamada hace que tu corazón se encoja y, por ende, tu alma mengue»
Paula
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«Me siento feliz y agradecida de poder ver y sentir ese momento que me hace sentir plenamente consciente del ahora y hace elevar mi alma. Me doy cuenta de que TODO DEPENDE DE LOS OJOS CON LOS QUE MIRAMOS LAS COSAS. Podemos ver una tormenta como algo molesto con lo que huir corriendo y resguardarse para evitarla, o aceptarla, sentirla y ver todo lo bello que ella trae consigo»
Carol
Hace unas semanas publicamos la iniciativa «¿Cuál es la gran lección de tu vida?» para compatir las lecciones más valiosa que nos llevaremos de nuestro paso por el mundo, por la que la organizadora Sarah Gibrán, mujer sensible, solidaria y creadora del “Proyecto Mariposa: Amor en acción” regalaba dos agendas artesanales a los relatos elegidos, que al final han sido tres.
Sarah está muy agradacida por el resultado y por obsequiar con diarios de sueños artesanales confeccionados por ella porque considera que «escribir y pintar aquello que anhelamos y nos ayuda a crecer, lo acerca a nosotros»
Los regalos ya están en camino del hogar de Carol de Barcelona, Maialen de Gipuzkoa y Paula (lugar con confirmar) y estos son los relatos que nos hablan de la confianza en la vida, del importante papel de los momentos de luz y los de sombra, de los apegos y de atravernos a seguir nuestros sueños.
No esperemos a ser viejecitos para reflexionar sobre nuestros pasos y vivir con la máxima conciencia esta existencia…
CAROL (BARCELONA)
Quería hacerte llegar mi gran lección de mi vida para optar a las bellas agendas, es algo que justamente escribí hace unos días.
Paseo por la calle y aún es de día.
El cielo está tan negro que parece que se avecina el fin del mundo y siento una brisa de aire caliente… Camino sola porque parece que la gente ya se ha resguardado en sus casas y tengo la sensación de que se ha detenido el tiempo; las calles están desérticas y en silencio admiro la maravilla de seas nubes majestuosas que amenazan tormenta.
Vuelve a soplar el aire caliente y esta vez hace erizar mi piel. De pronto, comienzo a notar las primeras gotas… miro al cielo y mis lágrimas las acompañan corriendo por mis mejillas, jugando con ellas. Me siento feliz y agradecida de poder ver y sentir ese momento que me hace sentir plenamente consciente del ahora y hace elevar mi alma.
Me doy cuenta de que todo depende de los ojos con los que miramos las cosas. Podemos ver una tormenta como algo molesto con lo que huir corriendo y resguardarse para evitarla, o aceptarla, sentirla y ver todo lo bello que ella trae consigo.
En la vida misma cuando pasamos por tormentas también tenemos dos opciones: o sufrir y correr, o aceptarlo y admirar todo lo que bueno que ella nos trae.
Al fin y al cabo, el sol siempre vuelve a brillar…. :)
Un gran abrazo
MAIALEN (GUIPÚZCOA)
Confiar en que la vida te da todo lo que necesitas, al igual que al bebe el útero. El mundo es un gran útero!
Abrazos serenos,
Maialen
PAULA
De mi vida hasta la fecha, claro, de estos 32 años de existencia terrenal que llevo sobre este planeta y con esta forma humana, creo que la mayor lección la aprendí al tomar una decisión que me costó mucho, y al decir “mucho”, el adverbio me queda corto.
Me costó días de rompederos de cabeza, me costó, como se dice vulgarmente, sudor y lágrimas, sobre todo, muchas, muchas lágrimas… tras catorce (sí, has leído bien) catorce años de noviazgo, decidí poner fin a mi relación de pareja. No fue, como digo, nada fácil, pero algo dentro de mí rugía y rugía y yo no sabía ni qué era ni, sobre todo, lo que más nos preocupa a los humanos, porqué era.
El caso es que adopté una decisión y la puse en práctica, lo hice muy mal (o quizá así como sucedió fue como debió haber sucedido) y bueno, el resto, lo que sucedió después, fue el principio de un nuevo libro, un libro donde ha habido de todo, días malos, muy malo y días buenos, buenísimos.
Nada en mi vida hubiera sido igual de haberme quedado en mi sofá, tranquilamente viendo la vida pasar, sin hacer nada, sin fe, sin esperanza, sin futuro… y sinceramente, he de decir que tras meses de vivir muchas noches oscuras del alma, desde hace ya un tiempo, sólo siento paz y gratitud.
Paz porque por fin mis demonios internos de culpa, temor y resentimiento (emociones cuasi indispensables en toda ruptura que se precie), han dejado de acosarme día y noche, y me dejan libre para que yo decida, piense y razone. Los fantasmas del pasado han desparecido llevándose consigo una lastre considerable que llevaba años acompañándome, (lastre que decidió salir poco a poco de mi vida dejándome casi un mes paralizada con una lumbalgia y un pinzamiento del nervio ciático).
Gratitud por la vida y por mí, por haber sido capaz de tomar esa decisión a pesar de los pesares y por encima de los convencionalismos sociales y de lo que la gente que me rodeaba opinaba. Yo, sabía lo que sentía y gracias a la vida y al universo, el tiempo se ha alineado conmigo y me ha dado la razón.
La gran lección que aprendí con todo eso es que merece la pena vivir tu sueño, MERECE LA PENA ARRIESGAR, abandonar lugares conocidos y adentrarse en el bosque si es que escuchas tan profundo la voz de las hadas que te llaman desde dentro de ese bosque que desoír su llamada hace que tu corazón se encoja y, por ende, tu alma mengue.
Vivir sin apegos es uno de los grandes retos del ser humano y yo, creo que voy, poquito a poquito, logrando soltar lastre.
Sitio oficial: Mariposa busca felicidad
Ilustración : Lady Blues
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