Airbender, El Último Guerrero se estrenó en 2010.
M Night Shyamalan, su director y guionista, tiende a sorprender con sus filmes, sea por un lado o por otro.
En este caso cosió una película de un modo precioso, muy vistosa, muy entretenida, y con un contenido sorprendentemente profundo, pues nos presenta el funcionamiento de los 4 elementos (Aire, Agua, Tierra, Fuego) desde la épica, la fábula, casi el cuento, y trazando paralelismos con la vida real.
La trama de la película tiene una gran ligazón con los 4 tipos psicológicos de Carl Gustav Jung, con la filosofía budista, el taoísmo…
Y también una fantástica forma de presentar el tema a los más jóvenes de casa, con suficiente trascendencia, y barnizado con efectos especiales atractivos. Es decir, entretenimiento y tema a partes iguales.
Shyamalan se ha caracterizado por hacer películas de acción, misterio, también terror y suspense, todas ellas con un contenido trascendente que ayude al espectador a ir más allá. En sus filmes es fácil encontrar referencias a valores universales.
M.Night Shyamalan en 2011
Por desgracia – algunos dirían «por lógica»- la crítica se ha dedicado a machacar casi todas sus películas. Excepto con El Sexto Sentido, éxito de taquilla, el resto de películas no han tenido tanta aceptación popular.
Sus películas, una por una, enfocan una serie de temas de manera profunda, para acabar resultando incómodas para un pensamiento lógico no trascendente:
El Sexto Sentido: las desencarnaciones violentas y el difícil tránsito que sufren dichas almas; la mediumnidad relacionada con el signo de Escorpio, y el trabajo que desempeñan las personas con ese don.
El Protegido: las verdaderas capacidades innatas en cada uno, nuestra parte luminosa y nuestra parte oscura como parte de un todo, y los cómics como fuente de transmisión de estos arquetipos.
Señales: la pérdida de la fe, la pérdida del sentido trascendencia, y la sincronicidad.
El Bosque (The Village): el miedo como paralizador del propio proyecto personal, y la tendencia a evitar y no aceptar el dolor infringido por las experiencias negativas.
La Joven del Agua: la desconexión del ser humano con la naturaleza, sus elementos y su funcionamiento.
El Incidente: la fragilidad del Hombre ante elementos ajenos que puedan poner en peligro su continuidad como especie, y los «ataques» que recibimos.
En Airbender sigue esa línea.
La película presenta un mundo en el que viven 4 naciones: la nación del Aire, la del Agua, la de la Tierra y la del Fuego.
Cada una vive en función de sus características, en lugares diferentes, y tienen maestros que son capaces de dominar su propio elemento.
La nación del Fuego es la más poderosa técnica y tecnológicamente. Dicha nación se niega a aceptar la existencia del mundo de los espíritus, no tangible, y se niega a vivir bajo sus preceptos. Desarrollan modos para evitarlo, y utilizan la filosofía ancestral de un modo negativo; se han propuesto dominar al resto de naciones para impedirles que los maestros de cada una de ellas ejerzan y enseñen su sabiduría.
No obstante, es la única nación que necesita tener su elemento creado artificialmente para así poderlo usar.
Las otras 3 naciones están rodeadas de él, y no lo necesitan. Y algunos de sus maestros pueden crear su elemento de la nada.
La nación del Fuego teme la vuelta del Avatar. El Avatar reencarna sin parar desde siglos atrás, y es el único capaz de mantener el equilibrio entre los 4 elementos. Los domina todos, y tiene un nivel consciente superior a cualquier otro mortal.
El Avatar, además, puede comunicarse con el mundo de los espíritus y transmitir a los demás los conocimientos y la sabiduría del «otro lado».
La película se inicia con la reaparición del Avatar, en el personaje del niño Aang, y su periplo por aceptar quién es y iniciarse en el dominio de los 4 elementos.
Son varios los paralelismos con la realidad que podemos entrever:
La nación del Fuego representa aquellas personas que en la vida real tienen grandes conocimientos, los saben aplicar, tienen gran dominiio de lo material y de su intelecto, pero han renunciado a toda aquella parte de la existencia que llamamos ‘trascendente’.
La energía luciferina, puesta en La Tierra para acelerar la evolución y para conocer la parte oscura que también somos, se relaciona con el fuego. Pensemos en el infierno, y las representaciones del demonio.
Evidentemente, es un símbolo, una representación, un Arquetipo.
Hay que subrayar que el Fuego es una función psíquica muy elevada: es relativa a la intuición, al conocimiento no lógico, a todo aquello regido por el hemisferio derecho del cerebro que entiende, capta y comprende sin necesidad de procesos intelectuales.
Tan elevado es, que su otra cara puede resultar nefasta, pues usar esos conocimientos de un modo oscuro y egoísta puede causar mucho mal. Muchos ejemplos hay en la historia reciente de la humanidad que así nos lo demuestran.
Desde hace milenios habitan en el planeta seres humanos que renunciaron al «mundo de los espíritus», entiendendo ese mundo como lo trascendente o transpersonal; se centraron en el dominio de todo lo material para permanecer en su estado.
Estas personas intentan dominar al resto impidiendo el trabajo que los demás puedan realizar para conseguir el dominio de su propio elemento, su propio propósito e ideales. Sin ir más lejos, son los que han fomentado la crisis actual y son los mismos que controlan la economía desde principios del siglo pasado. También son los responsables del desarrollo tecnológico más puntero en el mundo y de su uso exclusivista, además de su comercialización.
El nacimiento del Avatar no es otra cosa que una representación de aquellos personajes que han ido encarnando y dejando su mensaje para ser interpretado: Jesús, Buda… un ser con suficiente consciencia como para dejar un legado que ayude a la reunificación de las naciones.
Evidentemente, la nación del Fuego, en la película y en la vida real, se ha preocupado mucho por tapar y disfrazar ese legado.
Con disfrazar, negar o despistar con información confusa les basta.
La gestión de los elementos, tal y como se presenta en la película, es muy interesante por su relación con el funcionamiento de la psique humana.
El Avatar debe dominar el Agua antes que el resto de elementos (excepto el Aire, que es el suyo propio por nacimiento).
El Agua representa las emociones, y las emociones son aquello más difícil de dominar y controlar, incluso más que los instintos. El Avatar debe pasar por un proceso de aceptación de una herida emocional profunda para poder dominar el elemento. Tal y como le dice un maestro, «el Agua es aceptación». A causa de dicha herida cada vez que toca agua esta se desborda, se desune o se descontrola.
En nuestra vida personal es imprescindible dominar el elemento Agua: gestionar nuestros traumas, aceptar lo que nos ha pasado, quiénes somos, para luego avanzar en el dominio del resto de aspectos. Las emociones son agua desbordada que debe ser conducida hacia cauces donde fluya. Agua desbordada puede ser sinónimo de destrucción, también de fuerza incontrolable, o de potencia sin control.
Jung definió sus 4 tipos psicológicos basándose en los 4 elementos:
-Pensamiento: Aire
-Sentimiento: Agua
-Sensación: Tierra
-Intuición: Fuego
Cada uno de nosotros nace con cierta predominancia de uno de ellos, y trabajamos en su «dominio».
Tal y como vemos en este gráfico, cuando desarrollamos un tipo o elemento inhibimos el opuesto creando con ello comportamientos inconscientes.
Jung definió los 4 tipos como un modo simple y entendible para comprender las tendencias personales y el enfoque individual de cada uno con respecto a la vida.
Es posible que un pensante no comprenda a un sintiente, pero la suma de los dos (2 opuestos, dos caras de la misma moneda) supone una unidad de trabajo completa. Y la rueda de los 4, representa el dominio de los 4 elementos y supone arquetípicamente el alcance de la maestría humana.
La Astrología Evolutiva divide los 12 signos astrológicos en 4 grupos de 3, cada grupo de un elemento diferente.
La experiencia en cada signo supone la experimentación de ese elemento.
En las leyendas y la literatura, el dominador de los 4 elementos es el Mago Blanco.
Es aquél que usa su magia sólo cuando se es necesaria y para un bien común.
Su opuesto, el Mago Negro, la usa en beneficio particular y siempre que puede.
Que nadie espere ver a Gandalf o a Merlín por la calle, pero… ¿alguno de nuestros lectores quizá conoce a alguien que sabe muchas más cosas de las que dice saber, y que tiene una gran capacidad para resolver y cambiar situaciones? o, por el contrario, ¿a alguien con la fuerza suficiente para conseguir siempre lo que quiere pero sin complejos, ética ni límites?
Toda esta cantidad de información está reunida en la película.
Verla con los más pequeños de la casa es recomendable. Pues la moralina viene después y no antes, y eso es un gran logro.
A menudo las propuestas para niños y niñas, y jóvenes, «huelen» demasiado a pedagogía y ellos lo sienten.
El arte de este tipo debe entretener, primero, y enseñar, segundo.
Aunque el próposito sea enseñar, es muy importante que la vestimenta sea lo primero que vean.
Nuestros hijos están saturados de pedagogía escolar, hasta tal punto que a menudo, por cansancio, desconectan.
Airbender, El Último Guerrero, está basada en una serie de dibujos animados de Nickelodeon titulada, Avatar, The Legend of Aang. Dicha serie goza de contenidos similares y más extensos que la película.
Los seguidores de la serie animada fueron críticos con su adaptación al cine, como también sucedió con V de Vendetta.
Los vídeos pertenecen a The Last Aibender, editada Paramount Pictures en 2010 y escrita, dirigida y producida por M. Night Shyamalan.
Más información The Last Airbender: Web Oficial EEUU, Web Oficial España
Más información M. Night Shyamalan: Web Oficial, Wikipedia
En El Blog Alternativo: La Sombra y la felicidad
Autor: Carles Pérez (Karolus)
Astrólogo, Terapeuta Transpersonal, Musicoterapeuta, Morfopsicólogo, y Formador en Being The One
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26 junio 2011 15:06
Me encanto esta peli!! es realmente genial y varias cosas que dicen dejan una enseñanza =)
Bendiciones!
26 junio 2011 23:02
Me parece muy buen análisis, aunque no sé si le daría el crédito a M.Night Shyamalan por esto. Tanto la serie de nickelodeon como el manga de la serie, son exactamente iguales y anteriores a la película. Soy seguidor de Jung y me parece muy acertado tu análisis
27 junio 2011 15:00
Cuando ví la película me encantó, y como no he visto la seria en la tele, no me hizo nada de ruido y pude disfrutarla. Es una de las películas que tengo en lista para que mis hijas la vean. Cuando la vi, un sentimiento de agradecimiento me quedó en el pecho.
Que la Diosa siga bendiciendo estas iniciativas,
Leticia.-
25 julio 2011 03:40
Si hace siete dias me hubiesen hablado de airbender, habria pensado que se trataba de un desodorante. No sabia nada de la serie, las críticas, los Razzie…Y entonces, de casualidad, la vi, y me alucinó, me pareció fantástica, con sus defectillos, pero muy compensados por detalles que has mencionado y que hace falta haber leido un poco y saber criticar menos para valorar. Me ha encantado lo que has escrito, que por encima de la turbia nuve que se ciñe sobre esta película hayas visto todo lo bueno que se puede extraer de ella. Me reconforta saber que hay más gente que valora la fantasia, que es capaz de mirar des de el niño/a que ha sido, y juzgar sobre la madurez que la vida le ha ido proporcionando. Muchas gracias!
25 julio 2011 22:41
Jolín Manel, muchas gracias por tu comentario, no tienes ni idea en que momento llega ni el efecto balsámico (cual desodorante marca air-bender…) que me causa, en serio, te lo agradezco mucho.
Un Saludo afectuoso.
9 diciembre 2014 04:39
Una película muy mala. Soy amante de la serie animada y realmente es ella la que mantiene la profundidad respecto al tema de los 4 elementos, los chakras, la meditación, etc. Una serie hermosa, cuya película no logró reflejar en absoluto. Ni siquiera respetó a los personajes, en cuestiones mínimas aún, como ser el color de piel, los de la tribu agua (que son buenos) son de piel morena (en la película son blancos) y los de la tribu del fuego (los malos) son blancos, mientras que en la película son morenos.
Si la película les pareció maravillosa realmente no saben de lo que se pierden con la serie, y todo fue gracias a Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko, los creadores de The Last Airbender. El director M.Night Shyamalan sólo se encargó de realizar una terriblemente mala adaptación de la serie.