«Somos hij@s de nuestra cultura, de mentalidades modeladas durante siglos que operan en nuestra mente de forma muchas veces inconsciente (…) Las grandes religiones establecieron un divorcio entre cuerpo (pura materia) y espíritu o alma (…) Quizás es por eso que nos cuesta tanto pagar dinero por todo aquello que entendemos forma parte del ámbito espiritual, que nos ayuda en el proceso de crecimiento personal o alimenta nuestra alma»
«Y, sin embargo, el divorcio persiste en nuestra mente cada vez que criticamos por pagar dinero a conferenciantes, terapeutas, artículos o talleres de crecimiento personal. “….LUCRARSE CON LA CONCIENCIA”. El dinero, los billetes, son un símbolo de nuestra energía: podemos cambiar su nombre o su forma, pero es importante mantener la idea del intercambio, del equilibrio. Cada vez que gastamos nuestro dinero de una forma u otra, estamos creando en ese mismo momento un tipo de sociedad, porque el dinero mismo es intercambio de energía entre las personas. Co-Creamos un
mundo según a qué o a quién pagamos»
Isabel Díaz
Nuevos tiempos, nuevos retos y debates. Ante el aumento de la demanda y oferta en temas de desarrollo personal, nuevo paradigma, salud natural o decrecimiento, surgen enfrentamientos dialécticos sobre el dilema de «lucrarse con la conciencia«. Mientras que se acepta a ciegas un consumo de gadgets tecnológicos, ocio, ropa, viajes, … que alimenta cómodamente al Sistema, se cuestiona continuamente que en el aprendizaje o intercambio «espiritual»-de mejora personal haya dinero de por medio o que supere ciertas cifras.
Isabel Díaz*, conferenciante profesional en temas de motivación y autora del libro «Querido dinero» reflexiona en este artículo sobre el divorcio cuerpo-alma, dinero-conciencia y sus consecuencias. ¿Qué tipo de mundo queremos «regar», y también, dejar que otros rieguen?
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“Vaya, he vuelto a meter la pata”, recuerdo que pensé mientras retrocedía unos metros alertada por los gestos de unos viandantes. Con más mímica y buena voluntad que palabras, logré entender que debía volver con la señora en cuyo cuenco había echado unas monedas hacía pocos minutos.
Sorprendida, pregunté qué era lo que pasaba: tenía que subirme a la pequeña báscula que la anciana tenía junto a ella. Debía pesarme….porque así el intercambio estaba completado. En su cultura, era indigno aceptar algo sin ofrecer una contrapartida. La situación se repitió en otras ocasiones y me pareció admirable esa mentalidad de equilibrio en el dar y el recibir. Nadie es tan pobre que no pueda ofrecer nada a cambio de lo que recibe.
Somos hij@s de nuestra cultura, de mentalidades modeladas durante siglos que operan en nuestra mente de forma muchas veces inconsciente. Quizás es por eso que nos cuesta tanto pagar dinero por todo aquello que entendemos forma parte del ámbito espiritual, que nos ayuda en el proceso de crecimiento personal o alimenta nuestra alma.
Nuestro insconsciente colectivo está formado por imágenes en las que el espíritu se asocia a personas que sufrieron persecuciones, martirios o sufrimientos en todas sus formas. En general, las grandes religiones establecieron un divorcio entre cuerpo (pura materia) y espíritu o alma. La buena noticia es que es sólo una programación mental fruto de una cultura, luego podemos cambiarla.
Porque ¿cuánto tiempo vas a poder vivir en nuestro mundo despreciando la materia? ¿Y cómo vas a poder vivir sin alma?
La fabulosa revolución mental que supuso el avance de la física cuántica en la mitad del siglo pasado nos repite una y otra vez que materia y conciencia van indisolublemente unidas, la separación es ilusoria, la conciencia influye en cómo la onda (la probabilidad) se colapsa en una forma material u otra. Conciencia y materia son Uno solo. El sitio donde se operan los milagros está en nuestro interior, en nuestra conciencia.
Y, sin embargo, el divorcio persiste en nuestra mente cada vez que criticamos por pagar dinero a conferenciantes, terapeutas, artículos o talleres de crecimiento personal. “….lucrarse con la conciencia”. El dinero, los billetes, son un símbolo de nuestra energía: podemos cambiar su nombre o su forma, pero es importante mantener la idea del intercambio, del equilibrio. Cada vez que gastamos nuestro dinero de una forma u otra, estamos creando en ese mismo momento un tipo de sociedad, porque el dinero mismo es intercambio de energía entre las personas. Co-Creamos un mundo según a qué o a quién pagamos.
Quizás nuestro rechazo es a ser responsables, a elegir. Porque nuestra sociedad sí que está llena de insituciones, empresas y personas que se lucran con nuestra falta de conciencia, eso sí lo hemos asumido con facilidad, lo criticamos como un defecto básico de diseño en el ser humano mientras seguimos esperando que personas que nos muestran nuestro propio potencial de crecimiento, que alimentan nuestro espíritu vivan del aire….que se sacrifiquen.
Y en ello está implícita nuestra propia valoración del crecimiento personal. Puedes elegir hacer una actividad o no, pagar a alguien o no, pero pretender obtener conciencia, o sabiduría, o desarrollo espiritual de otra persona a cambio de nada es perpetuar la imagen de los sabios martirizados. Es creer implícitamente que el dinero es sucio y malo, sólo apto para seres sin conciencia. Y así, día a día, desde una pretendida posición ética, seguimos alimentando un paradigma obsoleto que nos destruye.
Podemos cambiar el sistema y, como siempre, pedimos que primero cambien otros. Pero el viaje comienza con un paso: elijamos bien qué energía alimentamos, utilicemos nuestra conciencia para discernir lo que nos libera de lo que nos encadena, demos alma a nuestro dinero.
Un espíritu sin materia es un fantasma, un cuerpo sin alma es un zombi. De cada uno de nosotr@s depende unir espíritu y materia de la mejor manera posible, nuestro mundo está ya demasiado lleno de zombis…
ISABEL DÍAZ
Libro Querido Dinero
Fundación Integración Discapacidades Red (IDR)
Somos capaces
En El Blog Alternativo: Otros artículos de Isabel Díaz
FOTO: Corbis
18 octubre 2011 16:25
Felicidades Isabel , me ha encantado leerte y conocerte , coincido totalmente , con nuestro dinero y energía damos poder a aquellos que nos encadenan , y luego nos cuesta comprar un libro o adquirir un curso , que nos puede ayduar a liberarnos. Un abrazo y una sonrisa, felicidades
mariposabuscafelicidad.blogspot.com
18 octubre 2011 21:50
¡¡Muchas gracias Sarah!! Un placer también conocerte a ti y a tus espléndidos trabajos. Eres una artista, tus blogs desprenden una energía muy amorosa. Un abrazo fuerte y otra sonrisa para ti:-)
20 octubre 2011 07:21
Hola, me parece un articulo muy insensato, lo espiritual no es objeto de comercio tal como lo es el Amor, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, es decir lo material se paga con lo material y lo espiritual se paga con lo espiritual, de lo que uno da recibe, si uno da insultos recibe insultos, si uno da sabiduría, si uno da Amor eso mismo recibe, no me puedo imaginar a un Buda, a un Krishna, a un Jesús, incluso a un Ghandi cobrando por sus enseñanzas, si la sabiduría tuviera precio esta seria impagable monetariamente hablando, la real forma de pagar la sabiduría es dándola, lo que uno aprende lo enseña al que lo necesita, así es como se paga y así es como se recibe el pago: Los meritos del corazón. Si hay que subsistir materialmente hay que hacer un trabajo material y cobrar por ello, hacer zapatos, reparaciones o lo que sea, pero lo espiritual es para el espíritu, lo material para el cuerpo.
20 octubre 2011 12:55
Hola William: respeto tu visión, pero no es la mía, precisamente por insistir en el divorcio entre materia y espíritu. Llevamos siglos imbuidos mentalmente de esa visión y no nos va precisamente bien. ¿Qué tal si probamos con otra nueva, si aceptamos que materia y conciencia son UNO?
Comerciar con el espíritu o lucrarse con la conciencia ya incluyen una valoración muy peyorativa…porque suena muy distinto «vivir de la conciencia» ¿verdad?. Y hay miles de personas que, quizás no sean grandes mártires, pero que dedican gran cantidad de energía y esfuerzo a aprender y a enseñar. No poder vivir de ello significa dedicar esa misma energía a otras cosas, que quizás no te gusten nada, simplemente a cambio de dinero…el dinero por un lado y el amor por el otro.
Podemos seguir dándole a Dios lo que es suyo, y llenaremos iglesias y religiones. Podemos seguir dándole a César lo que es suyo….y César seguirá destinando lo que le damos a hacer campañas militares, pagar ejércitos y dominar el mundo. Un saludo
20 octubre 2011 13:54
Estimada Isabel.
Cuando he leído este artículo,he sentido curiosidad por visitar tu blog.
Debo felicitarte por tu forma de pensar y poner tu granito de arena.
Son tiempos en los que hay oportunidades ocultas y creo que vas por el buen camino.
Un saludo.
20 octubre 2011 17:12
Muchas gracias, Lorenzo. Como leí una vez impreso en una camiseta «La mente es como un paracaídas, sólo es útil si está abierto». Tus trabajos son una auténtica belleza, y de verdad que me ha encantado verlos, son una muestra palpable de espíritu y materia: tienen alma, vibran. Otro saludo muy cordial para ti y gracias de nuevo.
19 junio 2013 21:27
Tienes que reconocer la necesidad de cobrar por tu trabajo si quieres poder «vivir de él». De lo contrario, tendrás que buscar otro tipo de trabajo y dejarás de ser de beneficio para todas estas personas que necesitan lo que tienes para dar.
4 marzo 2014 20:12
«creer implícitamente que el dinero es sucio y malo, sólo apto para seres sin conciencia»
El dinero es malo. Aquellos que no lo veen de esa manera, son aquellos que de verdad no entienden su funcionamiento y su papel dentro de la sociedad, dentro de este sistema que se nos ha impuesto y dentro de la psiquis del ser humano.
5 marzo 2014 12:54
Estoy de acuerdo Isabel!
Como coach y formadora que soy me enfrento a esta dificultad a diario. Personas que que sorprenden o incluso indignan por ponerle precio a tu trabajo. Entonces ¿qué? ¿Trabajamos en un burger y ya le dedicaremos un ratito a lo que realmente nos gusta por amor al arte si es que nos queda algo de tiempo y energía?
Pues no. Yo he elegido ayudar a las personas a emprender y a ser felices: precisamente porque creo que se puede emprender haciendo algo que te guste, sea espiritual o lo que sea y ganar dinero con ello para poder vivir.