Peter Gabriel editó «Us» («Nosotros») como resultado de la ruptura de su matrimonio, la experiencia fallida de una relación posterior, y el grave distanciamiento con su hija mayor, Anna-Marie, que todo ello acabó provocando.
En posts anteriores nos referimos al duelo realizado por Eric Clapton con respecto a la muerte de su hijo Connor. En este caso, Gabriel debió pasar por un proceso similar debido a la finalización de una relación amorosa. A menudo consideramos como duelos sólo aquellos procesos referidos a la muerte. Tremendo error, pues una relación que termina también es una gran pérdida, del tipo que sea, tal y como nos lo contó Jorge Drexler.
En su proceso de separación y divorcio, Gabriel se sometió a intensas sesiones de psicoanálisis que le llevaron a descubrir actitudes personales no muy buenas. Lo pasó realmente mal, según sus palabras, por lo tremendamente ignorante que era de todo ello.
Las personas solemos cometer actos que, por inconsciencia, acaban dañando – y mucho – a los que nos rodean. Desde luego es preferible hacerlo así que conscientemente; como contrapartida, el proceso de su descubrimiento es muy duro, aunque también aporta un gran crecimiento personal. Normalmente, después de una experiencia así ya no se es la misma persona.
«Us» resume de un modo muy bonito ese proceso: habla de las personas, de las relaciones, del sexo, y del tremendo lío que se arma cuando se agita todo ello en una coctelera y se le añaden los sentimientos, el amor, las heridas y el dolor.
Indudablemente, Gabriel realizó su particular duelo mediante ese disco, en el que quedó todo perfectamente plasmado.
Gabriel venía de un gran éxito comercial a nivel internacional generado por su anterior disco, «So», que supuso su lanzamiento definitvo como Pop-Star. Más allá del triunfo personal, había conseguido plasmar una propuesta musical curiosa, fusionando electrónica con una composición más propia de un cantautor que de una estrella Pop, y música étnica. Temas como Red Rain, Don’t Give Up o In Your Eyes contribuyeron a abrir la puerta de la fusión en el Pop de los 90.
Un viaje a África le descubrió la hoy llamada «World Music», hasta tal punto que terminó abriendo su propio sello discográfico, Realworld. Con Realworld, Gabriel apostó por músicos de países con menor posibilidad de expansión, que demostraran suficiente personalidad con su propuesta, y que apostaran por sonidos propios de su país, cultura o religión. La verdad es que actualmente no existe en el mundo un sello que mezcle tan bien calidad de producción con música de raíz, aunando propuestas muy dispares pero tremendamente interesantes. En el blog ya hemos hablado de músicos fichados por Realworld, como Ayub Ogada.
Con todo, se encontraba en la cresta de la ola. Fue entonces cuando su matrimonio de desmoronó.
En el disco se refleja, uno por uno, los estadios de duelo por los que Gabriel pasó. Ciertamente hay muchas canciones duras, tristes, reflexivas y poco amables. Fue su proceso de vaciado, de drenaje de dolor, típico de la segunda fase. También hay momentos de conclusión y de aceptación, pertenecientes a la tercera y cuarta. Y alguno, ciertamente duro, atribuible a la primera.
En «Come Talk To Me» («Ven a Hablar Conmigo») describe los problemas de comunicación que tuvo con su hija a causa de la separación. Ella le culpó, y le retiró la palabra. Cuenta Gabriel que el sentimiento de que tu propio hijo deje de hablarte y, aparentemente, de quererte, es arrollador y muy difícil de digerir.
Musicalmente combinó una preciosa letra, en la que ruega a su hija que hable con él, con arreglos que referencian a la música africana. Durante todo el tema oímos tambores Sabar, un antepasado Senegalés del Djembe, considerado uno de los instrumentos de percusión más antiguos que existen. El Sabar se toca en grupo, con una baqueta en una mano y la otra libre, repitiendo largas y complejas frases que pueden oírse a kilómetros de distancia. Los coros, las gaitas, y el duduk armenio mantienen ese color tradicional sumado a los teclados y las guitarras distorsionadas.
Esos arreglos de raíz, tan genuinos, simbolizan todo el trabajo de Gabriel en «picar piedra» para restablecer la relación con su hija, y deshacerse de su sentimiento de culpabilidad. Es como una referencia al elemento tierra, un cometido para bajar a la realidad una situación creada inconscientemente, y darse cuenta de que él mismo había forzado una situación que debía ser remediada con hechos.
Gabriel es muy dado a escenificar teatralmente en sus conciertos. Fue pionero en hacerlo. En el siguiente vídeo, resume esa situación de incomunicación con el símbolo de la cabina, el cable telefónico tensado y la mujer, representando a su hija, a la que no puede llegar.
http://www.youtube.com/watch?v=bHJ2211o9nQ
El disco empieza así y se va deslizando poco a poco como si una lágrima se tratara. No hay explosiones, no hay lloros. Sí que hay mucho material procedente del inconsciente, como en «Only Us» («Sólo Nosotros»), dónde el autor reflexiona de un modo muy abstracto, casi onírico, sobre lo que encontró en su mente con respecto al mundo de la pareja. Una parte de la letra dice:
«A más lejos llego, menos sé.
Amigos o enemigos, sólo estamos nosotros.
Sólo nos encuentro a nosotros, respirando, sólo nosotros, durmiendo,
sólo nosotros, soñando, sólo nosotros, sólo nosotros,
te oigo llamarme, te oigo llamarme a casa, voy a casa otra vez…».
En cuanto a la pareja sigue con sus reflexiones en «Blood of Eden» («Sangre del Edén»), usando el mito de Adán y Eva como base para referirse a les dificultades del deseo y las relaciones. Algo inherente al ser humano, como una dificultad o una prueba impuesta desde el inicio de los tiempos. Una reflexión sobre cómo lo sagrado se puede convertir en algo tremendamente mundano. La ceremonia del matrimonio, la daga-crucifijo y la sangre presentes en el vídeo así lo indican, volviendo otra vez al elemento tierra -también con los arreglos de tinte africano- y a la simbología proveniente de su propio inconsciente.
http://www.youtube.com/watch?v=pXtr-iTqMEE
En «Secret World» («Mundo Secreto») alude a la falta de comunicación, y a los mundos interiores de cada uno de los miembros de una pareja como islas en las que nos refugiamos y encerramos, definidos como mundos «bajo la superficie». En la letra expresa lo que supone una ruptura sentimental mediante la imagen de una vía férrea y un cambio de agujas, simbolizando la vía un viaje con un destino determinado -las vías de tren tienen inicio y final- y el desvío como un imprevisto que te aparta de la ruta, sin saber si se va a una vía muerta o se volverá a la vía principal. Musicalmente juega con ese acelerar y parar, como si fueran trenes arrancando y frenando, y con arreglos que recuerdan el traqueteo del ferrocarril.
«En el cambio de agujas del ferrocarril,
en nuestro mundo secreto estábamos,
chocando en los lugares donde escondimos el amor. ¿En que estábamos pensando?»
Para mí hay dos momentos «cumbre» en el disco, en cuanto a la expresión del duelo se refiere. Si bien en los anteriores temas Gabriel va drenando su dolor –segunda fase– y también reflexionando y comprendiendo abstractamente lo que le sucede –tercera-, en estos dos hay dos descripciones claras de la primera, me atrevo a decir en «fase aguda», y de la cuarta tras una sucesión de imágenes de las otras tres.
«The Washing of the Water» («La Limpieza del Agua») es una canción sobre un inmenso dolor. Un dolor comedido, depresivo, oscuro y lacerante. Es prácticamente una declaración de suicidio. Gabriel toma el agua, concretamente el río, como elemento limpiador y finalizador. Pero no lo describe cómo tal. Se queda en un estadio en que, viendo fluir el río, lo envidia, lo quiere para él como agente liberador: le pide que se lo lleve, que le limpie, que se lleve su dolor (descrito en inglés como «pain», dolor físico), que le transporte, que le ayude, que le calme… él ya no es capaz. Curiosa es la utilización del elemento agua como elemento de limpieza, por un lado, pero de profunda pena, tristeza y dolor por el otro.
Os adjuntamos una traducción:
Río, río, llévame.
Río viviente, llévame.
Río, río, llévame,
al lugar de donde procedo.Tan profundo, tan ancho, ¿me llevarías en tu espalda para dar un paseo?
Si cayera, ¿me tragarías hasta lo más profundo?Río, muéstrame cómo flotar,
me siento como si estuviera hundiéndome.
Pensé que podía llevarlo bien,
pero aquí, en este agua,
mis pies no tocan el fondo.
Necesito algo para cambiar mi estado.Yendo lejos, muy lejos, hacia el mar.
Río profundo, ¿podrías levantarte y llevarme?
Oh fluye, a través de las entrañas de la tierra,
hasta que el sol haya abandonado el cielo.
Río, río llévame a lo más alto,
hasta que la limpieza del agua haga que todo esté bien.
Deja que tus aguas me alcancen, como ella lo hizo esta noche.
Dejando marchar,
es tan duro el modo como esta doliendo
conseguir desatar este amor.
Es muy difícil aceptar esto,
porque si lo hago me enfrento a lo que negué.
Suelto estos agarres de mí,
y suelto los agarres que hundí en tu costado.
Mata ese miedo que escondo al vacío y la soledad.
Río, oh río, río que corre profundo,
tráeme algo que me permita dormir.
Con la limpieza del agua te lo llevarás todo.
Tráeme algo que se lleve este dolor.
«Digging In The Dirt» («Escarbando en la Suciedad») es una descripción muy concreta de lo supusieron para él las largas sesiones de psicoanálisis. Justamente esa técnica se basa en «bucear» en el inconsciente personal para descubrir todas aquellas cosas turbias, oscuras y poco agradables que hacen que nos comportemos, sin saberlo, de un modo incorrecto. El inconsciente es como una habitación cerrada en la que pusimos cosas que no queríamos o que no nos gustaban, y se quedaron allí. En la letra lo describe así:
Algo en mí, oscuro y pegajoso,
que cada vez es más fuerte.
No hay modo de lidiar con esta sensación,
no puedo seguir mucho tiempo más con esto.
(…)
Estoy escarbando en la basura,
quédate conmigo, necesito apoyo.
Estoy escarbando en la basura,
para encontrar los lugares que tengo heridos.
Desentrañar los lugares que tengo heridos.
(….)
A más busco, más encuentro.
A más cerca estoy, más ciego me vuelvo.
Lo siento en mi cabeza, lo siento en mis pies.
Lo siento en mi sexo, es allí a donde se va.
En el videoclip de a continuación se ve claramente el progreso de Gabriel al respecto. Su particular símbolo es la tierra (volvemos al elemento tierra, tan bien representado musicalmente), que lo va absorbiendo hasta que llega a su interior, donde viven los gusanos, insectos y otros elementos desagradables que representan todo lo que el inconsciente proyecta. Las partes en el coche son imágenes de cómo luchamos contra las proyecciones del inconsciente –abeja-, que nos acaban dañando y, en nuestra batalla, acabamos dañando a los demás –pareja– y a nuestro entorno –coche-. Los vehículos, en lenguaje simbólico, representan la personalidad, lo que conducimos cada día para desplazarnos por la vida.
Hiere a su mujer, quema a su hijo, destroza el coche y además acaba con una picadura… En lugar de luchar contra lo que el inconsciente proyecta, debemos adentrarnos en él para conocer, arrojar luz, y una vez la luz ha entrado ya deja ser dañino. Me parece muy acertada la alegoría del hecho de pedir ayuda (la palabra HELP), que el propio inconsciente proyecta mediante hongos sobre la tierra en la que él está enterrado, algo que nunca identificaríamos como un símbolo positivo. Debemos recordar que el inconsciente es oscuro –entrañas de la tierra-, atemporal –relojes que avanzan sin sentido– y abstracto –monstruos rosas-.
De ahí el final, con ese emerger vestido de blanco en un prado luminoso, con flores. Las abejas se convierten en mariposas, los hongos en fresas… Cuando la luz toca los monstruos, los monstruos mueren. La cuarta fase del duelo, tras otras tres de duro tránsito.
Y ese parece que es el mensaje definitivo de Gabriel, con su propio proceso que empieza en lo más oscuro, casi en la tentación de abandonar, para ir sumergiéndose en su propia psique y acabar floreciendo como alguien nuevo, renovado, y mejor tras haber aceptado sus carencias.
Más información Peter Gabriel: Web Oficial, Wikipedia.
En El Blog Alternativo: Don’t Give Up, de Peter Gabriel
En El Blog Alternativo: Serie sobre las fases del duelo