LIBÉRALOS: alimentación, salud y conocimiento sin patentes

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«¡Nuestros derechos a la alimentación, a la salud y a los conocimientos tradicionales están en riesgo! Multinacionales de la agro industria y de las farmacéuticas están patentando algunas variedades de fruta, verdura y fármacos no novedosos, con el único fin de mantener altos los precios. Eso a menudo pasa sin que los ciudadanos se enteren y pierden gradualmente parte de sus derechos a la salud, a la alimentación y a los conocimientos.

Por esto ha nacido la Campaña de información y advocacy “Libéralos – ALIMENTACIÓN, SALUD Y CONOCIMIENTOS SIN PATENTES”. Promovida por un grupo de ONGs, asociaciones y universidades, tiene el objetivo de difundir conciencia sobre los efectos que los derechos de propiedad intelectual – como las patentes sobre semillas y fármacos – tienen en nuestra vida.

Queremos seguir gozando de salud, guardando y utilizando nuestras plantas y preservando nuestros recursos y tradiciones sin que intereses comerciales nos lo impidan»

¿Tienen que pagar los agricultores por las semillas de toda la vida? ¿Pueden las corporaciones apropiarse de la Naturaleza y los bienes comunes? ¿Están las patentes privatizando la vida para los ricos? ¿Es lo mismo legalmente patentar un invento que una fruta? ¿Cómo afecta a la sociedad el acuerdo ACTA?

El pasado 17 de mayo 2012 se celebró en Barcelona el seminario “La biodiversidad está en nuestras manos” sobre las patentes en la agricultura, transgénicos y seguridad alimentaria en el que expertos en estos temas con posturas muy diferentes se dieron cita para debatir sobre la modificación genética de las semillas, los cultivos monopolizados o la propiedad de las patentes, y las consecuencias que afectan principalmente a los agricultores, a la conservación de los conocimientos tradicionales y a la libertad de consumo responsable y saludable.

El evento fue organizado por Fundación Más Vida (una ONGD que trabaja en Nicaragua y la República Dominicana pero también desarrolla acciones de sensibilización en España) y se enmarcó dentro de la campaña “Libéralos: alimentación, salud y conocimientos sin patentes”, que tiene como objetivo «conseguir que la población pueda seguir gozando de los derechos básicos en torno a la agricultura y la alimentación, sin que intereses comerciales se lo impidan» y que ha sido promovida por la organización italiana Ricerca e Cooperazione.

Los representantes del Ministerio de Agricultura y de la Oficina Española de Patentes y Marcas expusieron los beneficios que los registros tienen para la ciudadanía y para los propios agricultores, pero por otro lado, la coalición internacional No Patent no Seeds o la Red de Semillas, no están de acuerdo en que los organismos de control y patentes permitan el registro de las propias semillas o las propias plantas, «puesto que ello provoca que las grandes multinacionales, como es Monsanto (empresa dedicada a la venta de semillas y plaguicidas), puedan acabar haciendo pagar a pequeños agricultores por plantar semillas que han utilizado toda la vida, tener el monopolio del cultivo y comercialización de verduras, frutas, etc., y, en el peor de los casos, acabar con la biodiversidad».

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«Quien controla las semillas controla el mundo» y en última instancia esto es lo que está en juego, por ello el tema de las patentes es uno de los más trascendentes para el futuro y la soberanía alimentaria pero apenas aparece en los medios de comunicación oficiales.

A continuación adjuntamos el resumen de dos interesantes ponencias del seminario por gentileza de Sonia Flotats, una de las organizadoras de la jornada.

Los derechos de propiedad intelectual frente a los derechos a velar por nuestro futuro: ¡Libéralos!

De Monica Di Sisto, Ricerca e Cooperazione

Cuando hablamos de los derechos humanos y los bienes comunes, consideramos importante ser capaces de decidir libremente cómo queremos fomentar nuestra salud, conservar y utilizar nuestras plantas, además de velar por nuestros recursos y tradiciones. Es algo que queremos seguir compartiendo sin que existan intereses comerciales que lo impidan.

Nuestros derechos a la alimentación, la salud y los conocimientos tradicionales corren peligro. Agribusiness y Big Pharma están intentando patentar algunas variedades de fruta, vegetales y fármacos no novedosos con el único objetivo de mantener unos precios elevados. Ocurre a menudo, por lo que el saber compartido por el pueblo se va perdiendo paulatinamente, junto con sus derechos a la salud, la alimentación y los conocimientos.

Informar a los ciudadanos de las repercusiones de los derechos de propiedad intelectual en la vida cotidiana e involucrar a las autoridades locales para que salvaguarden tanto la diversidad biológica como los derechos a la alimentación, los medicamentos y los conocimientos son los objetivos de la campaña informativa de apoyo “LIBÉRALOS: alimentación, salud y conocimiento sin patentes”, promovida por un grupo de ONGs, asociaciones y universidades y, además, cofinanciada por la Comisión Europea.

Uno de los principales peligros en la actualidad pasa por la posible aprobación de un nuevo acuerdo, el Acuerdo Comercial de Lucha contra la Falsificación (ACTA), firmado en Tokio el 26 de enero de 2012 por 22 de los 27 Estados miembro de la UE, incluida Italia. Lo más probable es que el Parlamento Europeo no siga adelante con esta medida, tras la opinión negativa expresada por el ponente responsable, David Martin: “Las posibles amenazas a las libertades civiles tienen un mayor peso que las ventajas que aportará este acuerdo”, manifestó en su recomendación al Parlamento Europeo. Los aspectos bajo sospecha son: la incriminación de los usuarios particulares de falsificaciones, el papel de los controladores de los proveedores de servicios de Internet (ISP) y la capacidad de dificultar el comercio de los fármacos genéricos, bloqueando su paso en las aduanas.

No obstante, el partido por el ACTA, sobre el cual el Parlamento Europeo dictaminará a principios de julio en Estrasburgo, aún está en juego: por un lado está la industria, especialmente el sector del espectáculo que está presionado a los eurodiputados para que lo aprueben y, por el otro, los activistas que abogan por la libre circulación de ideas y contenidos en Internet, así como las ONGs y campañas internacionales, como ¡Libéralos!, preocupadas por la amenaza que supone el ACTA para el acceso a los medicamentos de calidad de coste bajo en los países en desarrollo.

Las reglas estipuladas en el ACTA prevén que las autoridades aduaneras puedan incautar y destruir las mercancías sospechosas de falsificación, incluidos los fármacos, sin que exista ningún control de calidad y por una mera cuestión de marca. El riesgo que se corre es que se llegue a confiscar una gran cantidad de semillas o medicamentos genéricos de calidad, simplemente alegando que el embalaje tiene un logotipo similar al del producto original.

También resulta preocupante que el ACTA permita determinar “la responsabilidad legal de terceros (entidades públicas, distribuidores e incluso ONGs) que recurran a los fármacos genéricos en peligro de incautación, a los cuales se les podrían llegar a imponer rigurosas penalizaciones por un «delito de complicidad”.

El ACTA se confeccionó para que se convirtiera en una norma global que iría sustituyendo progresivamente los acuerdos internacionales existentes, en concreto los ADPIC (Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) de la OMC (Organización Mundial del Comercio), cuyas «licencias obligatorias» posibilitan que, en casos de urgencia médica, se hagan excepciones a las reglas comerciales sobre la propiedad intelectual.

Estas son algunas de las razones principales por las que la campaña ¡Libéralos! insta a las autoridades locales y nacionales de los países que participan en sus actividades a que respalden las declaraciones de la campaña y a que incentiven también el intercambio solidario de prácticas que las comunidades locales llevan experimentando desde hace siglos a fin de beneficiarse de los bienes comunes, al tiempo que velan por ellos y los conservan para las generaciones futuras.

“Experiencia internacional de la campaña Libéralos: el tesoro de la Madre Tierra: BIOVIERSIDAD DE LA PAPA EN BOLIVIA»

Alexandra Cordero – Fundación Más Vida

Nacidas para proteger las invenciones industriales y favorecer la innovación tecnológica, las patentes se aplican cada vez más a la vida, convirtiéndose en el instrumento para privatizar la vida del planeta a favor de quien posee el dinero para transformar un bien común en beneficio privado sin ninguna atención a los derechos humanos, a la defensa de la salud y del medio ambiente, marcando así un verdadero abismo entre las poblaciones del Norte y del Sur.

Por ello, la campaña “Libéralos: Alimentación, salud y conocimientos sin patentes” promueve actividades de información y sensibilización a la población en general y en especial a la opinión con el fin de garantizar una aplicación sostenible de los derechos de propiedad.

Un ejemplo claro en el que queremos rescatar la importancia que los derechos fundamentales tienen sobre los derechos de propiedad intelectual en el sector de la biodiversidad y conocimientos tradicionales es el caso de Bolivia, donde casi la mitad de la población está constituida por campesinos y pequeños productores los cuales viven en una variedad de pisos ecológicos (altitudinales y climatológicos) que permiten la existencia de una gran diversidad de cultivos y técnicas agrícolas.

La papa es el cultivo alimentario más importante del país, la producen aproximadamente 200.000 agricultores y por lo general para el consumo doméstico. La mayoría de los agricultores utilizan sobre todo las variedades tradicionales, ya que están bien adaptadas al “elevado riesgo climatológico”, puesto que en el altiplano boliviano los cultivos de la papa están expuestos con frecuencia a granizo, heladas y sequías. La biodiversidad de la papa en Bolivia es un medio de producción y objeto de consumo, si bien su fin fundamental es la alimentación, también sirve de trueque con otros productos agrícolas que permiten completar la dieta alimentaria permitiendo así la conservación, renovación de material genético y movimiento de la semilla. Pero la biodiversidad de la papa hoy corre riesgo, las variedades antiguas cultivadas por los pueblos andinos se está perdiendo debido a la introducción de semillas genéticamente modificadas que obligan a los agricultores a orientar sus cultivos según la demanda del mercado, desincentivando al cultivo y mantenimiento de la biodiversidad de la papa.

El trabajo realizado desde Ricerca e Cooperazione (ente promotor de la campaña a nivel internacional) junto con actores locales como en Centro de Apoyo al Desarrollo – CAD y organismos públicos de Bolivia, se ha basado en la recuperación y conservación de la biodiversidad de las papas nativas de Bolivia, a partir de la implementación de las siguientes acciones:

  • Promoción de técnicas de conservación como el cairo y el silo
  • Promoción del intercambio de semillas a través de ferias agrícolas
  • El rescate del conocimiento del suelo
  • Limpieza viral de papas nativas
  • Elaboración de un catálogo con 115 especies de papas nativas
  • Recuperación de los saberes industriales para hacer frente a plagas y enfermedades.

Esta experiencia de trabajo nos permite reforzar nuestra postura y orientar nuestros objetivos a conseguir que la población pueda seguir gozando de los derechos básicos sin que intereses comerciales nos lo impidan.

Más info: Fundación más vida

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