
“De hecho, la igualdad es parte primordial del mensaje. Todos estamos arrimando el hombro por igual. Aquí no hay jerarquía, jefes ni ganadores. Es casi imposible hacer mal el trabajo. Siempre dejamos claro que LA AGRICULTURA NO ES CUESTIÓN DE PERFECCIÓN. No pasa nada si uno mete unas semillas de más en un hoyo recién excavado… o incluso si mete unas de menos. Mientras uno cubra los hoyos y los riegue como tiene que ser, las plantas brotarán con casi completa seguridad”
Michelle Obama
En los últimos años hemos sido testigos de grandes cambios sociales, muchos de los cuales pasan desapercibidos porque ocurren dentro de los hogares pero son más revolucionarios de lo que parecen.
En el 2009 los Obama llegaron a La Casa Blanca y, entre las primeras medidas, reconvirtieron parte del jardin en una huerta como ejemplo para una población que aumenta en tamaño corporal y enfermedades alarmantemente. La huerta superó incluso varias nevadas y recientemente, Michelle Obama ha publicado el libro “American Grown: The Story of the White House Kitchen Gardens and Gardens Across America” (Cultivado en Estados Unidos: Historia de la huerta de la Casa Blanca y de los jardines de todo Estados Unidos) con consejos para cultivar nuestras propias verduras y hortalizas, para un estilo de vida sano y con recetas y anécdotas sobre su huerta.
Y esto no es ni cotilleo, ni marketing verde ni un hecho anecdótico. Desde hacía medio siglo no se había cultivado nada en el palacio presidencial y la última vez lo hizo Eleanor Roosvelt para paliar el hambre de la postguerra.
Aunque durante décadas la sociedad se ha arrodillado a las corporaciones y la alimentación procesada, existe una tendencia mundial e imparable que revaloriza lo sano, lo natural, lo fresco, lo local y lo que sale de tu tierra o tiesto y no de una mega plantación o industria química. Las huertas ya no son algo obsoleto y prescindible de nuestros abuelos, son un símbolo de un cambio de paradigma económico y alimenticio.
Y que la primera dama del mundo luzca lechugas como si fueran medallas o vestidos de alta costura para invitar a las familias a coger una hazada, es algo muy destacable.
En LA COCINA ALTERNATIVA, que también tenemos huerta propia -aunque más modesta que la de los Obama-, hablamos más en profundidad sobre este libro y recordamos artículos que trataban sobre el poder de lo doméstico y cómo la revolución empieza en casa y en los fogones…
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