Estos días de celebraciones navideñas es bastante habitual encontrarse en comercios, casas de amigos, recibidores varios, y grandes almacenes una representación del nacimiento de Jesús en el Portal de Belén.
Dejando de lado la creencia religiosa o la celebración atea, -que El Blog Alternativo y un servidor respetamos por igual- el Nacimiento tal y como lo venimos representando tiene un gran simbolismo arquetípico.
El Cristianismo ha tenido una gran influencia cultural. La simbólica del nacimiento es muy rica y da entender el porqué, desde un punto de vista inconsciente, ha permanecido en los ritos tanto religiosos como no religiosos de muchas culturas en el mundo. Como por ejemplo, la celebración de las navidades.
Jesús, María y José son una familia
La familia, como arquetipo, sigue siendo un pilar de funcionamiento en prácticamente todas las sociedades del mundo. Es una estructura básica dentro de la que nacemos, nos educamos y emprendemos nuestro propio camino a través de la emancipación de la misma. Dentro de la familia aprendemos a través de las dos polaridades principales, masculina y femenina: aprendemos a usarlas y nos levantamos como personas.
Nos suena «natural» y su representación es algo que nos parece cercano pues la mayoría de nosotros hemos crecido en una.
José, arquetipo del Padre
El arquetipo del Padre se manifiesta a través de todas aquellas acciones de polaridad masculina: potencial de acción, sustento, lucha, limitación y también autoridad. José es habitualmente representado con una vara, símbolo de la sabiduría. Sabiduría que aplica en bien de una empresa común, y que él «comanda» en función de los objetivos previstos.
En este caso, José mantiene la familia a través de su trabajo y también cediendo el protagonismo a María y Jesús, manteniéndose en un «segundo plano». En él, trabaja para que todo lo que suceda este dotado de suficiente estructura para mantenerse.
Este arquetipo de Padre, así como el de Madre, se representa tanto por hombres como por mujeres; es -por decirlo de algún modo- la «fórmula energética» de este tipo de polaridad la que, cuando somos niños, captamos a través de nuestros padres y empezamos a aplicar en nuestro día a día.
José representa el Arquetipo de Saturno y Marte en cuanto a planetas, y de Capricornio en cuanto a signo.
María, arquetipo de la Madre
María representa la polaridad femenina. Se sacrifica primero dando a luz y más adelante renunciando al fruto de su vientre. Apoya y nutre todas las decisiones que su hijo toma, independientemente de sus consecuencias. Si bien el padre es capaz de limitar, la madre nutre, da calor, apoya y da forma a todo aquello que los hijos necesitan.
Normalmente la Madre, arquetípicamente hablando, sabe «sufrir» para respaldar una decisión. También dota de sentido, forma y contenido aquellas iniciativas e ideas de los hijos y la familia.
María representa la Madre que no espera nada a cambio de su hijo. Ella solo ‘da’, y la propia respuesta de Jesús en forma de actos y decisiones es el ‘feedback’. La propia renuncia a la vida de su hijo es el máximo ejemplo de ese dar incondicional que se representa en el arquetipo Madre.
María está representada por la Luna y Neptuno en cuanto a Planetas, y Virgo como signo.
De la suma de estos dos, nace un tercer arquetipo:
Jesús, arquetipo de El Hijo
El hijo representa aquel proyecto futuro que perpetuará los objetivos familiares. Los herederos, a menudo, simbolizan la extensión de un modo de hacer, la culminación de una empresa o la consolidación del propio proyecto familiar o del proyecto que la familia lleva a cabo.
Por sí mismos los hijos representan una renovación o actualización de ideales, formas de hacer, y nuevos proyectos, basados en la estructura y contenidos previos aportados por las polaridades Padre-Madre.
Jesús, como personaje, usó ambas cualidades para extender su mensaje de manera independiente. Sus padres le aportaron las cualidades y estructura necesarias y el las usó evolucionándolas, ampliándolas y extendiéndolas.
Él mismo representa el nacimiento de algo nuevo, una renovación, el tomar una base -la familia- dotada de una estructura -arquetipo padre- y unos valores -arquetipo madre- para renovarla y aportar su propio proyecto en relación a ella.
Es la representación del ideal de un futuro mejor, aquella idea de que «trabajamos para que nuestros hijos estén mejor que nosotros», o «nuestros hijos serán mejores que nosotros y transformarán el mundo».
Jesús está representado por Júpiter como planeta, y Piscis y Sagitario como signos.
Padre y Madre suponen dos arquetipos de polaridad opuesta que aportan por un lado la estructura y por otro la forma. La suma de ambas polaridades da como resultado un tercer aspecto, el Hijo, que une ambas y representa una nueva fuerza estructural y de ideas, un proyecto de futuro.
El Nacimiento, como arquetipo, representa esa impronta inconsciente en todo ser humano: la que nos liga a nuestra familia y la que nos impulsa a crear una nueva que materializará un avance, una nueva versión de nuestra ética, ideales y modo de hacer las cosas.
Feliz Navidad
Autor: Carles Pérez
Astrólogo, Terapeuta Transpersonal, Morfopsicólogo y Formador en Being The One
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12 junio 2017 15:20
Es un alivio encontrar a alguien que realmente sabe lo que están hablando en blogoesfera . Queda claro, que sabes cómo llevar un blog a la luz y que sea interesante. Más peña tiene que leer esto.