
“Tengo casi 79 años. Pero, ¿cómo podría retirarme, con todo este trabajo por hacer?. Un día podría querer hacerlo, ¿no? “Podría tener que hacerlo, más bien. Nunca sabemos lo que nuestros cuerpos nos harán, ¿verdad? Yo nunca me retiraré. Puede que me vea obligada a hacerlo. Puedo enfermar de Parkinson o de Alzheimer, o romperme una cadera. No lo sé y, hasta que ocurra, debería seguir trabajando. Porque TENGO QUE HACERLO”
Jane Goodall
Hay personas que no pueden jubilarse por mucho que cambie la ley porque en su día a día han conseguido aunar trabajo con vocación personal. Además, algunas incluso añaden a ese ansiado logro compromiso social y voluntad de servicio al colectivo. Saben cuál es su misión, saben que la Vida les pide que divulguen un mensaje, saben que no pueden vivir sin cumplir con su deber.
Jane Goodall, a sus casi 79 años es una de estas personas. Dedicó su juventud a los chimpaces pero tuvo que dejar la selva para salvarles a ellos y de paso ayudar a salvar el planeta educando a la sociedad en ecología, respeto a la naturaleza, sentido de unidad con lo que nos rodea, respeto por los animales y reverencia por la Vida. A pesar de hacer conseguido una lista larguísima de galardones y reconocimientos internacionales, no se queda en casa a esperar su tránsito, sino que viaja por todo el mundo 300 días al año dando charlas y extendiendo este mensaje, y colaborando con el Instituto Jane Goodall y la organización ecologista juvenil Roots & Shoots presente en más de 130 países.
En el documental sobre su vida «El viaje de Jane«, algunos le llaman un angel andante y su trabajo y su legado demuestran que así es.
TRAILER Y RESUMEN
http://youtu.be/d3qe6D41ZMcRecientemente ha visitado España y le han entrevistado en la revista Mujer de Hoy. Destacamos estas respuestas sobre los sentimientos de los animales, la destrucción del medio ambiente, la industria cárnica y la elección de una alimentación consciente, y el poder de cada persona para marcar la diferencia por un mundo mejor:
“Hemos recorrido un largo camino desde que yo observaba chimpancés en Gombe. Creo que todo el mundo está preparado para reconocer que otros animales tienen los mismos sentimientos que los humanos. Los chimpancés son más parecidos a nosotros que cualquier especie. Se saludan con abrazos y besos, se piden comida unos a otros, mantienen vínculos entre parientes durante toda la vida… Nos han enseñado que no hay una línea divisoria entre nosotros y el resto del mundo animal. No somos los únicos con personalidad y sentimientos”.
“Los animales que torturamos para conseguir comida… Mi vegetarianismo es en parte una cuestión ética, y en parte es porque convertir proteína vegetal en animal es un gran desperdicio. Los bosques se talan para crear pastos o cereales que sirvan como pienso. Todo eso requiere mucha agua. Además, al ganado se le dan alimentos antinaturales para que engorden, y eso les produce ventosidades. Expulsan mucho metano, que tiene un efecto invernadero siete veces mayor que el dióxido de carbono. Por otra parte, esos pobres animales, que viven en espacios hacinados y apestosos, tienden a enfermar, por lo que regularmente se les administran antibióticos, que hacen a las bacterias más resistentes. Así que nos dirigimos hacia algún tipo de catástrofe, creo yo. Toda la industria cárnica es espantosa. La gente no se da cuenta. No se trata solo de la tortura y la crueldad hacia los animales, lo que ya son bastante malas. La única carne que deberíamos comer es la procedente de animales en libertad. Además, así reduciríamos nuestra ingesta de carne, lo que es muchísimo mejor para nuestro cuerpo… Me siento mucho mejor ahora siendo vegetariana. Más ligera, más llena de energía”.
“La destrucción de los hábitats por el crecimiento humano; la polución; la pobreza extrema en los países en vías de desarrollo. Y el estilo de vida tan poco sostenible que llevamos… Esta horrible crisis puede tener una consecuencia buena, que la gente se dé cuenta de que podemos vivir con menos. Si entendiéramos el terrible despilfarro que implica nuestra forma de vida… Entras en una habitación soleada y las luces están encendidas; los coches se dejan en marcha; en verano, necesitas un jersey, porque el aire acondicionado está puesto. Compramos demasiada comida y hay que tirarla. Gastamos, gastamos, gastamos. El desperdicio es enorme”.
“Todos podemos marcar una diferencia. Si cada una de los millones de personas del planeta tomara las decisiones adecuadas en pequeñas cosas (qué comemos, qué nos ponemos), el cambio sería enorme”.
Sitio oficial: Instituto Jane Goodall
1 mayo 2013 09:41
Gran mujer, grandísima mujer.
6 mayo 2013 10:43
«Las herederas de Goodall: las madrinas españolas de los simios y su lucha constante», en 20 Minutos
http://janegoodall.es/news/es_ES/2013/04/05/0001/las-herederas-de-goodall-las-madrinas-espanolas-de-los-simios-y-su-lucha-constante-en-20-minutos
24 septiembre 2013 19:04
Señora moderadora del blog los animales tienen cierta sabiduria, la suficiente cada uno para su especie, tienen ciertos sentimientos y su peculiar personalidad como usted bien dice pero hay un pero, no saben que saben