Política para la Felicidad: otro mundo es posible 2/3

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«La democria actual está sustentada principalmente
en el derecho a voto, en las elecciones.

Las elecciones están orientadas a a elegir al mejor (aristos)
eso es lo que significa aristocracia, el poder del mejor.
Y una aristocracia deriva siempre a una Oligarquía, es decir,
el poder de unos pocos»
Etienne Chouard

«Hay un riesgo enorme, un gran peligro en toda esta crisis:
que los mismos que nos han traído hasta aquí
nos quieran vender las soluciones, ¡ojo! a la oligarquía financiera
y sus artes pseudo democráticas para mantenernos en el redil»
Itziar Azkona

 

Erase una vez, un país de la antigüedad llamado Grecia…

donde se desarrolló una Democracia que distaba mucho de lo que en la actualidad ocurre en el mundo. El país se gobernaba a través de una Asamblea en la que todo el pueblo participaba de manera libre y comprometida.

Los representantes del pueblo, es decir, los que fueran elegidos no tenían el poder, el poder era de la asamblea, los representantes eran los que organizaban que todo saliera bien, como si fueran los funcionarios de hoy en día, esos a los que quieren demonizar los periodistas de convenida palabra, y quieren echar a patadas de sus puestos de trabajo, a ver si así tenemos 7 millones de parados en vez de 6, o tal vez 8 millones, a ver si así hay menos gente que haga el trabajo de la administración y el ciudadano se encuentre más desvalido, mientras los oligarcas siguen siendo los mismos, siguen ganando lo mismo y siguen controlando lo mismo.

Pues bien, los cargos ejecutivos, de gobierno en la antigua Grecia eran elegidos por Sorteo, y se les hacía un seguimiento con una serie de controles para que hicieran bien su trabajo.

Mientras tanto esta Democracia, la original, contaba con una serie de instituciones que protegían a los ciudadanos que, cada día, deseaban denunciar algún hecho de la vida política, es decir algo muy diferente a lo que ahora se practica. Los únicos mecanismos que existen son mediáticos y se están usando para acusar a quien disiente, llamando filoetarra, o nazi, o lo que más llegue a la mente virgen de la audiencia, a todo aquel que sea diferente, que piense diferente o que actúe diferente a lo que el status quo ha decidido que tiene que ser por Decreto Ley.

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En esa antigua Grecia, siguiendo con mi relato, mientras tanto los ricos, la mayoría extranjeros, vivían plácidamente en la polis, hacían prosperar la región pero no participaban para nada en la vida política.

Los atenienses tenían el mismo miedo que nosotros a la corrupción del poder y por eso contaban con instituciones de vigilancia para los elegidos por sorteo. Por ejemplo, al principio se filtraba de manera libre y pública quien podía ser elegido para evitar personas sospechosas en el poder. Todo el pueblo podía presentar alegaciones.

Durante el mandato otro mecanismo de control permitía revocar el mandato al candidato elegido si no cumplía con su cometido de manera adecuada y le evaluaba la asamblea donde todos podían tener participación. De tal manera que si, una vez elegido, la actuación no era correcta se podía revocar la decisión, se podía rectificar, se podía corregir.

Otro mecanismo de control hacía que al final del mandato, se pedían cuentas al elegido sobre su actuación, incluso tiempo después se le podía someter a juicio público si se descubría algún acontecimiento oscuro durante su período de actuación, una vez ya pasado el tiempo. No era tan fácil que algo prescribiera.

Los mandatos por elección rotaban cada poco tiempo, así no había una clase política profesionalizada que solo defendía sus intereses y no el bien común y no se podía repetir en el mismo cargo de manera que se minimizaba el riesgo de aprovecharse del poder.

El sistema era VIRTUOSO gracias a este sistema de controles, no por el simple hecho de que fuera por sorteo o por elección. Los atenienses eran realistas, asumían y partían de la base de que el ser humano se corrompe en el poder, en poco tiempo. Ellos aceptaban el hecho de que somos imperfectos y que sólo un buen control permite un buen funcionamiento de un gobierno.

Este es el GERMEN de la democracia. Desde luego, en Atenas había esclavos y las mujeres no podían participar en la vida política. Pero hemos avanzado en derechos humanos y no digamos en tecnología como para permitir que se pueda desarrollar un sistema democrático real partiendo del germen ateniense y mejorando la realidad actual. Un sistema donde instituciones más abiertas y más libres potencien la participación de los ciudadanos y nos activen más.

El sistema habla de ciudadanos no comprometidos. Pero, ¡¡cómo nos vamos a comprometer, si lo único que hacemos es votar cada 4 años y cuando no votamos a unos votamos a otros cuyo modus operandi es el mismo, con la gravedad de que la izquierda traiciona aún más a su electorado porque se ve forzada a obedecer a los dueños de la economía y eso corresponde a política más conservadora, más de derechas.

¿Como puede cualquier partido político en el poder gobernar en democracia haciendo alarde de mayoría absoluta cuando esa mayoría absoluta está solamente calculada sobre la base de los ciudadanos que han votado (fuera las abstenciones) y sobre la base, además de los que han votado a algún partido en concreto (fuera los votos en blanco)? ¿No son estos seres personas, ciudadanos, almas que habitan en la política de este país?

Todo esto no es un complot, no es una conspiración, es simplemente una evolución natural de lo que en su día fue la Ilustración. Cuando Montesquieu hizo su separación de poderes allá por el siglo XVIII no contaba con los medios de comunicación, ni con una política monetaria europea. Cuando Tocqueville se convirtió en bestseller mundial ensalzando la democracia americana hablaba desde la aristocracia, desde la nobleza. Los ilustrados, eran, según Etienne Chouard, elitistas, no querían el poder del pueblo. A ellos hay que agradecer que nos sacaran de una época oscura de la historia, desde luego…

Pero ha llegado el momento de despertar a una nueva era!!!

A nosotros, sólo a nosotros nos corresponde ahora asumir nuestra responsabilidad y, desde luego, reclamar un futuro diferente. ¿Quien dijo que la constitución de un país es algo que se escribe una vez, pasa el tiempo, cambian las personas y se queda ahí? Quien dijo que vivir en democracia es sólo participar en unas elecciones? ¿Quien?

Ha llegado la hora de abrir los ojos, de salir de nuestra ceguera y de plantar cara al poder establecido. Los políticos no nos sacarán de donde estamos pues ellos no son Dioses, ellos no tienen superpoderes, ellos son como nosotros, seres humanos con luces y sombras. Y a la luz de los últimos acontecimientos se ve claramente que ni siquiera son los mejor preparados. Somos nosotros los ciudadanos los que les sacaremos a ellos del poder porque no lo están sabiendo hacer, se están aprovechando de nuestra capacidad de crear riqueza y, desde luego, nos están tratando como a tontos, negándonos toda capacidad de crítica y de inteligencia.

Hay librepensadores que opinan que si la riqueza que generamos con NUESTRO TRABAJO estuviera mejor repartida bastaría con trabajar 3 días a la semana y nos podríamos jubilar a los 50 años. ¿Qué para qué? Pues para dedicarnos el resto del tiempo a hacer política social, a crear, a inventar, a mejorar, a pensar, a desarrollarnos como seres humanos, al mismo nivel que hemos desarrollado nuestra tecnología… Pero ese otro mito, otra historia que hemos comprado sin rechistar, que no trabajar para el sistema como un burro es no tener éxito, es ser un vago, es no ser productivo.

No podemos seguir viviendo en la mentira de que las políticas de robo del sistema social que se están llevando a cabo son la solución a nuestros problemas. Los medios de comunicación sólo hablan de reforma electoral, de recortes y de Corina. Pero no se dedica ni un sólo instante a reflexionar sobre los modelos políticos, sociales o económicos que hemos dejado expandirse. Y lo que es peor los «opinion leaders», muchos, son periodistas mediáticamente politizados, no expertos en cada materia. Aunque últimamente se atisve algún oasis en el desierto. Pero los oasis no son la fuente de agua corriente del planeta.

«Lo llamamos Democracia.
Pero no lo es.
Y así anulan toda posibilidad de que reclamemos ‘La Democracia’.

Nos acusan de ir contra el sistema,
porque el sistema da seguridad y tranquilidad.
A nosotros no.
A los Oligarcas, a los que compran el poder.
Sólo nosotros podemos cambiar esto.
Despierta Ya»

Itziar Azkona

«En el 2005 me desperté políticamente»
Etienne Chouard

Y para despertar un último artículo
sobre una de las bases de la sociedad democrática
la libertad de expresión, aquí.

Lo llaman democracia pero no lo es:
primer artículo Política para la Felicidad aquí, (artículo anterior)
 

Más artículos de El Rincón del Coaching aquí.
Más artículos de Otro mundo es posible aquí.

AUTORA: Itziar Azkona,
Estoy Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología
Actuamente trabajo como Coach de PNL y New Code
y estoy entrenada por John Grinder entre otros.
Web: http://www.coachingemodus.com/
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4 Responses

  1. Comunal

    15 mayo 2013 01:20

    Excelentes artículos que creo conectan perfectamente con lo que muchos «tememos» que es la realidad que estamos viviendo y que hemos tenido oculta durante muchos años. Espero que seamos capaces de liberarnos del juego de luces y sombras que están utilizando para mantenernos dentro del redil. Un saludo

  2. Sariaarel

    25 octubre 2013 17:14

    Estoy de acuerdo en general con el artículo pero he de decir que es imposible tomar conciencia cuando te enfrentas a un monstruo del colosal tamaño que son los actuales medios de comunicación, todos ellos propiedad de la alta burguesía o del estado burgués, por lo que todos sin excepción defienden al actual modelo, su enorme capacidad de difusión, se nos meten hasta las alcobas de nuestras viviendas, hace que ir contra la opinión «publicada» sea como mear contra el viento.
    Lo siento pero lo veo imposible.
    Hoy en día observamos como cualquier trabajador, el 99 % de la población, ya sea por cuenta propia, autónomo, o ajena, asalariado, asume sin rugorizarse los dogmas y proclamas de la élite, y los defenderían hasta con su propia vida, que si el capitalismo es bueno, es el único sistema capaz de crear riqueza y de mejor distribuirla, que si el capitalismo es la democracia, lo cual ya es una auténtica burla al menor sentido común o inteligencia, y por supuesto lo contrario, que si el socialismo es malo, que es una dictadura o totalitarismo, etcétera, etcétera. en definitiva es lamentable ver como un pueblo alienado y totalmente desconcienciado intenta poder mejorar su día a día contra un sinfín de obstáculos para conseguir una vida digna y mientras una escasísima minoría, la élite, ese 0,1 % que conforman las mayores fortunas, los archimultimillonarios, propietarios de la mayoría de las acciones de las grandes corporaciones y de los fondos de inversión, poseen la mayoría del capital mundial, y son una clase parasitaria que no trabaja sino que es su mucho dinero el que trabaja por ellos, prestándolo o invirtiéndolo aquí o allá y llevándose la mayor parte de los beneficios, una vez que con ese dinero los de abajo, trabajan para crear la riqueza -sólo el trabajo genera riqueza- y devolverles lo prestado junto a los intereses, apoyados en una también minoría de privilegiados, nunca más del 10 %, de altos cargos y con empleos bien cualificados y remunerados, la auténtica clase media, no como cree la gente que la clase media es la media o mediana de los ingresos, sino que la clase media es la que se encuentra entre la élite, siempre muy escasa, y la mayoría trabajadora, que ocupan los puestos directivos y ejecutivos en las grandes compañías y corporaciones multinacionales o son propietarios de medianas y grandes empresas, siendo directivos, empresarios o de algunas de las profesiones llamadas liberales como: médicos, técnicos, ingenieros, abogados, catedráticos, jueces, o deportistas y artistas de éxito, aunque con el inciso de que hay médicos y médicos o abogados y abogados, que gracias a unos importantes ingresos han conseguido crearse un cierto patrimonio, en que sin ser parte de la exclusiva élite sin son unos privilegiados en comparación con la mayoría de la ciudadanía que llega más o menos holgada al fin de mes, ostenta el poder sin el menor rubor, a eso no se le puede denominar democracia, poder del pueblo, es una plutocracia, poder del dinero o de los ricos, de oligócratas.
    Sin esto no lo tenemos claro el resto siempre será un intento baldío.
    Un saludo

  3. itzi

    26 octubre 2013 10:34

    Hola Sariaarel!!
    En primer lugar agradecerte tu comentario, que me hayas leído y que hayas decidido compartir tu opinión. En algún momento de lo que escribes dices: «lo siento». No te disculpes por ser tu mismo o por expresar tu opinión, al contrario, GRACIAS!!!!.

    En segundo lugar, te invito a que hagas una reflexión general sobre otra afirmación que haces en tu comentario: «es imposible tomar conciencia cuando te enfrentas a un monstruo del colosal tamaño que son los actuales medios de comunicación»…. ¿No crees que si fuera imposible este artículo y otros como este no existirían? ¿No crees que si fuera imposible TU no lo verías? ¿Que te hace suponer que TÚ si has alcanzado esa concienca y otros no lo harán? ¿Porqué tu sí y otros no?

    No sé… en mi opinión NADA es imposible sino cuestión de TIEMPO. Y si los que ya lo vemos trabajamos para expandir la semilla por vías alternativas a esos medios de comunicación y creemos que SI es posible, creo que así será. Recuerda: «¡¡¡Si crees que puedes, podrás, si crees que no puedes, no podrás!!!

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