
«La tendencia es evidente: el acceso vence la posesión. El acceso es mejor que la propiedad»
Kevin Kelly
En ocasiones nos parece que lo importante es poseer objetos que luego podemos usar. Pero la clave está en esto último, en usar. El uso y disfrute de una lectura o una buena música es lo que nos hará felices y no el sólo hecho de tener un libro en nuestra biblioteca o un CD encima de la mesa. Para todo aquello que no vamos a usar habitualmente lo lógico es una utilización de uno a muchos. Es decir cada unidad de un determinado objeto es usada por muchas personas. Con esto conseguimos una economía más saneada (menor dependencia económica=más felicidad), ser más ecológicos (menos unidades fabricadas=menos recursos utilizados=más felices por ayudar al medio ambiente) y mejorar las relaciones sociales ya que los intercambios son entre personas.
Consumo colaborativo
El hecho de usar un determinado objeto por muchas personas y además usar para ello internet es algo que se ha bautizado recientemente cómo consumo colaborativo. En palabras del portal www.consumocolaborativo.com (por cierto, un completo e interesante recurso): «El Consumo Colaborativo se puede definir como la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar redefinida a través de la tecnología moderna y las comunidades».
Préstamo, intercambio, compartir, alquiler y otras variantes
El consumo colaborativo, tanto el actual apoyado en internet cómo el de toda la vida, puede adoptar diferentes variantes. Veamos a continuación algunos casos:
- Biblioteca. Las bibliotecas son un claro ejemplo de consumo colaborativo. Una institución se hace cargo de unos libros que luego pueden ser usados por toda la ciudadanía. Además de compartirse los libros también se hace con el propio espacio y más recientemente con la conexión a internet.
- Regalar. Dar a otra persona aquello que ya no usas es una forma de consumo colaborativo de las de toda la vida. Ejemplo de ello: la ropa que se le ha quedado pequeña a tu hijo y va a parar al hijo de tu amigo, el ordenador que ya no te sirve porque haces un uso profesional de él y puede servir a otra persona que hará un uso menos intensivo, etc. Tamién se puede hacer gracias a internet en sitios cómo No lo tiro
- Préstamo entre particulares. En esta categoría podemos hablar de libros que se dejan a un amigo a familiar o máquinas y herramientas para bricolaje.
- Alquiler. Parece que tener el coche en la puerta es lo más adecuado, incluso si solo lo usamos de vez en cuando. Recordemos que un automóvil lleva unos gastos asociados y no pequeños precisamente: compra del vehículo, seguro, impuestos, mecánico, combustible,… En un entorno rural quizás lo más idóneo es disponer de vehículo propio porque los transportes públicos son escasos. En cambio en una ciudad (si no has de usar el coche a diario) la opción de alquiler es la más ventajosa económicamente y te va apermitir de despreocuparte de todo aquello inherente a un vehículo en propiedad.
- Compartir coche en los desplazamientos. Una opción en auge es compartir coche tanto para desplazamientos ocasionales cómo habituales. Se puede considerar que es una evolución del autostop. Existen páginas web especializadas en el tema: Carpooling, Amovens, BlaBlaCar.
- Otro tipos. Internet ha posibilitado otras variantes de consumo colaborativo. En algunas de ellas interviene algún tipo de intercambio económico. Grownies es un servicio en el que una familia dona la ropa infantil que ya no utiliza y otra familia la recibe a cambio de un coste que cubre la mensajería y el mantenimiento del servicio. Ebay es un conocido portal de compra venta de productos usados.
Las variantes del consumo colaborativo son virtualemente infinitas y para concocer la cantidad de iniciativas que existen os recomiendo el directorio de Consumo Colaborativo y nuestra comunidad de Google+ Trueque, Bancos de tiempo y Consumo Colaborativo.
El justo y necesario equilibrio
Si de verdad queremos un mundo más justo y solidario es lógico que todos y cada uno aportemos nuestro granito de generosidad. Y afortunadamente esto suele ocurrir muy a menudo. Pero también me encuentro a diario con personas que parecen no entender que es indispensable que haya un cierto equilibrio entre el dar y recibir. Una red de trueque nunca funcionará si todos los integrantes quieren recibir y ninguno tiene intención de donar. Tampoco será justa si son unos pocos los que siempre aportan y el resto sólo se dedica a ser receptores de objetos.
Más U
- Único. Ser concisentes y aceptar que cada persona es ínica, con sus virtudes y sus defectos.
- Unión. Conseguir objetivos en armonía con otras personas.
Todos Los lunes Felices
Artículo escrito por Angel González, autor del eBook «101 pasos hacia la felicidad» y la serie los lunes Felices en El Blog Alternativo.
21 mayo 2013 20:17
Muy bueno el abecedario de la felicidad y lo estoy promoviendo en el facebook con mis amigos.
Saludos
21 mayo 2013 20:44
Celebro que te guste. Y también celebro que lo muevas en el Facebook :-)