Por ejemplo, si hablamos de la gestión de los residuos sólidos vamos a encontrar lo siguiente:
- Normas de actuación dictadas por ayuntamientos o mancomunidades
- Servicio de recogida selectiva
- Puntos de recogida de objetos voluminosos o de especial tratamiento: muebles, material de obra, equipos informáticos, etc.
- Plantas de reciclaje
- Campañas de información
- Colaboración de la ciudadanía para la correcta clasificación de los residuos
Pero esto ha sido un ejemplo que encierra una enorme magnitud y complejidad. Existen otro tipo de proyectos en los que están implicados principalmente las empresas o los particulares y que son algo más sencillos.
Hace algunos años las empresas de recubrimientos metálicos (las dedicadas a pintar o a aplicar un baño de, por ejemplo, plata o cobre a una pieza metálica) eran altamente contaminantes por la cantidad de materiales tóxicos líquidos que se vertían al desagüe. Afortunadamente esto ha cambiado y se han implantado sistemas de depuración que, aunque costosos y complicados, hacen que disminuyan enormemente los efectos contaminantes de este tipo de industrias.
En este tipo de proyectos industriales también intervienen normas sanitarias que dictan las administraciones, análisis periódicos, certificaciones, etc. Dada la complejidad es indispensable que los directivos tengan una formación especializada en gestión de proyectos. Para saber más tienes toda la información aquí sobre uno de los másters que hay disponibles.
Pero también podemos actuar, y muy eficientemente, a nivel particular:
