Los lectores de EBA que sean algo futboleros habrán leído durante estas últimas semanas diversas noticias sobre las diferencias entre el que fue entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, y su segundo entrenador, Tito Vilanova, sumadas a la reciente recaída de Tito de la enfermedad que viene afectándole desde hace dos años.
Nada más lejos de nuestra intención que hablar de fútbol, de colores determinados… ni tampoco de rifi-rafes propios de la prensa rosa o programas de televisión de dudoso gusto y ética.
Las diferencias entre estos dos profesionales, que formaron un exitoso tándem hasta no hace mucho, conlleva una reflexión sobre la estructura jerárquica de un equipo de trabajo: desde el punto de vista de los arquetipos y su desarrollo, representan lo que supone ser «El Primero» y «El Segundo». Cuando esta unidad se separa y el segundo pasa a ser el primero, acostumbran a darse situaciones de ruptura, celos profesionales e incluso animadversión personal.
Por medio de la educación clásica y también la familiar, nuestra sociedad se ha encargado de inculcarnos que «El Primero», el líder, es el triunfador de toda historia. Y los segundos son menores, quizá perdedores, quizá menos importantes y desde luego menos talentosos…
Como terapeuta no tengo más opciones que afirmar que esto es una gran falacia, quizá la mayor y más importante de la historia del S XX -a nivel psicológico, claro está- y también la que más condicionamientos personales nos ha infringido desde la irrupción del capitalismo.
Revisando la arquetípica, encontramos una buena cantidad de «parejas de baile» muy importantes por los resultados de la suma que representan, arrojando al unirse un tercer elemento diferente a los dos anteriores por separado.
A nivel arquetípico, cada uno de ellos ocupa un espacio polar, una polaridad diferente, y de esa suma de energías se acaba consumando un objetivo, el tercer elemento en cuestión.
Todo arquetipo tiene dos lados: la parte Luz y la parte Sombra. Un positivo y un negativo. Un masculino y un femenino. Si quitamos una de las dos partes, el arquetipo queda cojo. Para poner un ejemplo, la imagen arquetípica de este mismo arquetipo sería la esfera del Yin y el Yang. Dos opuestos, y cada uno de ellos contiene una pequeña porción del otro. Luz y Sombra formando un conjunto: el tercer elemento.
Yin-Yang
En su representación arquetípica encontramos dúos significativos en los que el polo positivo, el masculino, ejerce de fuerza motor, presenta la propuesta técnica, gestiona lo material, trabaja en el día a día, quizá de un modo más mental y físico… y el polo negativo, el femenino, funciona desde una óptica mucho más interna, la de las ideas, la filosofía, lo relativo a la ètica, el contenido, lo emocional… juntos consiguen cumplir el objetivo por el cuál se unieron.
Un ejemplo claro serían Sancho y Quijote, como polos positivo y negativo del conjunto: mientras uno se encarga de que no falte nada y desface los entuertos de su señor, el otro pone la salsa, la dirección, el motivo y el objetivo del viaje.
En la literatura más moderna, el mismo ejemplo lo encontramos en Sam Gamyi y Frodo Bolsón, protagonistas de El Señor de Los Anillos. Si bien Frodo asume la responsabilidad de la carga del anillo por fortaleza, por sacrificio y por voluntad de servicio, Sam ejerce de fiel acompañante gestionando los alimentos, protegiendo a Frodo de los peligros y aportando músculo cuando es necesario.
Lo habitual en cualquier proceso evolutivo es primero experimentar una de las dos polaridades del arquetipo y más tarde la otra, completando psíquicamente un aprendizaje a nivel completo.
No obstante, lo social alaba y eleva la polaridad masculina, la parte Luz de este Arquetipo en cuestión, y menosprecia la otra, la parte femenina. Por lo general el líder será el triunfador aunque tenga tintes de dictador, sea poco demócrata, no escuche, no sea asertivo, no se pueda discutir con él o logre sus resultados con medios y fines poco éticos. El segundo de a bordo, la parte femenina, será tildado de inferior, a menudo se le conoce como el «quiero y no puedo», e incluso «el ayudante».
Como todo arquetipo, a nivel psíquico éste debe desarrollarse en sus dos vertientes.
Y con vuestro permiso romperé una lanza en favor de «Los Segundos». Pues éstos, además de verse infravalorados por los demás -aunque diré también que a muchos de ellos les importa un bledo…-, en cuanto se sienten preparados para dar el salto y ejercer de líder, trabajando así el otro 50% del arquetipo, se encuentran con fuertes resistencias de «Los Primeros». Luchas de poder, tronos adquiridos, fanfarria mediática y reconocimiento social constituyen premios demasiado apetitosos como para ser compartidos.
En ocasiones «El Primero» pone trabas a la ascensión de «El Segundo», y lo que hasta entonces constituía un equipo fantástico se convierte en una relación de antagonismo súbito, plagado de rivalidad y competitividad. Algunos «Segundos» también pecan de ambiciosos en su ascensión, para ser justos…
Desde un punto de vista psicológico es más difícil bajar que subir… para nuestra personalidad, nuestro ego, el triunfo sienta muy bien. Tener que «descender» a un papel de soporte y menos reconocido resulta complejo, de ahí las resistencias.
Aún así, seguro que muchos lectores se han sentido como «Segundos» en muchos aspectos de su vida: cuando enfrentaron a su padre y no los valoró, cuando recibieron un ascenso y nadie reconoció sus méritos, cuando un compañero, amigo o pareja les subestimó en momentos en que tomaban la iniciativa, cuando emprendieron su propio negocio después de años trabajando en uno ajeno… y mil etcéteras.
- Las claves de éste arquetipo estarían en:
Cuando lideres, ejerce tus responsabilidades con ética, rigor, sé asertivo y valora a los que trabajen para ti.
Cuando soportes, no menosprecies tus capacidades, da siempre tu opinión, trabaja en la sombra, y se consciente de que los resultados llegan también por mérito propio.
En el momento que te toque cambiar de papel, tendrás perfectamente claro como funciona el otro y serás perfectamente consciente para valorar de un modo correcto a tu contraparte, que antaño fuiste tu mismo.
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12 agosto 2013 08:50
Bueno, pues yo soy una de las futboleras de EBA, ;). Esta mañana, leyendo la prensa deportiva online, me encuentro con esta entrevista y dentro esta pregunta con su respectiva respuesta:
«¿Cuál es su valoración de Tito Vilanova?
Ha sido un entrenador muy bueno que hemos tenido durante cinco años, no lo digo porque ahora atraviesa una enfermedad. Cuando era segundo tenía un peso muy importante. No siempre los que están en el primer plano son los más importantes.»
http://www.mundodeportivo.com/20130812/fc-barcelona/entrevista-dani-alves-neymar-nino_54379362312.html
Me encantó el artículo, menudo blog tenéis.
Un abrazo.
12 agosto 2013 13:33
Hola Jovita, vaya pues que «casualidad» ;) , muchísimas gracias por la aportación y por por tus elogios.
Un saludo.