Hoy hablaremos del dolor de espalda y las emociones. El primer paso para empoderarnos como personas, y especialmente como pacientes-enfermos, es informarnos de cómo funciona nuestro cuerpo y qué hay más allá de la medicación y el quirófano para aumentar nuestra salud.
El caso del dolor de espalda, tan generalizado, es un ejemplo de situación en la que no nos planteamos la causa y buscamos parches rápidos, y el dolor, y lo que esconde, siguen y siguen.
«El dolor de espalda y las emociones. Conocerse para curarse» arroja luz sobre la relación de los órganos, las emociones y el esqueleto y es un pequeño y sencillo manual (185 páginas) sobre salud integral, y espalda en concreto, y trata sobre los desajustes, el sistema nervioso, estiramientos, alimentación, terapias naturales y más.
El autor es David Ponce, osteópata y experto en medicina holística quien tuvo un grave accidente en la juventud y tras un largo año de convalecencia y recuperación, dedica su vida a la salud.
Aquí le podemos escuchar y abajo la introducción del libro:
Introducción
«Los órganos lloran las lágrimas que los ojos se niegan a derramar.»
Sir William OslerProbablemente ha abierto este libro porque su título le llamó la atención por algún motivo. Quizás ha pasado o esté pasando por una situación que le estresa. Le angustia o le preocupa, y sospecha que esto empieza a afectarle la salud. Quizás, simplemente, hace demasiado tiempo que le duele la espalda y nadie acaba de darle una explicación adecuada. Ni encuentra el tratamiento que realmente acabe con su problema. En las páginas siguientes, además de explicar las bases anatómicas y fisiológicas que justifican por qué las emociones y el dolor suelen ir juntos, doy unas pautas básicas. Tanto para identificar el origen real del dolor como para que pueda mejorar la forma de su cuerpo y, de esta manera, pueda resistir mejor el impacto negativo de las emociones.
Por este motivo, para abrir este libro he escogido una frase del canadiense sir William Osler, considerado el padre de la medicina moderna. En el alba del siglo xx, al escribir «Los órganos lloran las lágrimas que los ojos se niegan a derramar», iniciaba sin saberlo el reconocimiento de la relación entre mente y cuerpo por parte de la medicina occidental, algo que, un siglo más tarde, sólo empieza a valorarse seriamente.
El dolor emocional
Las emociones no sólo nos hacen sentir alegres, iracundos o tristes, sino que también afectan el funcionamiento de algunos de nuestros órganos. Es lo que denominamos «dolor emocional»: aparte de los síntomas evidentes de miedo, ira, tristeza, rabia, enfado o frustración, estas emociones, sobre todo cuando no se expresan o se expresan inadecuadamente, desencadenan efectos sobre algunos órganos o aparatos del cuerpo que se traducen en dolor, contracturas, alteraciones digestivas, una bajada de defensas, cefalea o, simplemente, un dolor de espalda invalidante.
Es posible que haya relacionado su malestar con alguna de estas emociones, pero quizás no acabe de comprender los motivos de dicha conexión; incluso es posible que haya descartado la idea por parecerle absurda o inconexa. Sin embargo, esto que ha vivido y ha experimentado en sí mismo o en algún familiar o amigo tiene una explicación anatómica que pone en evidencia por qué existe una interrelación directa entre nuestra espalda y nuestras emociones.
Nuestra fisiología y la fisiología de nuestros órganos quedan dañadas en el transcurso de las perturbaciones de nuestras relaciones emocionales. El dolor afectivo y emocional puede ser peor que el peor de los cólicos renales o el peor de los lumbagos. La calidad de nuestras relaciones afectivas con padres, hermanos o amigos puede condicionar nuestra salud o enfermedad; sentirse arropado, amado, entendido y consolado puede ser la mejor de las medicinas curativas para el organismo.
En medio de la selva de la supervivencia que es el mundo moderno, intentaré que este libro pueda aportarle una pequeña guía para su dolor, sea cual sea su origen o localización; de ello dependerá que la fisiología de su organismo pueda gozar de los beneficios de la coherencia entre la mente y el cuerpo.
El 90% de la población padece o padecerá algún tipo de dolor de espalda.
Eso es lo que se desprende de las estadísticas, y lo puede corroborar cualquier médico, osteópata, fisioterapeuta u otros profesionales de la salud. Sólo mirando por qué consultan los pacientes: en algún momento de su vida, un 90% de las personas tienen dolor en la espalda más o menos intenso y más o menos duradero.
Lo interesante es que, de todos ellos, si separamos el dolor de origen traumático, los accidentes, el dolor por problemas congénitos de la columna o el que se asocia a patologías graves. En el resto de casos, investigando un poco, es posible llegar a encontrar la participación activa de las emociones en el origen y la perpetuación del dolor. Incluso, a veces, las emociones modifican la manera como algunas personas viven el dolor de espalda, incluso cuando está producido por una lesión traumática o una desviación congénita.
Si padece un dolor de espalda originado por un traumatismo o accidente, o como si nadie ha encontrado una explicación satisfactoria para su dolor de espalda, en este libro podrá encontrar pistas. Para identificar sus causas y, sobre todo, las bases para comprender por qué es así.
Si está cansado de encontrar soluciones «parche» a su dolor de espalda que no acaban con el problema y sólo le aportan un alivio temporal, este libro le permitirá comprender cómo y por qué su cuerpo sigue con dolor. Por otro lado, si usted es un profesional sanitario cansado de ver que sus pacientes no mejoran con los tratamientos habituales o estandarizados y que la administración de los medicamentos convencionales no son capaces de solucionar el problema, la lectura de este libro le aportará una visión más amplia de la persona que puede resultarle de utilidad en la práctica clínica.
David Ponce
VENTA ONLINE de «El dolor de espalda y las emociones»
22 agosto 2014 08:46
Un libro de gran ayuda para aquellos que padecemos dolores, muy interesante saber que para aliviar el dolor debemos nosotros actuar, modificar hábitos y sobretodo nuestra actitut. Me ha aydado mucho. Gracias a David, gran profesional de la Osteopatía. Ahora estoy leyendo su segundo libro; Mas amor y menos Ibuprofeno que habla del dolor de cabeza y las emociones, me gusta aún más!