
Muchísimas personas que han encontrado su vocación en profesiones relacionadas con el bienestar y el desarrollo profesional y que de corazón desean dedicar su vida a ayudar a los demás no consiguen vivir de ello o apenas les llega para cubrir gastos. ¿Por qué? No es casualidad. Tener éxito como coach es un descubrimiento personal.
Se debe en primer lugar a nuestras creencias. Y en segundo lugar a una falta de conocimientos, no acerca de nuestra vocación y profesión, sino acerca de cómo vivir bien de ella.
Si este es tu caso o el de alguien que conoces has de saber que existen unas claves para transformar esa situación:
En primer lugar es necesario que tomemos conciencia de que dedicarnos a este tipo de profesiones (terapeuta, profesor de yoga, coach, masajista, naturópata, etc) te convierte, la gran mayoría de las veces también en emprendedor, autónomo y empresario a algún nivel.
Tú eres tu propio producto, tu propio proyecto. Las personas van a invertir su dinero en que tú les ayudes.
A menudo nos resistimos a aceptar este hecho (porque tenemos una visión negativa de esos conceptos), y eso bloquea nuestro desarrollo profesional, porque estamos negando una realidad y un aspecto esencial de nuestra profesión.
Desgraciadamente, la gran mayoría de las formaciones en este sector no incluyen una enseñanza específica en este aspecto, que nos muestre cómo ser emprendedores, generar clientes e ingresos, comunicar lo que hacemos de una manera efectiva…por lo que es fundamental que nos formemos después o paralelamente. ¿Formarnos en qué?
Se necesitan NUEVAS CREENCIAS y NUEVOS CONOCIMIENTOS. Y crear UNA NUEVA MIRADA y UNA NUEVA RELACIÓN con algunos aspectos fundamentales:
- El dinero (aprender a amarlo, respetarlo y cuidarlo), el éxito y el merecimiento.
- La manera en que te haces o no “visible” como profesional (algo que a muchas personas les asusta o les genera timidez, pero que es absolutamente necesario para que tus potenciales clientes te encuentren, te “sientan” y crean y confíen en ti).
- Tu relación con tus clientes y clientes potenciales, y la visión que tienes de ti mism@ y de tu valía como profesional.
- Tu visión, que a veces es de rechazo, del marketing, y del “vender”.
Y en particular hay 2 creencias que, trabajando con mis clientes de este sector profesional, me parecen especialmente dañinas:
La creencia de que está mal cobrar por ayudar (a no ser que cobres poquísimo).
Y la creencia de que cobras por el tiempo que les dedicas a las personas.
Respecto a la primera, esta idea sólo existe en este sector, e impide que muchos grandes profesionales puedan hacer su labor plenamente y ayudar a muchas más personas, porque a menudo les obliga a tener que mantener otro trabajo que no les llena y desgasta su energía para poder, en su tiempo libre, ayudar con su verdadera vocación.
Te doy un ejemplo. Hace unos días hablaba con una clienta que no quiere dar sesiones de Reiki en un centro con el que colabora porque se siente incapaz de pedir dinero por realizar esta función. ¿El resultado? Ella no obtiene ese dinero y sus posibles clientes no reciben el tratamiento. Observa cómo todo el mundo sale perdiendo en esta situación.
En otros casos, al cobrar tan poco, incluso si consiguen vivir sólo de su vocación las personas se acaban “quemando”, les falta tiempo y dinero para seguir formándose, para nutrirse y poder dar más calidad, para su vida personal…
Te invito a una reflexión…
¿Te das cuenta de que todo el mundo cobra por ayudar?
El mecánico que te cambia el aceite del coche te ayuda. El abogado que te resuelve un tema legal te ayuda. El médico que te escayola la pierna te ayuda. La persona que te atiende en la pescadería te ayuda a tener una buena cena esta noche…y así podríamos seguir durante horas.
Todos los días estamos siendo ayudados por multitud de personas a las que directa o indirectamente pagamos por ello.
A menudo cantidades importantes.
¿Por qué estas profesiones, que nos ayudan con aspectos esenciales para la felicidad habrían de estar mal pagadas? ¿Es menos valioso lo que aportan a las personas?
Por último te invito a reflexionar también sobre la segunda creencia. Esa que dice que cobras por el tiempo que les dedicas a tus clientes, de manera que estableces tus tarifas en función de eso.
Sin embargo, las personas no te pagan por tu tiempo, sino por tu sabiduría y, sobre todo, por los resultados que ayudas a traer a sus vidas. A su nivel de bienestar, a su salud, etc. ¿Te has preguntado por el verdadero valor de eso?
Hace unos años escuché que en algunos países escandinavos los profesores de infantil y primaria cobraban más que los de la universidad. Porque estas sociedades son conscientes de que en las manos de estos maestros están los niños de los que depende el futuro de su sociedad. Y de que estos maestros trabajan con algo muy delicado y esencial. Me parece una idea muy sabia.
Quizá es hora de que también nos planteemos que las personas que trabajan con el bienestar, la salud y el desarrollo del potencial humano sean más valoradas. Y también se valoren más a sí mismas y a su función en la sociedad, también económicamente.
Marina Fernández es experta en mentoring, coaching y liderazgo para profesionales del bienestar y el desarrollo personal. Puedes conocer su trabajo en www.lasendadelafelicidad.com
28 abril 2016 11:09
Marina, En una sociedad más justa y equilibrada, todos deberiamos tener un trabajo que nos permitiese vivir y realizarnos. Tambien nos deberia permitir tener tiempo libre para conciliar con la familia y amigos. Ademas de crecer, aprender y formarnos como humanos.
En este último punto es en el que yo ayudo a mis semejantes a superar nuestros miedos, a crecer espiritualmente, a coger consciencia y vivr el momento presente como hermanos.
Ya se que suena muy utópico, pero es el tipo de sociedad por el que estoy luchando. Cuantos más seamos, más felices seremos. Gracias por tus reflexiones.
11 junio 2016 21:28
Absolutamente cierto y de acuerdo contigo Marina, es un re -ajuste de prioridades; hay una frase que se puede utilizar en esos casos; caro en comparación con que?