
Si te sientes tan cansado de tolerar la frustración de tu hijo/a tranquilo/a. Muchos padres y madres nos hemos preguntado si es realmente necesario “enseñar” a nuestros hijos a gestionar y tolerar la frustración.
Hay quienes creen que la vida es dura por tanto piensan que es necesario que los niños se den cuenta de ello y cuanto antes mejor.
Personalmente, discrepo rotundamente de tales creencias. La vida de un niño no tiene por qué ser dura ni mucho menos será necesario provocarle situaciones frustrantes para que se vaya acostumbrando a lo que vendrá.
Esta forma de pensar nos exime de toda la responsabilidad que nuestros actos, nuestra formar de tratar, hablar y criar a nuestros hijos pueda tener sobre ellos. Con el pretexto de que es por su propio bien les infligimos mal estar a los niños.
Los niños necesitan sentirse seguros y amados incondicionalmente. Todo lo que les pueda acontecer lo podrán gestionar mucho mejor conforme se sientan seguros, merecedores, validos, importantes, queridos y respetados. Lo más importante, a mi entender, para que puedan gestionar y tolerar sus momentos de frustración será sabiendo que su madre o algún otro adulto está de su lado ayudándole sin juzgar ni criticándole.
Niños empoderados, ninos sin frustraciones
Un niño empoderado y feliz podrá, sin duda, gestionar muy bien las situaciones frustrantes naturales. Por naturales me refiero a las limitaciones y consecuencias naturales de sus actos, sus capacidades, sus habilidades o las experiencias ajenas vividas. Me explico, ¿por qué vamos a necesitar crear situaciones frustrantes artificiales (provocadas por nosotros) cuando la frustración y el instinto de superación es algo innato del diseño humano?
Un infante cuando aprende a andar ya se va dando cuenta de sus propias limitaciones y capacidades. Si se les deja explorar a su ritmo y les acompañamos amorosamente veremos que se levantan una y otra vez con ilusión. En el momento que un día llueve ya saben que no será posible salir en bici. Cuando pasan de las 20:30 ya saben que las tiendas estarán cerradas hasta el día siguiente. Cuando quieren hacer una torre y se les cae una y otra vez ya experimentan cómo uno se siente. O cuando no consigue hacer aquello que desea. En el tiempo que son adolescentes ya se dan cuenta de que no todos somos iguales ni nos gusta lo mismo…
Situaciones frustrantes tendrán a lo largo de su vida aunque no hagamos nada por provocarlas o por el contrario a pesar de todo lo que hiciéramos por evitárselas.
¿Preparar al niño para el futuro?
No es necesario prepararles para el futuro. El futuro llegará y su madurez emocional y seguridad interna serán cruciales para poder sobre llevar los momentos menos felices o las vivencias hostiles y frustrantes.
Nuestra mirada y energía debería estar más en hacerles felices con nuestra atención y presencia para que se sientan seguros. Repito, la seguridad interna es la principal herramienta y habilidad emocional para poder superarlo todo en esta vida. Posteriormente, siendo adolescentes ya estarán preparados para hacer frente a todo tipo de situaciones.
No hay experiencia más frustrante para la vivencia real infantil que ver que las personas que se supone nos deberían amar incondicionalmente y nos tendrían que proteger y ayudar nos hacen pasarlo mal con el pretexto de que lo hacen por nuestro bien.
Ejercer el poder sobre nuestros hijos es una experiencia verdaderamente frustrante para el niño. Esa impotencia, rabia y sentimiento de inferioridad le puede llegar a acompañar el resto de su vida. Ese sentir SÍ le imposibilitará tolerar las situaciones frustrantes. Al no poder expresar toda esa rabia contra sus padres lo único que podrá hacer es reprimirla. No obstante, dicha frustración reprimida necesitará actualizarse (salir-explotar) posteriormente contra alguien más débil.
Las reacciones emocionales (rabietas-berrinches) y las emociones reprimidas por situaciones frustrantes provocadas por el adulto es lo que nos hace pensar que necesitan acostumbrarse. Eso, en realidad, no es así ya que lo que un niño no puede tolerar no son las situaciones frustrantes en sí sino el hecho de que su padre o madre se las provoque. Y que no le ayude ni acompañe ni comprenda. El problema no es que el niño no sepa gestionar la frustración sino que muestra malestar por cómo es tratado.
¿Qué es la intolerancia a la frustración?
¿Qué entendemos por tener tolerancia a la frustración? Que aceptemos situaciones injustas, que no nos quejemos, que no nos defendamos, que no mostremos nuestro malestar o más bien que ni tan siquiera lo sintamos… Eso sería estar sometido al deseo del otro.
Frustrarse es natural y acompañando amorosamente las frustraciones de nuestros hijos les ayudaremos a comprenderse mejor.
¿Cuántas veces hemos visto a adultos decirles a los niños?: “Tú no sabes, tú no puedes, déjame a mí, te vas a caer…” Y con esa presión y falta de confianza del adulto el niño efectivamente no puede y entonces debe oír: “Ves, ya te lo había dicho yo…”
No hay nada más frustrante para un niño que ver que sus padres no confían en él y encima le sentencian con este tipo de frases.
Aun viendo que quizás no siempre puedan hacer lo que se proponen, ya que querer o desear hacerlo no es suficiente para poder realmente hacerlo, sería de gran ayuda para fomentar su autoestima y seguridad el estar a su lado. Y decir por ejemplo: “Cariño, me quedo aquí a tu lado por si me necesitas” o “veo que quieres hacer…, aquí estoy para ayudar si lo deseas”. Eso le dará seguridad y si en efecto no puede hacer lo que se proponía lo gestionará bien sabiendo que no es juzgado ni criticado ni humillado por mamá o papá con un: “Ves como no puedes, ya te lo decía yo…”
No se frustrara sino más bien aprenderá de sus limitaciones y sabrá pedir ayudar. Tampoco se avergonzará ya que nadie le hizo sentirse avergonzado. Aprenderá que aún no puede pero ya podrá algún día. Ese sentir no es frustrante sino motivador.
Dar voz al niño
El hecho de que sientan motivación o frustración dependerá principalmente de cómo les vemos, les acompañamos y sobre todo por lo que les digamos.
Recuerdas situaciones frustrantes de tu infancia? ¿Qué te frustraba más el no poder hacer o conseguir algo o el cómo los adultos te trataban en esas situaciones?
¿Cómo gestionas y toleras la frustración siendo adulto? Tu ejemplo es vital. ¿Qué ven en ti tus hijos? ¿Un padre o madre colérica, enfadada, descontrolada o alguien tolerante, amoroso que sabe aprender de los errores y situaciones hostiles? ¿Cómo reaccionas tú cuando tú hijo se frustra? ¿Eres constante y paciente y das ejemplo de perseverancia o abandonas en seguida?
Seamos el cambio que nuestros hijos necesitan y convirtámonos en los padres y madres que ellos necesitan que seamos…
Gracias de nuevo por leerme. Un abrazo
MI LIBRO: Dar voz al niño
Curso online: Sanar la Herida Primaria (SHP) Los lectores de El Blog Alternativo tienen un 10% de descuento sobre el precio especial del curso con el código EBA10
Únete a la Tribu de Madres Conscientes
Mi web: www.yvonnelaborda.com
Terapeuta Humanista-Holística
Escritora y conferencista motivacional
Crianza Consciente
Educación Emocional
Unschooling: (aprendizaje autónomo)
Ex-profesora de inglés
OTROS ARTÍCULOS de Yvonne Laborda en El Blog Alternativo
11 julio 2016 08:23
Gracias! Es necesario que nos llegue este mensaje por varias vias. Pienso que esa mirada es fonamental y deberiamos tenerla tan presente en las familias y escuelas.
12 julio 2016 00:22
Gracias M Rosa por tu mensaje… Me alegra saber que resuenas con mis palabras. Un abrazo.
11 julio 2016 11:39
Difícil equilibrio el de la crianza.
El equilibrio que yo tenga, afecta a que me enfade algo más pequeño o pase algo más grande.
El equilibrio de los niños, afecta a ese momento, frustración, aprendizaje.
No sabes qué detalle puede marcar hacia bien, o hacia mal.
Dudas, miedos, ….
Pero sigo adelante. Porque así lo decidí. Decidí ser padre. Y cada nuevo reto que plantean mis hijos me hace crecer como persona, para ayudarles a crecer.
12 julio 2016 00:24
Eso es Juanjo, nuestros hijos nos muestran aquellas partes de nosotros mismos que necesitan ser revisadas, comprendidas e incluso sanadas… Un abrazo.
13 julio 2016 16:38
Me gustó mucho este artículo…no hay un libro para padres…coincido en muchas cosas…lo emocional me parece importantísimo a la hora de educar nuestros hijos, momento en también se ponen en juego nuestras propias emociones….
Siempre es bueno aprender para superarse….
Un abrazo
14 julio 2016 00:22
Norma, cuando podamos empezar a sentir más a los niños, este mundo empezará cambiar también.
22 septiembre 2016 20:23
Gracias de corazón he descubierto que debe ser así; obviamente aplicarlo cuando se traen patrones distintos es lo que mas cuesta y el alrededor señalando que lo estas haciendo mal!! Pero este video está completo . Felicitaciones Yvonne Laborda.
22 septiembre 2016 23:35
Un abrazo Lorena, me alegra saber que resuenas con mi mensaje.
27 octubre 2016 06:40
Gravias por el artículo. Llevas mucha razón. Soy madre y es muy pero muy difícil esto de la maternidad y sobre todo cuando nos educaron en plan azotes, wn plan como todo el mundo y quieres lo mejor para tu hijo y no cometer no los errores sino los urrores con nosotros nuestros padres. Me paso leyendo mucho porque nuestros hijos se merecen respeto, son seres humanos. No negaré aveces me pongo histerica porqie el estrés el no dormir, el cansancio puede conmigo y el berrinche de mi hijo me agota hasta lo último. Me pongo en su lugar pero soy humano y puedo errar y si hago le.pido perdon e intento no volver a hacer y claro también por la manera en como me criaron influye ( pienso yo)
Entonces cuando veo que potrea cierto sitios peligrosos como le digo para que no se caiga y que libros me recomiendas?? Gracias
27 octubre 2016 16:21
Lucia, te recomiendo leas todos mis artículos sobre crianza consciente en mi web: yvonnelaborda.com
Esta por salir en breve mi libro: «Dando voz al niño». Creo que antes de navidad.
También te recomiendo leer a Naomi Aldort, Alfie Kohn, Casilda Rodrigañez, Laura Gutman…
Un abrazo.
28 octubre 2016 23:12
Muchas gracias. Estoy leyendo el libro de Casilda y me encanta. Primeramente porque fui víctima de la violencia obstétrica tanto mi hijo como yo. 2 años después estoy superando y el libro de Ibone Olza también y a su vez me doy cuenta del porque este mundo esta maniconizada. Aprendes las cosas y ves las cosas de otra manera. Las mujeres siempre hemos sido cosificada y reprimidas hasta llegar al matricidio. Muchas gracias.