En nuestra sociedad lo que se tiene que hacer, lo que está bien visto es trabajar cuantas más horas mejor, mantener agotadoras e interminables jornadas laborales. No meterse en este círculo significa ser vago y holgazán. Según Alex Soojung-Kim Pang, autor del libro Descansa (produce más trabajando menos), esto es debido a que ya no se le da la suficiente importancia al descanso.
El descanso se ha convertido en una mera necesidad física. Necesaria porque el café o las bebidas energéticas ya no nos permiten trabajar más. Creo que deberíamos reflexionar y pensar si trabajar hasta la extenuación tiene sentido.
Trabajar demasiadas horas nos convierte en autómatas imperfectos. Porque cuando ya estamos muy cansados crecen exponencialmente los errores y los accidentes, además de problemas de salud tanto físicos como psicológicos.
En una sociedad con niveles altos de paro se debería repartir la riqueza y el trabajo. No tiene sentido que muchas personas se vean obligadas a cumplir con jornadas maratonianas y en la inmensa mayoría de los casos con sueldos nada justos.
Descansa, porque serás más creativo
El autor demuestra, con numerosos ejemplos de personajes históricos, que incluir el descanso en la rutina diaria es primordial para aumentar la creatividad y la productividad. Pero no habla del descanso de hamaca o sofá, El descanso que muchas personas «disfrutan» cuando ya no pueden más y que consiste en ver la tele, da igual qué programa, navegar sin rumbo por internet o estar suspirando por las vacaciones de verano, que pasan tan rápido como un tren de alta velocidad.
El descanso productivo, defendido por el autor, puede ser «pasivo»: dormir cada noche y recargar pilas o la siesta. Altamente necesario y no una pérdida de tiempo.
Otros tipos de descanso más activos pueden ser los largos paseos o realizar un hobby. Nos apartamos de las cuestiones laborales, la mente podríamos decir que empieza a divagar, y surgen las soluciones más creativas para resolver los problemas laborales. También servirán para idear nuevos productos o retos. Pero es tarea de cada persona descubrir que tipo de descanso se adecua mejor a su personalidad.
Contrariamente a lo que pudiera parecer, algunos de los personajes más célebres de la historia no dedicaron infinitas horas al trabajo.
La rutina diaria de Charles Darwin incluía varios paseos al día y una siesta. El tiempo dedicado a escribir o a investigar en el invernadero debió de ser altamente creativo y productivo. Darwin escribió 19 libros, fruto de sus investigaciones.
Reservar tiempo al descanso no es tarea sencilla pero sí muy necesaria.
Índice
Introducción
El problema del descanso
PRIMERA PARTE: Estimulando la creatividad
1. Cuatro horas
2. Práctica matutina
3. Andar
4. Siesta
5. Paradas
6. Dormir
SEGUNDA PARTE: Mantenimiento de la creatividad
7. Recuperación
8. Ejercicio
9. Juego profundo
10. Periodos sabáticos
11. Conclusión: La vida sosegada
12. Reconocimiento
Notas
Sobre el autor
Alex Soojung-Kim Pang es fundador de The Restful Company; reconocido consultor de Silicon Valey y profesor visitante en Stanford. Sus escritos han aparecido en Scientific American, el Atlantic Monthly, Slate, Wired y American Scholar, entre otros.
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