Tess Whitehurst
Solemos asociar la magia y los hechizos a imágenes medievales de escobas, calderos, ingredientes raros y brebajes, pero no es así. En la era de internet también podemos aplicar magia en nuestra propia casa usando elementos naturales y cotidianos y consiguiendo con ello más armonía en el hogar y más bienestar en las personas que lo habitan.
De eso trata el libro «Magia en casa: hechizos sencillos y consejos prácticos para cambiar la energía de tu casa… y de tu vida«. Sabiduría ancestral aplicada en el siglo XXI.
La autora es Tess Whitehurst, sanadora intuitiva y experta en Feng Shui con varios libros publicados sobre las energías en el hogar, y nos propone sencillas propuestas desde una perspectiva holística para elevar las vibraciones de nuestro entorno al tiempo que atraemos abundancia y alegría.
Y sí, la escoba, ¡y el aspirador!, son un elemento importante en la obra. Se convierten en objetos mágicos para limpiar no solo la suciedad sino también las malas energías. También encontramos consejos para ordenar la casa. Recetas de limpiadores naturales con aceites esenciales, instrucciones para sahumar. Cuáles son las estancias más armoniosas y cómo potenciarlas, el uso de gemas y cristales. Cómo montar un altar y convocar a los elementales y seres de Luz, los aliados vegetales en casa. Y cómo bendecir y proteger nuestra casa.
Tess nos llama «cuidadoras mágicas de la casa«. Considera que lo que realmente estamos haciendo cuando cuidamos nuestro hogar de modo mágico es vivir consciente y compasivamente. Una filosofía de vida y conocimientos muy útiles tanto ayer como hoy.
Y el primer paso es poner orden en casa porque las habitaciones descuidadas. O llenas de trastos nos roban energía mientras que otras despejadas y armoniosas nos transmiten una profunda sensación de paz.
Despejar el desorden es muy poderoso. Y este capítulo de «Magia en casa: hechizos sencillos y consejos prácticos para cambiar la energía de tu casa… y de tu vida» nos lo explica:
Despejar el desorden
TODO ESTÁ CONECTADO. Cuando observamos nuestros hogares teniendo esto en mente, vemos que son como extensiones, o reflejos, de nuestros cuerpos, nuestras vidas. Y nuestros paisajes emocionales. Esto ilustra el famoso precepto mágico de Hermes Trismegisto, «Como es arriba, es abajo». Arriba, el mundo visible y manifestado exteriormente (nuestro hogar). Y abajo, el mundo invisible y manifestado interiormente (nuestros pensamientos, sentimientos y experiencias). No son sólo reflejo uno de otro, sino que también son el mismo.
Esta conexión entre lo visible y lo invisible, en lo que se refiere a las moradas personales, es algo de lo que ya somos conscientes. Por ejemplo, la próxima vez que mires una película, fíjate en las casas de los personajes. Si es el hogar de una pareja feliz, fíjate en las pistas de los decorados que te permiten saberlo. Seguramente verás cosas como colores cálidos, fotografías felices y flores frescas.
En el hogar de una pareja desdichada, en cambio, verás probablemente tonos fríos y apagados por todas partes. Superficies duras y relucientes y adornos austeros o escasos. De modo parecido, la casa de un personaje feliz estará relativamente ordenada y agradablemente iluminada. Mientras que la de un personaje deprimido puede recordar una cueva, estar abarrotada. Disponer de una iluminación demasiado fuerte o demasiado tenue. Fíjate en lo deprisa que hacemos suposiciones sobre la vida de los personajes basándonos en sus hogares. Podemos hacerlo porque, de modo innato, somos conscientes de que las mismas pautas son ciertas en la vida real.
Además…
Además, es probable que hayas vivido ya la experiencia de deshacerte de trastos viejos y sentido un aumento sorprendente de tu cantidad de claridad. Comodidad, energía y alegría. Estas sensaciones positivas proceden de cosas como ser capaz de encontrar exactamente lo que estás buscando. De estar rodeada exclusivamente de lo que te gusta mirar. De no tener la responsabilidad de cuidar y de albergar un puñado de objetos que no te importan demasiado. Y de abrir el armario y verlo lleno de ropa que te sienta de maravilla.
No sólo eso, sino que, desde un punto de vista mágico. El desorden representa y contiene energía pesada, estancada, que puede hacer que te resulte difícil. Por no decir imposible, avanzar en la vida. Deshacerte del desorden libera esta energía estancada. Lo que permite que tu vida fluya de un modo más sano, feliz y optimista.
La primera vez que despejé a fondo el desorden vivía en un piso diminuto (pero adorable) de Hollywood con mi novio y mi gato. Acababa de leer un libro titulado Libérate con el Feng Shui de Karen Kingston. Me transformé en un tornado de simplicidad, repasando un cajón tras otro. Yun armario tras otro, tirando, dando, reparando lo que estaba estropeado y terminando proyectos inacabados. No paré en dos semanas. Tiré o di más de ocho bolsas grandes de la basura llenas de trastos y objetos innecesarios.
¡Sorpresa!
Me sorprendió haber tenido espacio suficiente para todo lo que había acumulado. Y, cuando hube terminado, empecé a comer de modo más saludable (no tener desorden en mi casa hacía que no quisiera introducir desorden en mi organismo), a hacer más ejercicio (la energía estancada había desaparecido de mi hogar, y yo sentía una energía y una ligereza naturales) y a sentirme más inspirada y reforzada (ya no tenía la sensación de ser esclava de mis posesiones, y me sentía como si hubiera recuperado mi vida y pudiera elegir en qué quería centrar mi atención y mi energía). Terminé perdiendo 4,5 kilos sin intentarlo y, como me había desprendido de un montón de prendas de vestir que no me gustaban, creé espacio para otras con las que sí me sintiera a gusto. Gracias a ello, «resultó» que recibí una cantidad enorme de ropa nueva de mi prima, cantante de un exitoso grupo de punk rock, que «resultó» tener mi misma talla y que solía recibir más ropa de diseño gratis de la que podía ponerse o colgar en su armario.
Despejar el desorden es una práctica muy poderosa que te ayuda a alinearte con los reinos sutil y energético. Cuando echas un vistazo a tu hogar y sintonizas con cada objeto para decidir si está potenciando tu energía o si te la está minando, estás ajustando mucho tu campo energético y el campo energético de tu hogar, y despejando el terreno para que las bendiciones mágicas irrumpan en tu vida.
El desorden…
Cuando despejo el desorden, me resulta útil no preocuparme por lo que usaré en lugar de lo que me desprendo. Así, por ejemplo, si no te gusta la mesa de tu cocina y, al deshacerte de ella, estás un tiempo sin tener mesa en la cocina, siéntate a comer en el sofá, en el suelo o en el comedor hasta encontrar o recibir mágicamente una mesa de cocina que te encante. Es seguro, y liberador, morar en el espacio entre una mesa de cocina y otra, y no tiene nada de malo que estés un tiempo sentándote en el suelo para comer los cereales. Pero no hagas nada que no te resulte cómodo, por supuesto. Si te hace sentir mejor conservar la vieja hasta poder sustituirla por la nueva, hazlo. Y, a veces, eso es más práctico, como si quieres renovar todas las toallas de tu cuarto de baño. (…)