La educación sostenible empieza en cualquier rincón de nuestro planeta. Bien si decidimos empezar a reducir en consumo de bolsas de plástico, o si vamos adquiriendo hábitos alimenticios más ecológicos, pasando por una reducción del consumo eléctrico.
Ayudar al medio ambiente no tiene fronteras ni barreras. Y es por ello que, sin ir más lejos, podemos hacerlo en nuestro propio jardín. Dentro de las múltiples formas en las que podemos crear consciencia y ser más amigables con el entorno hoy nos vamos a centrar en la reducción en el consumo de agua para las plantas, conocer vías para optimizar el riego y tener plantas adaptadas al clima.
Pequeños gestos que nos harán grandes en un futuro.
Reducir en el consumo de agua del jardín
Un jardín sostenible es aquel que pretende llevar a su espacio verde algo de respeto y armonía de lo que encontramos de manera natural en un espacio sin el uso y manipulación del hombre.
Volver a los orígenes y no tener que malgastar recursos. Para reducir el consumo de agua de un jardín tenemos dos caminos: o revisar el sistema de riego que tenemos, que posiblemente sea antiguo y tenga algún tipo de fuga o estén mal gestionados, por lo que será una fuente continua de desperdicio de agua.
Por otro lado, podemos sustituir el césped por otro tipo de soluciones. Una de las más adecuadas es el césped artificial que requiere de menos mantenimiento y cantidad de agua para su perfecta conservación.
Otra alternativa es apostar por aumentar la zona de espacios áridos como gravas graníticas o volcánicas en suelos pisables, así tendremos un ahorro en el gasto de agua más que evidente.
Optimizar el riego
Por otro lado, en cuanto a una minimización del consumo del agua también encontramos la opción de optimizar el riego.
Se puede hacer de tres formas diferentes:
- Arreglando las posibles averías que pueda haber en nuestro sistema antiguo de riego o rediseñando el sistema de riego para que sea más efectivo.
- Instalando un sistema de riego inteligente. Esto se realiza con la adquisición de pluvímetros o sensores de humedad que lo que hacen que no se riegue si no es estrictamente necesario, bien porque está lloviendo o por que la tierra está húmeda.
- Regando de forma racional según el tipo de césped que tengamos y la época del año en la que estemos.
Tener plantas adaptadas
En España tenemos la suerte de encontrar en toda la geografía diferentes tipos de climas, lo que hace que la vegetación sea diferente en cada área donde nos encontremos. Es por ello que, la mejor forma de conservar la vegetación en perfecto estado y que esté en su clima correspondiente es plantando en tu lugar de residencia un jardín adaptado.
Cultivar plantas teniendo en cuenta el calor, el frio, las lluvias, las altas temperaturas o lo que tenemos a su alrededor es fundamental para ayudarlas a vivir más tiempo.
Por ejemplo, si vivimos en clima oceánico, podremos plantar hayas, robles o castaños y flores como el falso jazmín, las hortensias o la fresia. Otro ejemplo es el clima mediterráneo, más templado donde proliferan el madroño y la adelfa y las flores propias como capuchina, la centáurea, la cineraria o la clavelina.
Fuente: habitissimo