
La fiesta de las luces, Deepawali, también conocida como Diwali, significa en hindú ‘filas de las lámparas encendidas’. Es el festival más importante, alegre y popular de la India, cuya celebración dura 5 días y tiene lugar en el mes lunar de Kartika (finales de octubre/mediados de noviembre). Se trata de una antigua fiesta religiosa que simboliza el triunfo del bien sobre el mal y encarna la victoriosa lucha de la luz contra la oscuridad, la esperanza contra la desesperación y el conocimiento contra la ignorancia.
Esta festividad también conmemora la llegada del año nuevo hindú, por lo que todas las ciudades y aldeas del país se llenan de música, juegos, bailes, fuegos artificiales y toda clase de pirotecnia. Durante la fiesta de las luces, Deepawali, los vecinos limpian y decoran sus hogares, visten sus mejores galas, solucionan las disputas pendientes y disfrutan de grandes cenas familiares que culminan en un intercambio de regalos.
Durante los cinco días que dura el festival, los habitantes de toda la India encienden miles de velas o lámparas de aceite ubicándolas en las ventanas, azoteas y puertas de sus casas, alrededor de los templos y frente a las estatuas de dioses y animales.
También las colocan dentro de barquitos de papel dejándolos navegar por los ríos sagrados (se cree que cuanto más lejos llegue el barco, más suerte tendrá la persona que lo depositó), en los edificios, murallas y otros lugares públicos al aire libre. Estas lámparas de aceite rituales, conocidas como ‘diyas‘, son las grandes protagonistas de la fiesta de las luces. Elaboradas de barro o arcilla por expertos artesanos autóctonos, se mantienen encendidas día y noche para mostrar el camino de regreso a casa al príncipe Rama, exiliado por su padre, el rey Dásharatha, durante largos catorce años.
En las religiones dhármicas, Rama es considerado la encarnación de la divinidad superior Vishnú quien le otorgó la condición de dios para honrar su triunfal lucha contra las fueras del mal. Y es que, según las creencias hinduistas, este hijo prodigioso de Dásharatha consiguió liberar su tierra natal del yugo del demonio Rávana y con ello trajo al pueblo indio paz, esperanza y prosperidad.
Otra divinidad adorada en la India y venerada durante el festival es Lakshmi, eterna esposa de Vishnú y diosa de la abundancia, la belleza, el amor y buena fortuna, que trae a los humanos el bienestar, la fertilidad y la prosperidad. Para este periodo festivo, en cada casa se instala un pequeño altar con la sagrada imagen de Lakshmi para mostrarle su respeto y amor a través de numerosas ofrendas, flores, oraciones, rezos y cantos de determinados mantras.
Y para asegurar que la diosa acepte entrar en el hogar y bendecir sus habitantes con la buena suerte, todas las ventanas y puertas de la casa se dejan abiertas y se iluminan con filas de lámparas de aceite encendidas (de ahí el nombre del festival). Por otro lado, algunas creencias dhármicas asocian la fiesta de las luces con la diosa Kali, idolatrada en la India como madre del universo, destructora de las fuerzas del mal y exterminadora de los demonios del desamor, la ignorancia, la desilusión, el desapego y la maldad. Además de adorar a Lakshmi, Kali y Rama, el festival más grande del continente asiático también conmemora la muerte del demonio Narakasura a manos del dios Krishna que representa una de las diez encarnaciones de la divinidad superior Vishnú.