
El dolor puede tener orígenes muy diversos, pero siempre es una sensación que se tiene que eliminar para recuperar la calidad de vida.
Los tipos de dolor
Cuando hacemos referencia a los tipos de dolor, tenemos que dejar claro que, a grandes rasgos, estamos hablando de dos de ellos. El primero tiene que ver con los músculos. Sí, el dolor muscular, también conocido como mialgias, es aquel que se presenta en grupos concretos o en grupos musculares.
Por lo general, se trata de un dolor que no reviste demasiada gravedad, aunque las molestias pueden llegar a ser muy intensas impidiendo que quien lo sufre esté al cien por cien. El otro tipo de dolor es el articular. Este se presenta en lugares como rodillas, codos o cualquier otra parte que tenga un movimiento propio de las articulaciones.
En muchos casos, el dolor articular es peor que el muscular, ya que suele venir originado por artrosis o parecidas, por lo que su tratamiento es más complejo.
Tratamiento no farmacológico para el dolor
Como apuntamos en un comienzo, tratar y aliviar el dolor es nuestra principal misión. Evaluando cada caso de forma individualizada, podremos determinar el tratamiento exacto, aunque siempre vamos a intentar que este se lleve a cabo de forma natural.
Así, el tratamiento del dolor que no emplea fármacos pasa por una gran variedad de técnicas que tienen una eficacia más que comprobada comenzando por una tan sencilla como es el reposo. Es cierto que en sí esta medida no es un tratamiento, pero sí que es efectivo acompañando a otras técnicas.
Una de las más actuales es la neuroestimulación eléctrica subcutánea. En esta se emplean corrientes eléctricas que actúan sobre las fibras nerviosas consiguiendo un efecto analgésico de alto poder. Normalmente, esta técnica se va a combinar también con la fisioterapia en la zona afectada e incluso con las técnicas de crioterapia y termoterapia que consiguen que el frío y el calor sean herramientas curativas.
Cuándo recurrir a los fármacos
Ya dijimos antes que la primera intención que siempre se va a tener es la de tratar el dolor de forma natural. Sin embargo, esto no siempre es posible. Por suerte, la farmacología actual ofrece muy buenos compuestos para aliviar los problemas que cursan con dolor, por lo que se pueden usar con tranquilidad cuando son necesarios.
Muy clásicos son los antiinflamatorios de todo tipo para solucionar problemas musculoesqueléticos que son los que principalmente vienen acompañados de fuertes sensaciones de dolor. El compuesto en concreto será el recomendado por el experto dependiendo del análisis de cada caso.
También se han empleado con éxito los cannabinoides en las enfermedades que vienen acompañadas de dolor. Hay muchos derivados que incluyen este compuesto y que son perfectamente seguros para tratar muchos tipos de dolencias consiguiendo una mitigación del dolor que aumenta la calidad de vida de los pacientes.
En definitiva, posiblemente el mejor tratamiento para el dolor sea una combinación de fármacos y otras terapias. Con todo, esto es algo que decidirán los profesionales para ayudar al paciente a tomar el camino correcto que le devuelva a una vida libre de dolores osteomusculares.
En el mercado farmacológico encontramos varias alternativas, como Dolifaes, que ofrece una nueva gama de soluciones específicas formuladas para aliviar eficazmente el dolor muscular y articular, tanto puntual como crónico.