
La inflamación es una respuesta normal para proteger los tejidos de varios estímulos nocivos y es una de las condiciones clínicas más normales.
Sin la cascada inflamatoria, las consecuencias graves podrían provenir de lesiones menores, como cortes de papel o contusiones en las rodillas. Sin embargo, incluso este tipo de inflamación aguda debe resolverse adecuadamente, o pueden desarrollarse efectos adversos en caso de que dicha inflamación se prolonge en el tiempo y se convierta en una inflamación crónica.
El cuerpo humano tiene formas de resolver la inflamación, pero ¿pueden las enzimas proteolíticas complementarias ayudar a impulsar este proceso crítico?
El papel de las enzimas proteolíticas
Las enzimas proteolíticas se utilizan a menudo en la recuperación de traumatismos. Su actividad es vital para el control de la inflamación, ya que se encargan de eliminar los desechos inflamatorios. Si la administración de enzimas proteolíticas exógenas puede ayudar a reducir las dosis de AINE necesarias, esto puede ayudar a disminuir el riesgo de algunos de los efectos secundarios adversos: úlcera péptica, hemorragia gastrointestinal y mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
Respecto a los resultados de un estudio reciente, se analizaron estas enzimas para la resolución de la inflamación aguda en ratas, demostrando que las enzimas proteolíticas quimotripsina, tripsina y serratiopeptidasa ejercen una actividad antiinflamatoria.
Las dosis más altas probadas, dieron resultados similares a los observados con aspirina administrada a 200 mg / kg (reducción del 56% en el edema). En cambio, con las dosis más bajas, ninguna de las enzimas mostró un efecto beneficioso significativo, pero cuando se combinaron con una dosis más baja de aspirina (54 mg / kg), el edema se redujo más que con las dosis altas de aspirina en los casos de quimotripsina y serratiopeptidasa. En cambio, la reducción fue mayor para la tripsina.
Siguiendo con el estudio en ratas, las que fueron tratadas con una dosis más baja de aspirina y la dosis más baja de enzimas mostraron un índice de úlcera significativamente menor en comparación con las ratas que probaron la dosis alta de aspirina. Los autores del estudio detallaron que “la combinación de dosis bajas de estas enzimas con dosis sub-antiinflamatorias de aspirina resultó en una actividad antiinflamatoria sinérgica sin potencial ulcerogénico, lo que parece ser una interacción clínicamente beneficiosa”.
Si los presentes hallazgos pudieran extrapolarse a los seres humanos, “dichas terapias combinadas podrían reducir los efectos adversos de los AINE como la aspirina”, concluyeron los investigadores. Para humanos, la suplementación oral con enzimas proteolíticas puede ser una alternativa en pacientes con enfermedades reumáticas que no pueden tolerar los AINE.
Suplementos a base de serrapeptasa
La tripsina y la quimotripsina son enzimas digestivas fundamentales en la descomposición de las proteínas de la dieta. En cambio, la serratiopeptidasa, también conocida como serrapeptasa o serrapeptidasa, es una enzima proteolítica producida por la bacteria Serratia nativa en el sistema digestivo de los gusanos de seda. Los compuestos que imitan sus efectos están disponibles comercialmente y pueden ser útiles para las afecciones respiratorias.
Cabe destacar que cuatro semanas de suplementación oral con serrapeptasa redujeron la viscosidad del moco en pacientes con sinusitis crónica. Un estudio doble ciego mostró que, en comparación con el placebo, la suplementación con serrapeptidasa resultó en una reducción de los síntomas de los trastornos agudos o crónicos del oído, la nariz y la garganta en tan solo cuatro días.
Los investigadores concluyeron que es un componente con propiedades antiinflamatorias, por su capacidad para reducir el edema y actuar rápidamente sobre la inflamación localizada. Según un artículo que explora el papel de la enzima, “el mecanismo molecular exacto de la serrapeptasa no se conoce por completo, pero los hallazgos de la investigación han demostrado que la enzima es capaz de disolver el tejido dañado”.
Otras enzimas proteolíticas
La bromelina, un fitoquímico que se encuentra en la piña, es una enzima proteolítica considerada por sus efectos beneficiosos sobre las afecciones respiratorias. Contribuye a la reducción de la inflamación cuando está sobreactivada y puede llegar a estimularla. Los datos in vitro muestran que la bromelina activa potencialmente el sistema inmunológico sano en asociación con la respuesta rápida al estrés celular. Regula negativamente la expresión de COX-2 y PGE-2 y activa los mediadores inflamatorios IL-1β, IL-6, INF-γ y TNF-α. Por el contrario, cuando la respuesta inmune ya está estimulada y hay una sobreproducción de citocinas, la bromelina reduce estos factores.
Por otra parte, la natokinasa es un compuesto adicional con actividad enzimática proteolítica. Se aísla del natto, un producto de soja fermentado tradicional japonés consagrado por sus beneficios terapéuticos. Se cree que las enfermedades cardiovasculares son impulsadas en parte por la inflamación, y la dieta japonesa ha sido reconocida durante mucho tiempo por apoyar la función cardiovascular saludable. Esto a menudo se atribuye a una alta ingesta de ácidos grasos omega-3 de los mariscos, pero el natto puede ser otro factor contribuyente, ya que se ha demostrado que es fibrinolítico y antitrombótico. Además, inhibe la agregación plaquetaria en modelos animales y tiene un efecto reductor de la presión arterial moderado en humanos con hipertensión, con un fuerte perfil de seguridad y ausencia de efectos secundarios adversos.
Conclusión
Para terminar, las enzimas proteolíticas complementarias pueden ser prometedoras para ayudar a las personas con afecciones inflamatorias, particularmente aquellas asociadas con edema o acumulación de tejido cicatricial. Cuando se usa en combinación con tratamientos farmacéuticos convencionales, estas enzimas pueden permitir dosis más bajas de los medicamentos, lo que potencialmente reduce el riesgo de efectos indeseables.
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