
Cuidar de nuestra salud mental es un asunto que todos deberíamos tomarnos muy en serio. Especialmente en esta época que nos ha tocado vivir, donde la depresión y la ansiedad abundan como consecuencia de las exigencias sociales, alcanzar un estado emocional óptimo es complejo, pero también necesario para no sucumbir. Para algunos individuos mantener su entereza mental es más fácil y natural que para otros, pues al fin y al cabo nuestras fortalezas y debilidades son distintas. No obstante, incluso aquellas personas que se consideren férreas en cuanto a su salud mental pueden transitar momento de su vida donde su capacidad se vea sensiblemente menguada y su estado psicológico se vea afectado negativamente.
Ya sea que nos veamos envueltos en un caso o en otro, lo importante es tener claro que siempre podemos recurrir a la ayuda de los profesionales de la salud mental, que son los psicólogos. A veces ni siquiera es necesario alcanzar un momento delicado para iniciar una terapia con algún especialista, sino que puede darse el caso de que queramos mejorar alguna faceta de nuestra personalidad, incluso cuando nuestro estado mental es adecuado. También para estos casos contar con profesionales como los de la clínica MAI, psicólogos Vallecas, es un acierto y una garantía de éxito en nuestro propósito.
Afortunadamente, actualmente los usuarios pueden optar entre una buena alternativa de profesionales que nos ayuden. Pero antes de decantarnos por uno u otro siempre conviene tener en cuenta algunos aspectos. Así, para aquellos que se encuentren en búsqueda activa de un psicólogo para comenzar la terapia, aquí dejamos algunos consejos que los ayudarán a dar con el especialista que necesitan.
Asegurarnos de que está autorizado para hacer terapia
En España son psicólogos todos aquellos estudiantes de la especialidad de psicología que terminan el grado y obtienen su titulación. Ahora bien, contar con este documento no es requisito suficiente para que puedan ejercer como terapeutas. Como en otras ramas, los profesionales de la salud mental deben realizar también una formación extra en psicoterapia que los capacitará de manera formal para ejercer como terapeutas, además de la obligación de colegiarse. Al fin y al cabo, la psicología es un campo que abarca muchas facetas y no todas se enfocan al tratamiento de pacientes, por lo que si vamos a pagar por una terapia, será bueno asegurarnos de que estamos ante un profesional cualificado y capacitado.
La experiencia es un grado
Nadie dice que un terapeuta recientemente capacitado no pueda ser el indicado para tratar nuestras necesidades, pero sí es cierto que la psicología es una rama compleja en la que la experiencia tiene un peso importante. El conocimiento y la formación se le presupone a todo aquel que ha finalizado sus estudios con éxito, pero el trato durante años con los pacientes hace desarrollar una habilidad especial para que la terapia fluya de manera adecuada y alcance su objetivo. Dicho esto, con más probabilidad llegaremos a nuestra meta de la mano de un terapeuta experimentado.
Consultar su especialización
Como hemos mencionado, la psicología es una disciplina que aborda muchos saberes distintos, aunque relacionados. En la terapia ocurre exactamente igual, por lo que no todos los psicólogos están especializados en el mismo tipo de enfermedad o paciente. Así, si estamos buscando un profesional que trate a nuestro hijo, lo oportuno será contratar los servicios de un terapeuta infantojuvenil. Su conocimiento de la mente de los niños será mayor que el que pueda tener un psicólogo no especializado, incluso cuando éste pueda ser un especialista reputado con una larga trayectoria en terapia con adultos. Cuanto más afinemos la búsqueda, antes alcanzaremos los objetivos.
Claridad ante todo
Las afecciones mentales y emocionales ya entrañan suficiente complejidad de por sí como para que a esto le añadamos un grado extra de dificultad en la terapia. Algunos psicólogos entienden que la mejor forma de ayudar a sus pacientes es referirles sus reflexiones y métodos mediante un lenguaje tan técnico y cuidado como desconocido para el oyente. En estos casos lo natural es que la terapia nunca termine de avanzar por una razón tan sencilla como que el afectado no comprende con transparencia el mensaje de su terapeuta. La comunicación en los procesos de recuperación emocional es imprescindible, de modo que la claridad debe ser una exigencia para nuestro profesional.
Evaluar la experiencia
Por último, y no menos importante, transcurrido un tiempo prudencial desde el inicio de la terapia, debemos reflexionar sobre la eficacia de la terapia. Si la sensación que percibimos es de estancamiento o avance excesivamente lento, estamos en la obligación y el derecho de comunicárselo a nuestro terapeuta para que reajuste los métodos. Si después de este cambio de rumbo seguimos sin notar una progresión, nada debe impedirnos cambiar libremente de psicólogo. Después de todo, se trata de la búsqueda activa del mejor estado mental posible.