Merecedora es de elogio
esta prenda singular,
pues no hay otra —que en su uso-
a ella le pueda igualar.
Yo conservo en mi memoria
tan claro como el cristal
el recuerdo de mi abuela
siempre con su delantal.
Pepita Calles Crespo
Con esos versos empieza una preciosa y nostálgica poesía que la autora Pepita Calles Crespo dedica al delantal o mandil de su abuela Prudencia. Para limpiarse, como capazo, para coger huevos, para abanicarse, para consolarse, … detrás de una prenda tan humilde se esconden sentimientos, vivencias y amor a la cocina a fuego lento…
La poesía completa se puede leer en LA COCINA ALTERNATIVA.
Ah, y la mujer de la foto con delantal es servidora y no la abuela de nadie :)