El debate político en España está que arde a nivel mediático. Se acercan las elecciones. Y en un país donde la altura de la contienda política ha sido siempre tan justita, no iba a empezar a ser mayor de la noche a la mañana. No hablo de un gran debate intelectual sobre el futuro del País, de Europa o del resto del mundo donde las cosas están que mejor ni hablamos. No, hablo de lo más cercano. Además, tras las elecciones en Grecia el ambiente se ha caldeado de tal manera que los poderes mediáticos están frotándose las manos, como ante varias finales Madrid-Barça o Barça-Manchester United en un mismo día. El negocio del siglo. Venta de ejemplares. Audiencias millonarias.
Para qué dedicarle tiempo a un análisis equilibrado, profesional y objetivo de todas las realidades posibles a las que nos enfrentamos. ¡¡¡¡Que aburrido, por Dios!!!! Y así nos vemos ahora mismo enzarzados en la misma dualidad de siempre, esa que quiere perpetuar su supervivencia por encima de todo. Mejor hablar de derecha y de izquierda, lo simplificamos todo, seguimos la ola de lo que viene siendo en los últimos tiempos y nos forramos, y de paso, si se puede, que ganen los de siempre. Hay hasta programas enteros dedicados a ver en qué lugar están los nuevos partidos, si a la derecha o a la izquierda… ¿de quien?… de «Dios» les falta decir.
Vale bien, lo sé, se sobreentiende que buscan ubicar los partidos en la ideología conservadora denominada «derecha» y la ideología progresista llamada «izquierda»…. pero que busquen, que busquen. Se partirán el lomo los partidos del viejo paradigma y los periodistas que les cortejan que no hallarán respuesta ni lograrán victoria alguna. Hasta ahora todo era horizontal e iba de izquierda a derecha, con un centro, que, más o menos, se ocupaba, según convenía y según permitía la coyuntura. Pero esto se acabó. Lo que estamos viviendo es el principio del cambio, el final de una era y el comienzo de otra. Por eso hay caos, el necesario inicial, hasta que surja la nueva forma de la nueva cosa para el nuevo mundo.
Muchos no están sabiendo leer las líneas del nuevo libro de esta nueva era de la Historia de la Humanidad, o sí, pero sabiéndolo, muy a pesar suyo, no saben qué hacer con ello. Al brazo derecho e izquierdo de la cruz de cristo le ha caído del cielo el brazo vertical, y ¡¡zas!!, de un plumazo, ha crucificado la política de más de un país. Y sí, hay mucha simbología sagrada tras esta afirmación traída muy a la realidad. Ya no hay derecha e izquierda sino una cruz. Ya no hay un centro de un sólo brazo que convenga, sino un centro-centro que equilibra y evita que la cruz entera se desplome y caiga al suelo con todo lo que nos sujeta. Equilibrio de poder, equilibrio de recursos. Equilibrio de querer, equilibrio de saber hacer. Equilibrio de justicia, equilibrio de independencia. Equilibrio de dar, equilibrio de recibir. Equilibrio de trabajar, equilibrio de liderar. Equilibrio de tener, equilibrio de ser. Equilibrio de investigar, equilibrio de intuir. Equilibrio.
No importa cuantas veces gritéis «yo soy derecha», «yo soy izquierda», no os oyen y no es que nadie os escucha, es que nadie os entiende, porque nadie conecta. Ahora toca la síntesis de Hegel, la de aunar los opuestos, la de hermanar lo mejor de cada experiencia pasada. Ahora tocamos nosotros, los que no lo sabemos todo, ni lo necesitamos saber, porque estamos abiertos a aprendernos, a experimentarnos y a sorprendernos. Pero no a tontas ni a locas porque tenemos la mejor formación de la historia, igualitos que ese que llaman Rey.
Y sabemos que la igualdad total del comunismo es superable ya que hay partes de conseguir lo mejor por méritos propios gracias al trabajo, a la disciplina y al rigor muy sanos para un pueblo, por eso apostamos por desarrollar el talento, el que todos tenemos. Y también sabemos que la desigualdad extrema del liberalismo es superable ya que hay partes de «yo todo y a tí que te den» que no son coherentes con la ética universal ni con los derechos humanos. Por lo tanto ¿porqué tiene que ser derecho o torcido? ¿porqué tiene que ser o con Merkel, los mercados y el dinero o sin ellos? ¿porqué tiene que ser «seguro y estable» o si no el fin del mundo?
Vendrán tiempos difíciles porque lo viejo que sí es antiguo y caduco, no lo sabio que aún perdurará, dirá que dijeron lo que no dijeron para luego decir que ya no dicen lo que dijeron pero que nunca dijeron, como con Tsipras y Grecia. Y jugaran sucio y negro y no descansarán hasta que las propias llamas del «ponerlo todo que arde» no les quemen sus propias barbas y bigotes, como cuando los hinchas del deporte se agreden. Pero no habrá consuelo para los viejos antiguos y caducos porque no se han dado cuenta que se ha elevado la frecuencia de la emisora de radio y su canal ya no emite ni en la onda, ni a la hora en que lo nuevo se conecta.
Los mensajes llegan ahora de otro lugar muy diferente, mucho más inaccesible para quien no tiene el decodificador adecuado, uno que no se vende ni en los chinos ni en las grandes superficies, que lleva la marca «consciencia» y que es de muy elevada calidad tecnológica. Echen la vista atrás y observen cuánto recorrido en tan poco tiempo. De la indignación de Stéphane Hessel al 15M y de la Plaza del Sol hasta aquí, de un salto, en un abrir y cerrar de ojos. Ni a la izquierda ni a la derecha, es tiempo de justicia, es tiempo de fusión. Ni a la derecha ni a la izquierda, es tiempo de libertad, es tiempo de unión. Ni a la derecha ni a la izquierda, es tiempo de consciencia, es tiempo de superación.
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AUTORA: Itziar Azkona
Analista Política, Socióloga. Coach Transpersonal.
Creadora de www.mundobocabajo.com, una iniciativa para dar la vuelta a cada idea, a cada pensamiento, para ver qué aspecto tiene desde otra perspectiva, abriendo puertas y ventanas, logrando un mundo diferente. FACEBOOK: mundobocabajo
23 febrero 2015 19:13
Justo hace 4 años, un 23F, escribí yo un artículo de:
https://www.elblogalternativo.com/2011/02/23/¿por-que-seguimos-quieto-todo-el-mundo/
Fue 3 meses antes de las manifestaciones del 15M.
Y sí, gracias a los cielos, ya no estamos quietos.
La política española ya no será la misma.
Aunque el fin de la impunidad todavía no ha llegado.
Todo lo que ha pasado en estos años, prescribirá (excepto la deuda soberana).
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Por cierto Itzi. Me gusta mucho los giros que haces con las frases.
Ayudan a transmitir el lenguaje no verbal que contienen.
24 febrero 2015 15:08
Juando, no conocía tu artículo, lo he leído y me ha gustado mucho. Las viñetas geniales. Un fuerte abrazo!!!