En el año 1998 algunas personas creyeron que podían alimentarse de otra forma, volver a respetar la tierra y los animales, retornar a unos cultivos ecológicos y basados en ritmos naturales.
Así nació BioAlacant
Cuantos más alimentos produce la agricultura industrial, más pobreza y hambre se contabiliza; centradas todas las informaciones en la crisis financiera, la crisis climática y ecológica avanza peligrosamente. Los campos están llenos de monocultivos que todo lo igualan a la misma velocidad que todo lo empobrecen. Son muchas las experiencias que se sueñan y se hacen. Se recuperan granjas abandonadas, hay quienes reviven cultivos olvidados en los márgenes de los campos; los balcones de muchas casas añadieron tiestos con tomates y lechugas; y en los solares de barrios jóvenes y mayores comparten huertos.
En una lucha por rechazar los alimentos artificiales, embolsados o desnaturalizados y cultivados a kilómetros de distancia. Frente a ese monopolio alimentario que controla la mayoría de los alimentos que se producen, que marca precios, cultiva explotando sin conmiseración la tierra unos productos manipulados, vacíos y exageradamente iguales. Hay alternativa: las cooperativas, redes de consumo o asociaciones de alimentos. Que buscan un consumo local, un trato directo con el agricultor, que adquieren productos cultivados al aire libre y con un criterio ecológico y de respeto medioambiental, personas con las que compartir suministros y complicidades de un punto de vista en común sobre nuestro derecho a una alimentación saludable y respetuosa.
Bioalacant se gestó cuando en 1998 se creó un pequeño huerto en la partida de Fontcalent de Alicante donde se cultivaban hortalizas de manera ecológica. Al poco tiempo se incorporaron animales. Juntos, huerto y animales, crearon un “organismo vivo” recobrando el sentido de la palabra “granja” donde personas, animales, tierra y cultivos se complementan. Se constituyó un punto de venta directa de las hortalizas. Los interesados en consumir sus verduras crecían y también sus necesidades de obtener otros productos como cereales, legumbres, panes, quesos, aceite, fruta… Poco a poco se adecuó el local donde actualmente se ubica: en La Granja La Bastida en Alicante convirtiéndose en la sede de Bioalacant, en un crecimiento progresivo que les ha llevado a constituirse con más de 250 familias consumidoras.
Desde la premisa de que el cuidado y la salud de la tierra, las personas y los animales son algo imprescindible para todos, y que el proyecto iba a salir adelante. Ofertando una gran variedad de productos con un nivel de fiabilidad óptimo, y con un lugar de producción lo más cercano posible a su lugar de venta. El grado de fiabilidad está en función del respeto a la fertilidad de la tierra no tratada con pesticidas artificiales y a los animales alimentados con piensos naturales, el respeto en la salud en los alimentos transformados, las medidas ecológicas empleadas, el respeto por la justicia social y la implicación en la economía solidaria.
Asimismo se disfruta de un encuentro y relaciones sociales, de información y cultura de una economía sostenible donde se defienda la soberanía alimentaria y una ecología activa y real, donde se originan otras actividades de la Asociación.
Una semilla de libertad en una economía alimentaria globalizada que pretende continuar, no enriquecerse de agricultores maltratados y de una tierra empobrecida y contaminada. Con productos que realmente nos llenen de energía y vitalidad porque han recibido su merecido trato. Y crecer. Aumentar la diversidad extendiendo esta filosofía de vida a todos los bienes que consumimos, frutas y verduras frescas ecológicas, pero también productos de higiene sin químicos ni contaminantes, pañales compostables o cereales biodinámicos.
Es posible y la experiencia nos dice que es real. Y aunque la lucha continúe desde bioalacant la mirada se extiende y otro punto de vista es posible.