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«Nuestro tabú contra comer perros dice algo de ellos y mucho de nosotros.
Los franceses, que adoran a sus perros, a veces se comen a sus caballos.
Los españoles, que adoran a sus caballos, a veces se comen a sus vacas.
Los indios, que adoran a sus vacas, a veces se comen sus perros» (…)
«Pero comer perro no ha sido, ni es, tabú en muchos sitios, y no es perjudicial para nosotros en modo alguno. Bien cocinada, la carne de perro no presenta más riesgos para nuestra salud que cualquier otra, y una comida tan nutritiva no suscita grandes objeciones por parte de los componentes físicos de nuestros egoístas genes» (…)
«En Norteamérica, millones de gatos y perros sacrificados en refugios para animales se convierten en la comida de nuestra comida. (Se sacrifican casi el doble de perros y gatos que se adoptan.) Eliminemos, pues, este ineficaz y extraño paso intermedio»
Jonathan Safran Foer
¿Y por qué no comer perros? Depende las culturas, cualquier tipo de animal es válido para «la colosal tarea que supone alimentar a un mundo poblado por miles de millones de omnívoros que exigen carne con sus patatas».
Abajo reproducimos el capítulo sobre comer perros del libro «COMER ANIMALES» de Jonathan Safran Foer que nos da argumentos de peso para reflexionar sobre la diferencia entre perros o cerdos y como los mejores amigos del hombre entran igualmente en la cadena alimentaria.
A pesar de esas letras sangrientas de la portada, «Comer animales» es un libro serio, muy documentado y contundente para todos los públicos, coman lo que coman, que lleva más de un año en la lista de los más vendidos de Estados Unidos y cuyo objetivo no es que nos hagamos vegetarianos, sino que sepamos lo que esconde la industria cárnica y el lado oscuro de nuestros filetes para que saquemos nuestras propias conclusiones.
A sus 32 años, Jonathan Safran Foer es un autor de culto en su país y la conciencia alimentaria y animalista le llegó cuando su esposa estaba embarazada y decidió emprender una extensa investigación de varios años sobre el negocio de la comida. Esto le hizo descubrir una realidad atroz que ha decidido denunciar en esta obra que entemezcla datos estadísticos, recuerdos de la infancia y reflexiones sobre nuestras creencias y tradiciones.
Foer afirma que la industria alimentaria es la que más dinero mueve, la que más afecta directamente a nuestra salud, la que más impacto negativo tiene sobre el medioambiente, la que ocupa casi un tercio de las tierras del planeta y al mismo tiempo, es sobre la que menos sabemos. Y encabezando sus críticas, encontramos a la cadena de fast food KFC a la que describe como «la compañía, podría decirse, que ha aumentado la suma total de sufrimiento en el mundo más que ninguna otra en la historia».
Como hombre realista, sabe que la población adicto-carnívora no va prescindir a corto plazo de este alimento, por ello aboga por «incorporar unas normas de decencia básica en el sector que hasta ahora no se han cumplido» y, como se explica en el vídeo, defiende el mercado ecológico y las pequeñas granjas tradicionales frente a la ganadería intensiva.
Hay muchos y buenos libros sobre alimentación y animales como «Somos lo que comemos» del influyente filósofo Peter Singer, «Jaulas Vacías» de Tom Regan, «Otra manera de vivir. Cuando la comida importa» de Jane Goodall, … El libro «Comer animales» es el último en llegar, es fresco, muy ameno, impactante, basado en los nuevos descubrimientos de una persona ajena a este mundo y no deja en absoluto indiferente.
«No podemos justificar la ignorancia, sí la indiferencia. Soportamos la carga, pero también la suerte de vivir una época en la que la crítica contra la ganadería industrial va calando en la conciencia popular. Con el paso del tiempo, y con todo el derecho, se nos podrá proponer la siguiente pregunta: y vosotros, ¿qué hicisteis cuando supisteis la verdad sobre el hecho de comer animales?»
Jonathan Safran Foer
Adjuntamos el capítulo ¿Por qué no comer perros? y el índice.
¿Por qué no comer perros?
A pesar de que es algo totalmente legal en cuarenta y cuatro estados de Norteamérica, comerse al «mejor amigo del hombre» es tan tabú como comerse al mejor algo humano de uno. Ni siquiera los carnívoros más recalcitrantes comen perros. El presentador y a veces cocinero Gordon Ramsay puede ponerse muy chulo con crías animales cuando hace publicidad de algo, pero nunca verás a un cachorrillo asomando el hocico por una de cazuelas. Y aunque en una ocasión afirmó que electrocutaría a sus hijos si se hicieran vegetarianos, me pregunto cuál sería su reacción si se cargaran al perrito de la casa.
Los perros son maravillosos, y en ciertos sentidos únicos. Pero son notablemente vulgares en sus capacidades intelectuales y experimentales. Los cerdos son igual de inteligentes y sensibles, sea cual sea la definición que demos a ambas palabras. No pueden saltar a la parte trasera de un Volvo, pero son capaces de ir a por algo, de correr y jugar, de ser traviesos y proporcionar afecto. En ese caso, ¿por qué no los dejamos que se aovillen frente al fuego? ¿Por qué no los salvamos, como mínimo, de arder en él?
Nuestro tabú contra comer perros dice algo de ellos y mucho de nosotros.
Los franceses, que adoran a sus perros, a veces se comen a sus caballos.
Los españoles, que adoran a sus caballos, a veces se comen a sus vacas.
Los indios, que adoran a sus vacas, a veces se comen a sus perros.Aunque escrito en un contexto muy distinto, las palabras de George Orwell en Rebelión en la granja pueden rafrasearse así en este contexto: «Todos los animales son nuestros iguales, pero algunos son más iguales, que otros«. El énfasis en su protección no es una ley natural; procede de las historias que nos contamos sobre la naturaleza.
Así pues, ¿quién tiene razón? ¿Cuáles podrían ser las razones para excluir a los cánidos del menú? El carnívoro selecto sugiere:
No comer animales de compañía. Pero los perros no son animales de compañía en todos los países donde no se los comen. ¿Y qué decir de la gente que no tiene perros en casa? ¿Tendríamos algún derecho a criticarlos si tomaran perro para cenar?
Vale, en ese caso:
No comer animales que tengan capacidades mentales significativas. Si por «capacidades mentales significativas» entendemos las que tiene un perro, entonces bien por el perro. Pero esa definición incluiría también cerdos, vacas, pollos y muchas especies del mundo animal. Y excluiría a los humanos con minusvalías muy graves.
Entonces:
No es por mero azar que los tabúes ancestrales -jugar con la mierda, besar a tu hermana o comerse a los compañeros son tabúes. Desde un punto de vista evolutivo, esas cosas son malas para nosotros-. Pero comer perro no ha sido, ni es, tabú en muchos sitios, y no es perjudicial para nosotros en modo alguno. Bien cocinada, la carne de perro no presenta más riesgos para nuestra salud que cualquier otra, y una comida tan nutritiva no suscita grandes objeciones por parte de los componentes físicos de nuestros egoístas genes.
Y comer perro posee un orgulloso pedigrí. Algunas tumbas del siglo IV d.C. muestran imágenes de perros sacrificados junto con otros para servir de alimento. Fue una costumbre lo bastante fundamental como para influir en el lenguaje: el carácter sino-coreano que define algo «justo y correcto» (yeon) se traduce literalmente por «delicioso como carne de perro asada«. Hipócrates ensalzó los beneficios de la carne de perro como fuente de fortaleza. Los romanos comían «cachorrillos». Los indios dakota disfrutaban con el hígado de perro, y no hace tanto tiempo los hawaianos comían sesos y sangre de perro.
El perro sin pelo mexicano era el alimento principal de los aztecas. El capitán Cook comió perro. Roald Amundsen, como es de sobra conocido, se comió a los perros de su trineo. (Cierto, estaba muerto de hambre.) Y aún se comen perros en Filipinas para ahuyentar la mala suerte; con propósitos medicinales en China y Corea; para aumentar la libido en Nigeria; y en muchos otros países, de todos los continentes, simplemente porque su sabor es bueno. Durante siglos, los chinos han criado razas especiales de perros, como el chow de lengua negra, para papeárselos, y en muchos países europeos aún existen leyes relativas a los exámenes post-morten de los perros que se destinaban al consumo humano.
Está claro que el hecho de que algo se haya llevado a cabo prácticamente en todas partes y en todo momento no supone una justificación para seguir haciéndolo. Pero a diferencia de toda la carne de granja, que precisa de la creación y mantenimiento de los animales, los perros casi piden a gritos ser comidos.
Cada año se «duerme» de tres a cuatro millones de perros, lo que da lugar a millones de kilos de carne que se tiran a la basura. El destino de toda esa carne de perros sometidos a eutanasia supone un problema enorme tanto económico como ecológico. Sería una locura arrancar a las mascotas de sus hogares. Pero comer a esos perros vagabundos, callejeros, a aquellos que no son lo bastante monos para encontrar hogar o lo bastante educados para conservarlo sería como matar un puñado de pájaros de un solo tiro y luego comérselos.
En cierto sentido, eso es lo que hacemos ya. Las empresas dedicadas a los subproductos animales —la conversión de proteínas animales inadecuadas para el consumo humano en comida para ganado y mascotas- permiten a las plantas procesadoras transformar inútiles canes muertos en elementos productivos de la cadena alimenticia. En Norteamérica, millones de gatos y perros sacrificados en refugios para animales se convierten en la comida de nuestra comida. (Se sacrifican casi el doble de perros y gatos que se adoptan.) Eliminemos, pues, este ineficaz y extraño paso intermedio.
Esto no tiene por qué poner en entredicho nuestro civismo. No los haremos sufrir innecesariamente. Aunque está plenamente aceptado que la adrenalina mejora el sabor de la carne de perro (y de ahí vienen los métodos tradicionales de sacrificarlos: ahorcarlos, hervirlos vivos, apalearlos), creo que todos estaremos de acuerdo en que, si vamos a comerlos, deberíamos matarlos de una forma rápida e indolora, ¿no? Por ejemplo, los métodos hawaianos tradicionales de mantener cerrado el hocico del perro, con el fin de conservar la sangre; deberían ser considerados (al menos desde un punto de vista social, si no legal) como algo prohibido.
Tal vez podríamos incluir a los perros en la Ley de Métodos Humanitarios para el Sacrificio. Eso no tiene nada que ver con la forma en que se les trate mientras estén vivos, y no está sujeto a ningún descuido o aplicación significativas, pero seguramente podemos confiar en la capacidad de autorregulación de la industria y como hacemos con otros animales que sí nos sirven de alimento.
Poca gente aprecia suficientemente la colosal tarea que supone alimentar a un mundo poblado por miles de millones de omnívoros que exigen carne con sus patatas. El ineficaz uso de los perros, que ya se hallan convenientemente presentes en áreas de alta densidad humana (tomad nota quienes abogáis por la comida local), debe hacer enrojecer a cualquier buen ecologista.
Hay quien podría argüir que varios grupos «humanitarios» son los mayores hipócritas, ya que invierten ingentes cantidades de dinero y energía en un fútil intento de reducir el número de canes indeseados mientras al mismo tiempo propagan el tabú de no comérselos para cenar. Si dejan que los perros sean perros y se críen sin interferencias, daríamos lugar con poco esfuerzo a una provisión sostenible de carne local que haría avergonzar a la mejor granja agrícola. Para los que abogan por el ecologismo, es hora de admitir que el perro es un alimento real para los a bientalistas reales.
¿Podemos superar el sentimentalismo? Hay perros a montones, son buenos, fáciles de cocinar y sabrosos; comerlos es mucho más razonable que pasar por todos problemas que implica su procesamiento hasta transfomarlos en proteínas para alimentar a otras especies que sí nos comemos.
Para aquellos que ya se han convencido, les propongo una receta filipina clásica. No la he probado en persona pero a veces uno lee la receta y simplemente se hace a la idea.
(…)
Comer animales tiene una cualidad invisible. Pensar en los perros, y su relación con los animales que comemos es una forma de enfocar de reojo el tema y de convertir en visible lo invisible.
ÍNDICE
EL ARTE DE CONTAR HISTORIAS
- Los frutos del árbol familiar
- Posible de nuevo
- Comer animales
- Escúchame
TODO, NADA O ALGO PARECIDO
- George
- ¿Por qué no comer perros?
- Amigos y enemigos
- Guerra
- Vergüenza
EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS
- Animal
- Antropocentrismo
- Antropomorfismo
- Antroponegación
- Aves (pollos, gallinas)
- Aves en jaulas
- Caca de la vaca
- Captura incidental
- Cafo
- CFE
- Comida casera
- Comida casera, continuación
- Comida no casera
- Crueldad
- Desesperación
- Desfallecido
- Ecologismo
- Estrés
- Grado de rentabilidad
- Luz y comida
- Granja industrial
- Granja tradicional
- Hábito, la fuerza del
- Humano
- Instinto
- Inteligencia
- ¿Inteligencia?
- KFC
- ¿Kosher?
- Peta
- Procesamiento
- Productos frescos
- Productos orgánicos
- Radical
- Sentimentalismo
- Separación entre los espacios
- Sufrimiento
JUGANDO AL ESCONDITE
- 1. No soy la clase de persona que se mete en la granja de un desconocido en mitad de la noche
- Para su reiterada consideración
- Un triste negocio
- El rescate
- 2. Soy la clase de persona que se encuentra en la granja de un desconocido en mitad de la noche
- 3. Trabajo en una granja industrial
- 4. El primer pollo
- El primer humano
- El primer problema
- El mito del amor
- El primer olvido
- La primera ética animal
- El primer trabajador en cadena
- El primer granjero industrial
- El pimer Pollo del Mañana
- La primera granja industrial
- 5. Soy el último granjero avícola
INFLUENCIA / ANONADAMIENTO
- Lam Hoi-ka
- Gripe
- Todas las gripes
- Vida y muerte de un ave
- Influencia
- Más influencias
RODAJAS DE PARAÍSO / TROZOS DE MIERDA
- 1. Ja, ja; snif, snif
- No hay cerdo
- Bonito, inquietante, disparatado
- 2. Pesadillas
- Nuestros viejos intentos de compasión
- 3. Trozos de mierda
- 4. Nuestro nuevo sadismo
- 5. Sadismo submarino (un aparte central)
- Animales comedores
YO AFIRMO
- 1. Bull and Nicolette
- Soy una criadora de ganado vegetariana
- Ella sabrá
- Él sabrá
- 3. ¿Qué sabemos nosotros?
- 4. No puedo decir que esté mal
- 5. Respira hondo
- 6. Propuesta
- Soy un vegano que se dedica a construir mataderos
- 7 . Mi apuesta
EL ARTE DE CONTAR HISTORIAS
- 1. El último Día de Acción de Gracias de mi infancia
- 2. ¿Qué tiene que ver el paro con el Día de Acción de Gracias?
- 3. Lo que implica comer animales
- 4. La mesa norteamericana
- 5. La mesa global
- 6. El primer Día de Acción de Gracias de su infancia
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Más información sobre el libro: El País, Anima Naturalis y La Vanguardia
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En El Blog Alternativo: 20 razones para una dieta sin carne
En el Blog Alternativo: Guía para comer sin carne en pdf
En El Blog Alternativo: Artículos sobre vegetarianismo
En El Blog Alternativo: Alimentación consciente y DOCUMENTALES sobre alimentación
14 mayo 2011 10:15
Yo propongo cocinar también los gatos, las ratas de cloaca, los ratones de ciudad y de campo, así como las proteínicas cucarachas. Como acompañamiento, un vasito de sangre de paloma, tan abundante como molesta en nuestras urbes.
De esta manera favorecemos el uso responsable de los animales, damos un excelente ejemplo a nuestros hijos y en general nuestro nivel de conciencia regresaría al que teníamos hace 20.000 años, cuando efectivamente todo eso se hacía de forma rutinaria.
Ya puestos, podríamos cocinar a algunos reclusos. ¿Y los condenados a muerte? ¿No son un gasto para los contribuyentes? ¡Asémoslos para confeccionar deliciosos platos reconstituyentes! A mí es que ya se me hace la boca agua!
23 mayo 2020 16:03
Comer perros y gatos, tanto como lobos y animales felinos,es una verguenza quien apoye que comer animales domésticos como los perros y gatos, por esa regla de tres tambien vamos a comer carne humana, como también los humanos somos animales,
Enfin …. no es lo mismo un perro o un gato que una vaca o un cerdo,
Pero si ya hablamos que todos son animeles pues entonces ¿ tambien comer carne huamana tiene que ser legal??? Como tambien somos nosotros animales
14 mayo 2011 12:56
si te informas un poco , dejas de comer carne. bueno dejas de comer porque la industria se esta cargando todo!!
14 mayo 2011 20:35
Esta propuesta a partir de la previsión en la superpoblación mundial en las próximas generaciones es bastante floja y tonta, aunque el que la hace la encuentra original y le da una argumentación basada en datos, que podrian ser aplicables a muchas otras cosas tambien sin un sentido real de canalización social acertada.
La verdad es que deberia decir tantas cosas respecto a lo que dice que no sabria por donde empezar, simplemente lo dejaré en que el ser humano es estupido a cotas inalcanzables, como dijo Einstein, infintud del universo e idiotez van a la par. Me gustaria presentarle a Gandhi y en esa presentación antes le diria: este señor que te presento en su momento dijo que el valor de un pueblo se podria medir con la forma que trata a sus animales (más o menos) y luego comentele todo esto al señor Gandhi a ver que le parece su sensibilidad tan «logica», yo despues de leer el articulo me doy cuenta que si decido comprar una mascota, no me hace falta un perro ya, compro un pollo, total hara lo mismo, vigilara la casa, cuidara a los niños, me traera el periodico del buzon, hasta por ir muuuy muuyy lejos saldrá en el cine junto a Richard Gere como en la pelicula Hachiko, siendo el primer pollo del mundo que murio esperando a su amo. Nada! la solucion a la idiotez humana desde la industrializacion, comer ¿perros?
15 mayo 2011 00:45
Un momento q creo q se está malinterpretando el artículo: ES IRONÍA¡¡. He cogido un capítulo de un libro extenso que denuncia las condiciones de la industria cárnica y cuestiona el alto consumo de carne y las tradiciones culinarias, y lo de los perros es para demostrar q todo depende del rasero con q se mire pq para unos pueblos son muy ricos. La receta q no he reproducido es casi gore.
El autor no propone en absoluto comer perros, solo q reflexiones sobre nuestros dogmas del plato¡¡¡
Por cierto Gunther, me has amargado el desayuno del sábado con tus propuestas :)
15 mayo 2011 02:49
dAni, me recuerdas un poco a Sheldon de la serie Big Bang Theory, incapaz de captar la ironia….
15 mayo 2011 14:14
Esquivando un poco la ironía, yo creo que no comemos perros por el algo grado de conciencia que tienen. ¿no os parece?
16 mayo 2011 08:29
Esto podría acabar en una discusión interminable, los cerdos son animales muy inteligentes y buenos animales de compañía, que se lo digan a Clooney :).Es verdad que nos comemos los animales correctos según nuestra cultura, eso lo expuso muy bien Marvin Harris en Bueno para Comer si no recuerdo mal el título.
Como esto del sufrimiento animal en bien de nuestros estómagos no va a tener fin, sí puede paliarse el consumo pero no va a desaparecer, yo insisto en las leyes de protección de animal durante su crianza, transporte y sacrificio. Hay muy poca gente que quiera mancharse los pies de mierda y defender de verdad a los animales que explotamos, mucho echarnos en cara que somos asesinos y zarandajas, pero si se trata de exigir las leyes y su cumplimiento, es que te alías con el enemigo y no vales nada. Pues yo prefiero ver la realidad.
18 mayo 2011 04:32
Es un libro interesante; si las personas estan de acuerdo en que los animales estan aquí para servirnos de alimento, entonces por qué unos si y otros no?, como dice Magdalena, lo del grado de consciencia es discutible… hay muchas personas que se dicen «amigos de los animales», pero solo de los gatos y los perros, porque a los demás se los comen…
Bueno, la verdad al empezar a leer el artículo, entendí que era ironía y me parecio muy bien plasmada, pero al pasar de la mitad del mismo, ya no estaba tan segura jeje.. Un abrazo.
28 mayo 2011 11:21
Comer RATAS
5 junio 2011 17:33
Si eso es ironía, creo que era necesario poner algo más del artículo de este hombre, puesto que puede inducir a error el leer sólo una parte (como lo ha hecho).
Yo estoy que me hierve la sangre ahora mismo porque también creía que este hombre abogaba por comer carne de perro. En ese caso, utiliza muy bien la ironía.
20 junio 2011 16:08
Discurso de un activista famoso: Gary Yourofsky es periodista y locutor de radio, activista y defensor de los derechos de los animales.
POR QUÉ SOY VEGANO
15 diciembre 2011 16:01
Es un buen planteamiento, dificil de comprender o asimilar para quienes amamos a nuestramascota, pero se entiende los argumentos planteados como lógicos y coherentes en un mundo de incoherencias entre lo que se predica y lo que se practica, pero además en un mundo en el que no se comprende como hay tantas personas en situaciones de hambre.
Este tipo de reflexión la podríamos hacer sobre el consumo de roedores, o de insectos, que como en así,sería una solución nutritiva a las deficiencias que enfrenta por ejemplo poblaciones en África o América latina, mientras el alimento por así decirlo crece y muere a su lado.
Si me lo permiten quisiera compartir con los lectores un sitio en el que pueden informarse sobre el mejor cuidado de sus mascotas, se trata de http://www.tuffymascotas.com
15 diciembre 2011 22:35
no se vale los peros se van a extingir y todo por que por culpa del maldito hombre no se vale yo nunca comeria perro porque yo amoa los perros mas que a nada y voy a aser algo para que no se los coman lo chinos verdad con todo respeto estan mal entons yo me voy a comer a un humano al fin ya e comoido tamales de niño recien nacido y saben bien aver porque no me los comoa ustedes mejor
17 diciembre 2011 10:17
os planteais comer perros cuando deberíais plantearos dejar la carne por completo, sois omnivoros y no la precisais para estar sanos, quien dijo que está bien comer animales, que somos superiores a ellos y por tanto hacemos de su vida un tormento y de su muerte una agonía, és preciso evolucionar, y como se supone que lo hareis con tanto asesinato a cuestas, las cosas no siempre són correctas por el simple hecho de ser tradiciones o costumbres milenarias, sino preparaos para la involución y la vuelta de la era neardental, abrid los ojos y limpiad vuestras orejas!!!!
27 marzo 2012 17:37
Aun me causa extrañeza el radicalismo con el que los defensores de las «mascotas» de cabrean cuando se tocan estos temas, terminan actuando como si la vida de cualquier animal (de los bonitos eso si) fuera mas importante que calquier vida humana. Hasta el refinamiento pierden cayendo en la procacidad absoluta y siguen sin aclararme la duda: sera mas digno de estar entre nosotros el lindo perrito, que el jugoso filete de cerdo que se almorzaron esta tarde ? y si asi fuera, porque ? simple capricho o insulsa vanidad humana del verdugo que indulta a un condenado en pascua y ejecuta a diez a la mañana sigueinte ?
12 abril 2012 00:03
la actriz Mayim Byalik optó por ser végana por completo al leer el libro, “Eating Animals” (“Comiendo Animales” ) de Jonathan Safran Foer
21 abril 2012 22:05
bueno creo k no deberia estar escribien aki ni viendo estas cosas pork tengo 13 años pero me importa tamto todos los seres vivos ademas no puedo creer k maten perros en china y en otros paises bueno les dire algo no saben que los perros gatos ratas tienes emfermedades y por eso hay personas k nacen mal y extrañas como el hombre elefante es un asiatico ¿verdad? ps nose ustedes pero pork nacio asi? pork jamas hey visto k en ESTADOS UNIDOS nascan personas asi bueno nose como tendran la mente los asiaticos y europeos bueno le doy gracias a dios por no haberme puesto en esos paises espero k los asiaticos no se arepientan de lo k estan asiendo bueno adios
22 junio 2012 00:24
Me importa una mierda que sea la cultura de ellos y todo, pero hacer sufrir un animal, por que eso hacen los chinos para según ser mas fuertes… Interponen toda vida animal ante asuntos que nisiquiera son una necesidad para el humano. Es arrogante pensar que ellos estan dispuestos para eso… Entonces, que Dios (o como cada quien quiera llamarle)Hizó que ellos pudieran sentir y pensar…? Si quieren comer perros y gatoss que se corten la webas mejor!
22 junio 2012 00:26
No basta con tener cientos animales de sacrificio que tengan que estar abusando de todo lo que camine y viva en esta tierra…?? ¬¬
4 junio 2016 23:48
No es necesario ser religioso para leer el sagrado libro como lo es la Biblia en donde Dios estableció desde el principio estatutos para que el ser humano viviera , se alimentara sanamente, para que tenga buena salud y fuera feliz. Y en uno de sus estatutos está la alimentación quedó establecida como lo son los vegetales como la legumbres y todo lo que es comestible y sano para nuestra salud, las carnes como lo es el vacuno, el ave , el pescado, no así el cerdo pues los que lo consumen se enferman por el exceso de colesterol que este tiene,aparte de grasas que no aportan nada y que engordan ,el agua limpia, el aire ,que últimamente lo ha contaminado el hombre. Todo los estatutos que fueron dictados desde la creación fueron hechos para que la humanidad fuera feliz. Desgraciadamente siempre el hombre ha hecho su voluntad y ha tomado muy malas decisiones y este mundo está enfermo y contaminado, agresivo y sin amor y el ser humano por su desobediencia está sufriendo sus consecuencias. Bueno es el resultado de lo que estamos viviendo las malas decisiones que van en contra de lo que Dios estableció.
27 agosto 2018 19:01
No.estoy de acuerdo habiendo.tanta especie por que el perro.y que sepa mucho nutrientes no tienen.