Ya hace muchos años que escuchamos que el petróleo se acaba y pensar que el coche eléctrico es el futuro es una apuesta segura. Quizás no será ni mañana ni pasado mañana, pero es evidente que el oro negro, y todos los combustibles de origen fósil, acabarán agotándose. Por ello es crucial sustituir paulatinamente la energía de origen fósil por las energías renovables. Los motivos principales son dos: las energías renovables no emiten CO2 y no se agotan.
Los vehículos que circulan por carretera son unos de los mayores consumidores de petróleo. Los expertos en sostenibilidad recomiendan que el transporte de mercancias y pasajeros por carretera se sustituya por el tren. Este es un medio de transporte más eficiente, que no contamina y que hace uso de energía eléctrica. Hagamos un pequeño paréntesis: la electricidad debería provenir, en su totalidad o mayoritariamente, de fuentes renovables: hidroeléctrica, eólica, solar, etc.
Para los desplazamientos particulares cada vez está tomando más fuerza la opción del coche eléctrico. A día de hoy sigue siendo un gran desconocido en nuestro país. Y cuando preguntas a alguien por el coche eléctrico solo escuchas desventajas: «es más caro», «tiene poca autonomía», «nadie sabe arreglarlos», «como es un coche raro el seguro costará más», etc. Es cierto que el coche eléctrico no es masivo pero todos estos inconvenientes se están solucionando.
Conscientes de que el coche eléctrico es el futuro, las empresas se están poniendo las pilas (nunca mejor dicho): todos los grandes fabricantes de automóviles tienen modelos eléctricos, ya hay compañías que ofrecen el seguro de coche eléctrico…
Uno de los mayores inconvenientes es la baja autonomía, algo que limita los coches eléctricos a desplazamientos cortos. En este sentido se está trabajando en varias vías para que sean más versátiles: existen coches híbridos gasolina-electricidad, las baterías eléctricas cada vez tienen más capacidad y se recargan en menos tiempo, conforme aumenta el número de coches eléctricos también aumenta la cantidad de puntos de carga. Por ejemplo ya empieza a ser habitual encontrar puntos de carga eléctrica en los parkings de grandes supermercados.
En cuanto a las reparaciones creo que no debemos ser negativos. Tal como hemos comentado casi todas las grandes marcas disponen de modelos eléctricos. Dichas marcas están muy presentes en toda la geografía. Y seguro que siempre tenemos cerca un taller oficial que sepa manejarse con este tipo de vehículos.
Que un coche eléctrico es más ecológico está claro: no emite CO2, menor ruido y consume electricidad, que idealmente debería ser energía verde. Lo que sí crea más reticencia es el precio. Es verdad que el coche eléctrico es más caro. Esto ocurre con las tecnologías que son más nuevas y cuya producción no es a tan gran escala como las tecnologías más implantadas. Pero deberíamos hacer números y sopesar la inversión inicial con el consumo que tendremos luego. Se calcula que el coste por utilización por cada 100 km. es de 1 euro para el coche eléctrico. Frente a los 7,37 euros del automóvil diésel.
25 julio 2016 10:44
El problema principal veo que está en el tiempo de carga.
Aunque dure 200Km, si la recarga fuera en 5 minutos, el problema sería menor.
Y la vida de las baterías.
No avanza más, porque el sistema eléctrico no está preparado para 1.000M de coches enchufados por la noche.
Y porque todavía queda mucho petróleo que quemar.
Si no ….
26 julio 2016 10:46
Estoy con juanjo. Hasta que no pulan esos pequeños problemas me temo que la gente no lo verá como una opcion