«Stieg dedicó toda su vida a la búsqueda de un mundo justo,
y lo hizo en respetuosa colaboración con gentes de diferentes culturas,
religiones, convicciones políticas, edades, procedencia social
y profesiones. Por encima de todo, en cuanto feminista,
prefería colaborar con mujeres. E iba a continuar haciéndolo
sin importarle los resultados del hobby que dio pie a Millennium»
Eva Gabrielsson,
viuda de Stieg Larsson
Sin campañas publicitarias ni giras de autor, la trilogía Millenium ha vendido tres millones de ejemplares sólo en Suecia y arrasa en el resto de Europa.
El autor, Stieg Larsson, escribía de noche cuando llegaba a casa: se atiborraba a cafés, tabaco y comida basura a fín de lograr el compromiso que se había propuesto a sí mismo. Para comprender el por qué de la firmeza de ese compromiso vamos a adentrarnos un poco en la vida del autor.
Nuestro hombre nació en un pequeño pueblo de la Suecia profunda, en la provincia de Västerbottens. El paisaje en aquella zona es rural: la parte de uno de los países más avanzados del mundo donde todavía se ven alces muertos en las cunetas.
Cuando tenía 18 años conoció allí a Eva Gabrielsson, la que iba a ser su compañera para el resto de su vida: sus caminos se cruzaron en una manifestación contra la guerra de Vietnam. Este detalle nos empieza a dibujar claramente el tipo de persona que era Stieg Larsson.
Cuando a principios de los 80 los dos se mudaron a Estocolmo, Eva trabajaría como arquitecta mientras Stieg encontraría empleo en la agencia de noticias más importante de Suecia, la Tidningarnas Telegrambyrå.
Allí cubriría por ejemplo la guerra de Eritrea siendo corresponsal en Africa. Al mismo tiempo, realizaba otras actividades como dirigir la Asociación Escandinava de Ciencia Ficción, y sacaba tiempo para la que sería su mayor pasión: su activismo contra las organizaciones neofascistas y de extrema derecha de todo tipo.
Esta pasión le llevó a participar en los 80 en la formación del movimiento Stop the Racism y, posteriormente, participar en la fundación del proyecto Expo: una publicación cuatrimestral donde, según comenta Daniel Poohl, el joven periodista que ha reemplazado a Larsson al frente de la revista, «los periodistas trabajan gratis para poder contar lo que no tendría cabida en los grandes medios».
Larsson poseía documentación realmente enciclopedica sobre el fascismo y la extrema derecha: de hecho, organizaciones como Scotland Yard o la policía brasileña le consultaban para conocer mejor ese mundo.
Además de la lucha contra todo tipo de fascismo, Stieg estaba especialmente sensibilizado en el tema de violencia de género. Eva Gabrielsson nos cuenta por qué: «cuando era joven, en una fiesta con compañeros, presenció una violación, y se culpaba de no haberla podido evitar. Tenía esa espina clavada, y dedicó mucho tiempo a consolar y ayudar a las víctimas».
Pero además de todo ésto, Larsson tenía un hobby al que consagraba las noches. Y ese hobby era la trilogía Millenium. En ella volcó con rabia todo lo que le obsesionaba desde su juventud: la violencia contra las mujeres, las conexiones de la ultraderecha con el poder político sueco, su desprecio por el periodismo económico que no bucea en las verdaderas conexiones del gran capital… Y lo hizo con la pasión con la que lo hacía todo: sin concesiones.
Stieg Larsson nos dejó justo cuando acababa de entregar el tercer tomo de su obra a su editor y estaba a punto de publicarse el primero.
Seguramente el infarto repentino que acabó con su vida estuvo relacionado con el trabajo incesante que realizaba de 14 a 16 horas diarias, además de las toneladas de café y tabaco que ingirió en los últimos tiempos.
Desgraciadamente, a su muerte Eva Gabrielsson, su compañera de toda la vida, que no aparecía en ningún documento para protegerla de las amenazas neonazis, quedó privada de toda herencia: de acuerdo con las leyes suecas, al no haber hecho testamento los bienes pasaron a sus padres y su hermano. Un amargo sarcasmo para alguien que defendió como pocos los derechos de las mujeres…
En la única entrevista que se le hizo sobre el tema, Stieg nos cuenta que, a pesar de que era consciente de que la literatura negra era principalmente entretenimiento, él intentó hacer novela negra con mensaje.
Yo creo que desmerecemos mucho Millenium si sólamente la leemos desde el punto de vista de la diversión. La trilogía fue escrita desde el compromiso más inconmovible: cuando conocemos y apreciamos la vida de Larsson ponemos Millenium en su justa perspectiva y la valoramos de manera diferente.
Lo contrario es devorar libros y no hacer honor a alguien que intentó hacer mejor el mundo en que todos vivimos.
Más información: Única entrevista con Stieg Larsson
Todavía más: Artículo revista Arcadia
La mejor investigación sobre el terreno: Artículo La Vanguardia
Página apoyo a Eva Gabrielsson: Eva Gabrielsson
Y, por supuesto, la wikipedia: Stieg Larsson
Tienda online: Casa del Libro
23 junio 2009 12:18
Me ha encantado este post!. Muy, muy interesante. Gracias por la informacion.
23 junio 2009 12:46
Fue un gran hombre, de los que dan ejemplo. Su compromiso es de los que no se olvidan.
Gracias por el comentario.
24 junio 2009 14:19
Generalmente huyo de «best-sellers», pero después de leer la historia del autor, sin duda leeré esta trilogía. Sólo con pasión y compromiso se escribe buena literatura. Gracias por el post.
24 junio 2009 14:48
Merece la pena, j. Por cierto: la peli del primero de los libros está MUY bien. Es una forma de ver la historia que es bastante fiel al espíritu de Larsson.
Gracias a ti por leerlo