«La formación “oficial” como Doula ha sido un camino de crecimiento personal, una serie de planteamientos, de cuestiones, de inquietudes.
Y es que ser Doula no es más que acompañar, contener, estar… callada si es necesario, activa si es lo que toca. Prudente, invisible a ratos, conteniendo, afianzando y reforzando a la madre, a la familia que nos ha elegido para compartir sus momentos. Poco más. Combinando el silencio con las palabras suaves y amorosas. Alternando un estar activo con la quietud y el descanso»
Concha (Amamadoula)
(Cada vez más mujeres maduras deciden ayudar a sostener la maternidad de otras más jóvenes y acompañarlas como doulas (esas comadres sabias de quienes hemos hablado aquí). Concha, abuela y doula, comparte con los lectores cómo se convirtió en Amamadoula)
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Cuando nació mi primer nieto, su padre que es del País Vaco, me dijo “Ahora eres amama” y me explicó que, en euskera, quería decir abuela . No sé por qué razón, la palabra me sonó bonita,
armoniosa. Y la archivé en mi corazón.
Ahora que mi tiempo transcurre entre nietos, acompañamientos y formaciones, me identifico claramente con esa palabra. No creo que yo sea una excepción, pero desconozco cuántas mujeres hay que en el otoño de su vida decidan ser Doulas. Lo he sentido desde hace mucho tiempo como vocación, pero hace algo más de un año, decidí serlo también por formación.
Y se abrieron caminos de luz, de intercambio de experiencias, de dolor propio acumulado, de dolor ajeno compartido. Descubrimiento de maravillas respecto a la naturaleza humana, afianzamiento de sentimientos y choque de emociones.
La formación “oficial” como Doula ha sido un camino de crecimiento personal, una serie de planteamientos, de cuestiones, de inquietudes.
En los seminarios, vivenciales y compartidos, me encuentro cara a cara con mi sombra, con mi ego, con mis miedos… Y me enfrento. Y los miro a la cara. Pongo nombre a lo que oculto. Abrazo y acepto todo el amor que me llega.
Y comienzo un nuevo camino en el que coincido con seres de Luz que me acompañan y me contienen, con personas que ofrecen lo que tienen, que se muestran como SON, con Amigas que simplemente ESTÁN y me reconozco en ellas… Porque soy Doula.
Y es que ser Doula no es más que acompañar, contener, estar… callada si es necesario, activa si es lo que toca. Prudente, invisible a ratos, conteniendo, afianzando y reforzando a la madre, a la
familia que nos ha elegido para compartir sus momentos. Poco más. Combinando el silencio con las palabras suaves y amorosas. Alternando un estar activo con la quietud y el descanso.
Y así me hallo. Con muchas ganas de compartir, he comenzado a preparar una Formación de Doulas en Valencia. Con el apoyo y la ayuda de mis hermanos hemos gestado un bonito proyecto que
ahora ofrecemos al Universo.
Estoy convencida de que cambiando nuestro pensamiento respecto al parto, a la lactancia, a la crianza, a todo lo que implica la maternidad, comenzaremos a cambiar el mundo. Y ya sabéis que no son palabras mías… Michel Odent fue quien lo dijo.
Concha (Amamadoula)
Formación de doulas en Valencia 2011: aquí y aquí
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En El Blog Alternativo: Artículos sobre doulas
13 noviembre 2011 16:54
el relato de un acompañamiento de esta doula
27 noviembre 2011 15:46
sobre el trabajo de Concha
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Diario de un VOLUNTARIADO activo: recibo mucho más de lo que puedo dar. Voluntariado Sina en el Hospital General Universitario de Valencia.