Postre de manzana con avellanas al aroma de naranja y vainilla

Este postre de manzanas con avellanas al aroma de naranja y vainilla es una versión más sana, variada y moderna de las clásicas compotas.

Siempre he asociado la compota a una receta con muy poco encanto para ancianos o enfermos, pero en el curso de cocina energética me sorprendió gratamente y la resucité en mi recetario con otra visión.

Esta receta de postre de manzanas no contiene ni un gramo de azúcar sino todo el dulzor natural de la fruta fresca y desecada. Estos son los ingredientes:

Pelamos las manzanas, quitamos el corazón y las partimos en trozos. Las ponemos al fuego en una cazuela junto con el agua y los orejones también troceados, son ellos los que nos aportarán el sabor dulce sin recurrir a ningún endulzante.

Llevamos a ebullición y luego dejamos a fuego bajo unos 45’ de forma que se evapora casi toda el agua y la fruta queda muy blanda.

Cortamos por la mitad la vainilla longitudinalmente y con un cuchillo raspamos el interior para que caiga el polvillo negro que es la esencia de la vainilla y lo que nos dará ese sabor inconfundible. También añadimos la ralladura de naranja.

Batimos todo en la batidora. A mi me gusta que quede bien batido y homogéneo, sin grumos y sin que se note la naranja y si es necesario echo un poquito de agua. Tiene cierto parecido a una mermelada pero con una textura más suave y mucho menos empalagosa.

Lo colocamos en unos vasitos, nos han salido 10, y espolvoreamos las avellanas por encima.

Y ya tenemos un postre dulce y sano al que lanzarnos a media tarde o cuando tengamos un “antojo”, que puede sustituir a los lácteos o la bollería y es muy recomendable para niños.

Merece la pena probarlo, es otra dimensión de la típica compota de la abuela.

Vía: Curso con Teresa Segura, profesora-colaboradora de la Escuela de Montse Bradford
En El Blog Alternativo: Postre cremoso