Septiembre marca el final del verano y el comienzo de un nuevo año escolar. Tras una largas vacaciones, los niños se reincorporan al colegio y retoman de nuevo los horarios y actividades del día a día.
La vuelta al cole y a las rutinas diarias es un momento perfecto para ir recuperando e introduciendo hábitos saludables que les ayudarán, no solo ahora, sino también en su edad adulta.
Un estilo de vida saludable durante la infancia es fundamental para un buen desarrollo y crecimiento.
Una dieta variada y equilibrada
Nutricionistas, endocrinos y pediatras, todos coinciden: el desayuno es la comida más importante del día. ¡No te lo saltes!
Después de pasar muchas horas durmiendo, sin comer. El organismo de tu peque necesita energía para una larga jornada en el colegio. Los niños que desayunan de manera adecuada no solo mejoran su rendimiento en la escuela. Sino que también mantienen un peso adecuado.
Para la correcta digestión de los alimentos. Lo ideal es que el desayuno se tome de manera relajada y no “a la carrera”. Si además lo hacemos en familia, el beneficio será doble.
Podemos prepararles un almuerzo ligero, como un bocadillo pequeño o una pieza de fruta, para que lo tomen en el momento del recreo.
Con respecto al resto de las comidas del día, si los niños comen fuera, debemos tener en cuenta los menús de los comedores escolares a la hora de planificar las meriendas y las cenas. Nuestro objetivo deberá ser siempre mantener una dieta variada y equilibrada que, por supuesto, incluya diariamente tanto frutas como verduras.
Si acostumbramos a los niños a consumir productos de temporada no solo ganaremos en nutrientes y sabor, sino que les iremos poco a poco acostumbrando a comer de todo.
Seguramente durante el verano hemos permitido algunos “caprichos”. Ahora toca volver a los hábitos saludables: nada de bollería industrial, precocinados y bebidas azucaradas, o al menos sólo en ocasiones especiales.
¡Cuidado con la mochila!
A la hora de prevenir los dolores de espalda, es importante que el peso de la mochila nunca supere el 10-15% del peso del niño. Por ejemplo, si pesa 20 kilos, su mochila no debería pesar más de 2,5 kg.
Prevención: el colegio y los contagios
En el colegio los espacios están cerrados y esto facilita el contagio de enfermedades que se transmiten por contacto o por las vías respiratorias (al toser, estornudar, etc.) como es el caso de los resfriados, la gripe y la gastroenteritis.
Debemos explicar a los más pequeños los buenos hábitos de higiene, como lavarse las manos, no morderse la uñas…
Además, podemos apoyar sus defensas con un buen probiótico infantil y un complejo vitamínico adecuado a su edad.
Practicar algún tipo de actividad física
El deporte previene la aparición de la obesidad, mejora el estado de ánimo de los niños y ayuda a mejorar su concentración y rendimiento en el cole.
Lo ideal es que los niños hagan al menos 1 hora diaria de actividad física moderada-intensa. Por supuesto, jugar en los recreos, ir caminando al cole, subir andando las escaleras… también cuenta.
Podemos consensuar con los pequeños alguna actividad extraescolar deportiva que les guste y les divierta, ir al parque a jugar y caminar o a dar un paseo en bici al salir del cole.
Fomentando las actividades al aire libre aprenderán a disfrutar de un tiempo de ocio más saludable y, por otro lado, ayudará a reducir el tiempo que pasan sentados frente a la consola o el televisor.
Dormir bien es fundamental
Los pediatras recomiendan que los niños en edad escolar duerman entre 9 y 11 horas diarias, ya que una buena calidad de sueño favorece el aprendizaje, la asimilación de experiencias y el crecimiento.
El sueño es además muy importante porque es un momento de reparación y de ajuste de nuestro cuerpo.
Seguramente durante las vacaciones se hayan acostado más tarde. Ahora toca volver a adelantar la hora de irse a la cama. Lo ideal es hacerlo de manera progresiva para que no suponga un cambio muy brusco para los más pequeños.
Autor: Mikel García Iturrioz – Director Técnico del Herbolario Online Misohi Nutrición.
2 septiembre 2017 20:51
¡Hola Mikel! Muchas gracias por las recomendaciones, me parecen muy buenas. Yo, lo que hago para minimizar la posibilidad de resfriados es añadir a las comidas ajo y cebolla, son unos antibióticos naturales muy potentes y cómo van mezclados en la comida, mi niña ni se entera. También le doy más fruta, sobre todo la que contiene más vitamina C, como kiwis. E intento que tome el sol lo máximo posible para obtener vitamina D y así absorber mejor el calcio de los alimentos. ¡Gracias por tus consejos! Un saludo.
3 septiembre 2017 22:37
Genial Alicia. Me parece un planteamiento estupendo. ¿No protesta por el sabor del ajo o la cebolla? Es una muy buena idea ir acostumbrando a los peques a todo tipo de sabores y no sólo al sabor dulce ¿verdad?. Un cordial saludo!
5 septiembre 2017 00:07
A veces se entera, a veces no, hay que buscarle el punto a las cosas, pero poder se puede :D Por ejemplo, a ella le encanta el humus, pues le echo un trozo muy pequeño de ajo, y así voy.
El sabor dulce no es su preferido, desde pequeña la acostumbré a ello y estoy muy contenta. No le disgusta pero no está «enganchada». También recomiendo un complemento de vitamina D, que aunque España tenga sol, la gente (y los niños) suelen tener deficiencia. ¡Un saludo Mikel! Lo dicho, un artículo fantástico :)
5 septiembre 2017 00:13
Gracias Alicia. Tomo nota de tus valiosas recomendaciones!! Totalmente de acuerdo contigo. Muchas gracias :)
30 diciembre 2017 22:28
Gracias cositas por tu aportación. Los pequeños son nuestros mayores tesoros ¿verdad? Hay que tratar de orientarles hacia una dieta equilibrada y unos hábitos saludables desde pequeñitos.