Seguro que en más de una ocasión habrás oído la famosa frase de Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento”.
¿Alguna vez te has parado a pensar de dónde consigue tu cuerpo todo lo que necesita?
Es necesaria una correcta alimentación para que todo el entramado de reacciones que tienen lugar en tu organismo sean constantes y que tus órganos, huesos y músculos obtengan todos los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento.
Los alimentos juegan un papel fundamental en nuestra salud.
Tienes que ser conscientes de que todo lo que ingieres, ya sean alimentos, bebidas, alcohol, drogas… todo pasa a tu organismo y todo tiene unos efectos sobre el mismo.
Está en tus manos el poder mejorar tu estado de salud y calidad de vida.
A continuación te damos unos fáciles pero grandes consejos nutricionales para mejorar tu bienestar.
Consejos nutricionales
Debes diferenciar bien lo que es “dieta” de “estilo de vida saludable”.
Puedes oír comentarios del tipo: alguna alegría hay que darle al cuerpo; yo no quiero estar a dieta toda la vida; por un poco no pasa nada…
El llevar a cabo unos hábitos saludables en la alimentación no significa estar a dieta siempre. No va más allá de aportar a nuestro cuerpo salud.
El objetivo es mejorar en salud y calidad de vida. Mejorar tu estado de ánimo, estimular la concentración, conseguir un buen descanso, acabar con la sensación de fatiga o agotamiento, paliar dolencias del tipo muscular o articular entre otros muchos beneficios.
Mejora tus hábitos
- Realiza 5 comidas diarias, tres principales y dos tentempiés. Cada dos o tres horas proporciona alimento a tu cuerpo. Con esto además de no tener hambre y evitar picotear alimentos indeseados, mantendrás más activo el metabolismo
- Mantente bien hidratado. Consume entre 1,5l a 2,5l de agua diarios
- Ejercicio al aire libre. Tu cuerpo necesita la presencia del sol para sintetizar la vitamina D, por lo que además de beneficiarte de la actividad física estarás aprovechando al máximo ésta vitamina.
La cesta de la compra
- Escoge los cereales integrales. Tanto la pasta, arroz, panes… empieza a consumirlos integrales. Tienen más fibra, más nutrientes. Huye de los refinados, contienen menos nutrientes, más azúcares y sacian menos.
- Compra frutas y verduras de temporada. La naturaleza es muy sabia, y nos da en cada estación alimentos acorde a cada temporada. Poseen su estado más óptimo a nivel nutricional, tienen mucho más sabor y encima son más económicos.
- Inclínate por las materias primas y evita comprar los alimentos ya procesados o platos preparados y precocinados. Tenlo en cuenta tanto a la hora de preparar las comidas principales como para galletas o bollos. Anímate a prepararlos caseros con ingredientes naturales.
- Fitoterapia. Adéntrate en el mundo de las plantas. Toma varias infusiones diarias, por ejemplo de postre o entre horas. Escoge las plantas que más se adapten a tu persona. El mundo de la fitoterapia te puede ayudar desde problemas digestivos, a problemas de sueño o nerviosismo, problemas de tensión o de circulación entre otros muchos.
- Intenta que no suban a tu carro de la compra: Azúcares blancos, productos refinados, alimentos precocinados, refrescos azucarados, bollería industrial (un manjar para las malísimas y dañinas grasas trans), procesados en general.
Planifica tu menú
Ya sabes lo que tienes que comprar, ahora tienes que organizarlo todo para proporcionar todos los nutrientes necesarios a tu organismo.
- Debes incluir a diario frutas y verduras. En total unas 5 raciones. Por ejemplo 1 pieza de fruta fresca con el desayuno y a la hora de los tentempiés así como verdura u hortalizas como primer plato o guarnición de las comidas y cenas.
- Consume diariamente cereales integrales. El pan por ejemplo, podemos tomar 2 rebanadas de pan integral en el desayuno.
- Utiliza a diario también las grasas saludables como el aceite de oliva virgen. La mejor manera de aprovechar sus propiedades es en crudo, por ejemplo en las ensaladas, para aliñar verduras ya cocinadas o en tostadas de desayuno.
- Toma 2 veces por semana legumbre, a poder ser cocinadas con verduras o cereales.
- El pescado azul tiene que estar presente también unas 2 veces por semana por su riqueza en omega 3.
- No pueden faltar los huevos. A pesar de su mala fama contra el colesterol, se ha demostrado que son muy beneficiosos para la salud y que no provocan aumento de colesterol. Puedes tomar tranquilamente de 3 a 4 huevos a la semana.
- Las carnes y pescados blancos son poco grasos, por lo que puedes tomarlos con más frecuencia.
- Consume un puñadito de frutos secos, no necesariamente a diario, pero sí de forma frecuente. 2 ó 3 nueces en el yogurt para merendar por ejemplo, un puñado de almendras después de dar un paseo, unos anacardos en la ensalada…
Con estos consejos para mejorar tu calidad de vida no tienes excusa para seguir una dieta adecuada. Invierte en vida, invierte en tu bienestar.
8 enero 2020 10:08
Yo cambié hace poquito a lo integral y lo noto. Me sacia mucho más. Un saludo.